°Capítulos 3: Enemigos en las sombras°

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La noche parecía más larga de lo habitual. El viento frío que recorría las calles vacías de Seúl llevaba consigo un escalofrío diferente, algo más allá del mero cambio de estación. Las estrellas, ocultas tras nubes espesas, parecían haberse retirado también, como si se negaran a iluminar la tragedia que se avecinaba.

Mingyu y Wonwoo, aún recuperándose de la extraña criatura que habían enfrentado horas atrás, avanzaban en silencio por las calles. El olor a humo y pólvora colgaba en el aire, pero sus pensamientos estaban atrapados en lo que acababan de presenciar. Ninguno de los dos se atrevía a romper el silencio, temerosos de que ponerle palabras a lo que vieron le daría más realidad de la que querían concederle.

Mingyu caminaba un paso por delante, su espalda recta y la mano descansando nerviosamente sobre la empuñadura de su espada. Había vivido muchas cosas en la guerra, pero esto... Esto era algo que su lógica no podía explicar. Wonwoo, a unos pasos detrás, observaba la situación con una cautela silenciosa. En sus años como espía, había aprendido que en los momentos más oscuros era cuando los verdaderos enemigos aprovechaban para atacar.

Finalmente, el joven rebelde fue el primero en hablar.

-No fue humano -dijo con voz baja, como si temiera que alguien pudiera escucharlo. -Eso que vimos... no era humano.

Wonwoo no respondió de inmediato. La imagen del cadáver tambaleante aún rondaba su mente. Los ojos en blanco, el cuerpo que se desmoronaba sin razón aparente... La lógica luchaba por encontrar una explicación racional, pero lo que había presenciado escapaba a todo lo que creía posible.

-No -respondió finalmente, su voz firme-. No lo era.

Mingyu se detuvo de golpe y se giró hacia él, su expresión llena de preguntas que aún no sabía cómo formular.

-Entonces, ¿qué era? -preguntó, con más dureza de la que pretendía-. ¿Y por qué está ocurriendo ahora?

Wonwoo lo miró directamente a los ojos. Aunque no tenía respuestas claras, había una certeza que lo mantenía inquieto.

-La ocupación japonesa no es lo único que está oprimiendo esta ciudad -dijo-. Algo más está moviéndose en las sombras, y no tiene nada que ver con los hombres que llevan armas.

Mingyu frunció el ceño, procesando sus palabras. Desde niño había oído historias de espíritus y criaturas ocultas bajo la superficie de la ciudad, pero siempre los había descartado como meras leyendas. Ahora, sin embargo, esas historias parecían cobrar una inquietante veracidad.

-¿Entonces crees que hay más? -preguntó, esta vez su tono era más bajo, casi un susurro-. ¿Más de esas... cosas?

Wonwoo asintió ligeramente.

-Esto no es un evento aislado. Algo está afectando a la ciudad, y si no lo detenemos, las desapariciones y las muertes seguirán aumentando.

Mingyu suspiró, frustrado por la incertidumbre. Odiaba no tener una solución directa. Siempre había sido alguien de acción, alguien que enfrentaba los problemas de frente. Pero esta vez, la amenaza parecía intangible, imposible de luchar con una espada. Y, sin embargo, no podía quedarse de brazos cruzados.

-Entonces, ¿qué hacemos? -preguntó con firmeza-. Porque si hay algo que odio más que no entender lo que está pasando, es no hacer nada al respecto.

Wonwoo lo observó durante unos segundos antes de responder. Aunque Mingyu era impulsivo y temerario, había una determinación en sus ojos que lo hacía útil, a pesar de sus defectos.

-Primero, necesitamos información -dijo Wonwoo-. Hay alguien que conoce los túneles de la ciudad mejor que nadie. Un viejo informante. Si alguien ha oído hablar de estas criaturas, es él.

Mingyu asintió, satisfecho con tener un plan de acción.

-¿Dónde lo encontramos?

Wonwoo entrecerró los ojos, recordando las viejas rutas y contactos de su tiempo en la resistencia.

-En los callejones bajos del mercado Gwangjang. Pero hay algo más -añadió, su tono adquiriendo un matiz de advertencia-. No podemos enfrentarnos a esto solos. Necesitamos formar un grupo. Si estas criaturas son tan letales como sospechamos, cualquier error nos costará la vida.

Mingyu hizo una mueca ante la idea de depender de otros. Siempre había preferido confiar solo en sí mismo. Pero sabía que en este caso, Wonwoo tenía razón.

-Está bien -accedió a regañadientes-. Vamos por tu contacto y armemos un equipo. Pero que quede claro, no pienso quedarme de brazos cruzados mientras más personas desaparecen.

Con ese acuerdo tácito, ambos comenzaron a moverse hacia su nuevo destino. A medida que se internaban más en la ciudad, la sensación de peligro aumentaba. Las sombras parecían alargarse, como si estuvieran siendo observados por ojos invisibles desde cada rincón. Wonwoo mantenía su rostro sereno, pero su mente estaba en alerta máxima. Cada crujido, cada susurro del viento, lo hacía pensar en lo que los acechaba más allá de la vista.

La resistencia contra los invasores japoneses ya era suficiente lucha, pero ahora, en las entrañas de la vieja Seúl, una nueva batalla estaba a punto de comenzar. Y mientras caminaban hacia lo desconocido, ambos sabían que el monstruo que habitaba la ciudad era algo mucho más antiguo y oscuro de lo que jamás hubieran imaginado.

☆°Criaturas de Seúl: Luz en la Oscuridad°☆ | •Minwon/Meanie•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora