°Capítulo 13: Regreso y revelaciones°

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A medida que Wonwoo y Mingyu regresaban al pueblo, la sensación de alivio se mezclaba con la inquietud. Habían logrado repeler temporalmente la oscuridad, pero la pregunta que rondaba sus mentes era si su victoria sería suficiente.

El camino de vuelta parecía más largo de lo que recordaban. Cada sombra en el bosque les recordaba que, aunque habían enfrentado y derrotado al maestro de la oscuridad, algo más grande podría estar al acecho. La luz del sol empezaba a filtrarse entre los árboles, dando un resplandor cálido al entorno, pero la inquietud en sus corazones persistía.

Finalmente, llegaron a la plaza del pueblo, donde los guerreros aún se congregaban, discutiendo y preparándose para la batalla. La atmósfera estaba cargada de energía; el aire vibraba con la mezcla de preocupación y determinación. Cuando los vieron llegar, los murmullos se apagaron y todas las miradas se centraron en ellos.

—¡Wonwoo! ¡Mingyu! —gritó Baekhyun, aliviado—. ¿Qué pasó?

—Hemos enfrentado al maestro de la oscuridad —respondió Wonwoo, sintiendo la presión de las expectativas—. Lo derrotamos, pero no podemos bajar la guardia. Esto no ha terminado.

La tensión en la plaza aumentó. Los guerreros intercambiaron miradas, cada uno consciente de la gravedad de la situación.

—Debemos prepararnos para lo que pueda venir. La oscuridad puede no haberse ido del todo —dijo Mingyu, su voz firme—. Necesitamos reforzar nuestras defensas y estar listos para cualquier ataque.

Baekhyun asintió, su expresión grave. —Lo que enfrentamos es solo una parte de un problema mucho mayor. Hay un equilibrio que se ha roto, y no se restaurará sin un sacrificio.

El grupo se sumió en un silencio pensativo. La idea de un sacrificio resonaba en el aire, llenando los corazones de los guerreros con un sentimiento de inquietud.

—¿Qué quieres decir? —preguntó Wonwoo, su mente ya anticipando lo peor.

—Para mantener a raya la oscuridad, debemos encontrar el antiguo altar y realizar el ritual de la luz. Es un procedimiento peligroso, y requerirá de uno de nosotros que ofrezca una parte de su energía vital. Solo así podremos sellar la puerta entre nuestro mundo y el de las sombras —explicó Baekhyun, su voz baja pero clara.

Mingyu se dio la vuelta, buscando en los rostros de sus compañeros. —¿Quién estaría dispuesto a hacer eso? ¿Es realmente necesario?

—No hay otra opción —respondió un guerrero de mayor edad, su voz llena de determinación—. Todos nosotros hemos sentido el poder de la oscuridad. No podemos permitir que vuelva a arrasar nuestro hogar.

Un murmullo de acuerdo recorrió la plaza, pero el peso de la decisión era aplastante. Los guerreros comenzaron a hablar entre ellos, sus voces entrelazándose en un coro de preocupaciones y miedos.

—No podemos dejar que nadie se sacrifique sin luchar —dijo Wonwoo, alzando la voz para hacerse escuchar. Su corazón latía con fuerza, y el miedo a perder a Mingyu le llenaba la mente—. Hay otras maneras de enfrentarlo. No podemos arriesgar la vida de uno de los nuestros.

—Lo que importa es el futuro de nuestra ciudad —dijo un guerrero—. Si debemos perder a uno para salvar a muchos, debemos considerarlo.

La conversación se tornó más intensa, con opiniones enfrentadas. Mingyu sintió la presión del debate; sabía que su amistad con Wonwoo estaba en juego. Sin embargo, el tiempo no se detendría por sus sentimientos. La oscuridad siempre estaba acechando.

—Baekhyun, ¿qué necesitamos para realizar el ritual? —preguntó Mingyu, sintiendo la responsabilidad crecer sobre sus hombros.

El anciano suspiró. —Necesitamos encontrar el altar, que está escondido en lo más profundo del bosque. Solo allí podemos realizar el ritual. Pero hay que hacerlo con la luz del sol en su punto más alto. Si no, la oscuridad se fortalecerá.

—Entonces tenemos poco tiempo —dijo Wonwoo, tomando la iniciativa—. Formemos un grupo que busque el altar. No dejaremos que la oscuridad vuelva a tomar nuestro hogar.

Los guerreros comenzaron a prepararse. Armados con determinación, comenzaron a equiparse. A pesar de la incertidumbre, cada uno se sentía más fuerte al estar unidos. Era como si la luz de la esperanza comenzara a brillar a través de la oscuridad que los rodeaba.

Mientras el grupo se organizaba, Wonwoo y Mingyu se apartaron un momento, buscando un rincón tranquilo en la plaza.

—Wonwoo, si llega el momento en que se necesite un sacrificio… —comenzó Mingyu, su voz temblando ligeramente.

—No hables así. No estoy dispuesto a perderte. Encontraremos otra manera —interrumpió Wonwoo, sintiendo que la angustia lo consumía.

—¿Y si no hay otra opción? —preguntó Mingyu, mirándolo a los ojos, buscando respuestas—. Quiero luchar, pero no puedo quedarme de brazos cruzados.

Wonwoo tomó la mano de Mingyu, sintiendo la conexión que los unía. —No te dejaré ir. Haremos esto juntos, y encontraré la manera de protegerte.

—Lo prometo —respondió Mingyu, sonriendo a pesar de la tensión que los rodeaba.

Con el corazón lleno de determinación, ambos se unieron al grupo que se preparaba para la expedición al altar. Sabían que estaban al borde de algo monumental. La luz del sol ya comenzaba a elevarse en el horizonte, y con ella, la esperanza de un nuevo comienzo.

El bosque los esperaba, y con cada paso que daban, sabían que el destino de su ciudad dependía de su valor y unión.

☆°Criaturas de Seúl: Luz en la Oscuridad°☆ | •Minwon/Meanie•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora