dieciséis.

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─Oow, ¿Bibi che emfemó?

─Ay, Richie, intenta ser normal por una vez en tu vida ─le reclama Beverly.

El castaño simplemente cierra los ojos, tragándose el dolor de cabeza y el sentir la garganta obstruida.

El grupo estaba en una plaza, sentados entre los columpios y la casita con resbalines. Eran aproximadamente las tres de la tarde, Mike se fue de buena onda y los invitó a comer a su casa, donde el tema de conversación fue lo demacrado que se veía Bill.

No hacía calor, pero tampoco frío, pero Bill temblaba como si estuviera a punto de convulsionar.

Estaba pálido, ojeroso, con suerte probó bocado y le dolía hablar.

Ayer, cuando Bill entró a su casa, se tuvo que comer el número trágico de su mamá reclamándole por su tardanza y porque su ropa literalmente tiraba agua por si misma.

No se arrepiente, de todas formas.

Por lo mojado que quedó, por el frío y porque se bañó inmediatamente para quitarse el frío, tiene una gripe de la puta madre.

Sin embargo, no tenía hora al médico hasta las cuatro.

─¿Ves? Eso te pasa por quedarte jugando con tu novio ─dice Ben desde la casita.

─¡Qué novio! ─gritó Bill como pudo, y Stan por lo bajo.

Bill inmediatamente miro al pelirrojo, con los ojos entre cerrados -más de los que ya tenía- curioso por ser el único del grupo que negaba -además de él- su "noviazgo" con ____.

Stan solo desvío la mirada.

─Nada que ver... E-es mi amigo y y-ya.

─Pero Bill, no te pongas nervioso... ─rió Richie, refiriéndose a su tartamudeo.

Después de sacarle el dedo de en medio, Bill vuelve su vista al frente.

─Me quiero morir... ─Bajó la cabeza y la apoyó contra el fierro del columpio.

─¿Por qué no te vas para tu casa? ─pregunta Eddie.

─Mi mamá me dij-jo que la esperará acá... ¿Se aburren? ─preguntó al silencio que invadía al grupo.

─Pues... Te queremos mucho Bill y obviamente nos queremos quedar contigo-...

─Pero prefiero tirarme del lago de cabeza que seguir aquí ─interrumpe Beverly a Mike, quien, después de ponerse serio unos segundos, asiente.

Bill suspiro, sintiendo la garganta dolerle intensamente y la cabeza bombearle. Estaba harto.

─Pues vayanse ─dijo, llevándose la mano a la cabeza.

─Pero no te enojes ─murmura Stan.

─No me enojo.

─¡Ay, ya! Vámonos, chicos. Aprovechamos de ir a buscarle al novio para se le pase el enojo ─ríe Richie.

Suspira, pero no puede decir que le incómoda las palabras de su amigo de lentes.

. 𝐀𝐍𝐄𝐔𝐑𝐘𝐒𝐌 ⭒๋࣭ ⭑ bill denbroughDonde viven las historias. Descúbrelo ahora