Me remuevo en la cama por décima vez en quince segundos, intentando encontrar una posición cómoda para mí y para la gran barriga que tengo ahora que ya estoy cursando el séptimo mes de embarazo.Suelto un bufido al no poder acomodarme y me siento, dirijo mi mirada al reloj de la mesa de noche a mi lado y hago una mueca al ver la hora.
03:36 am
Mierda. Es muy tarde.
Muerdo mi labio inferior y miro a Nicholas a mi lado, quien descansa plácidamente dándome la espalda justo ahora. Sonrío de lado y me acerco hacia él para acariciar su espalda desnuda, dejando algunos besos en su hombro.
De repente, una idea se atraviesa en mi cabeza, la cual sé que será imposible de quitar hasta que no cumpla con el deseo interno.
Fresas con crema.
Me levanto con cuidado, intentando no despertar a Nicholas, y salgo de la habitación. Camino hacia la cocina a pasos rápidos y abro la nevera una vez que llego, llevándome la gran decepción de que ya no queda nada de las fresas con cremas que hemos comprado esta mañana. No es posible.
En realidad, es posible, ya que en estos últimos tres meses he sido una termita. Cualquier comida que se compre, de la cual tenga antojo, dura solo algunos escasos minutos en mis manos. Nicholas solo se ríe de la situación con ternura, pero la balanza debajo de mis pies me grita cada vez que me subo que estoy engordando con mucha rapidez, lo cual sé que es sano para mí y para el bebé, así que no me quejo.
—Rayos— maldigo viendo el refrigerador y suelto una risa baja al sentir cómo mi vientre comienza a alborotarse —ya lo sé, Sophie, mamá está igual de molesta que tú por no tener fresas con crema justo ahora— acaricio mi vientre con mis manos luego de cerrar la puerta de la nevera —¿deberíamos despertar a papá? Posiblemente nos odie— hago una mueca, pensativa.
Espero unos minutos sentada en la cocina, replanteándome qué hacer, hasta que me doy cuenta de que las ganas de comer no se irán en toda la noche y tampoco me dejarán dormir.
Me levanto de la silla y regreso a la habitación, sintiéndome mal conmigo misma por despertar a semejante ángel durmiendo frente a mí.
Ahora Nicholas está durmiendo boca arriba, tiene su boca levemente entreabierta y respira de forma relajada, soltando un suave ronquido se vez en cuando.
Me acerco lentamente y me arrodillo a su lado, sobre la cama, mirándolo fijamente.—Amor— susurro fuerte, sentándome a horcajadas sobre sus piernas, las cuales están cubiertas por las sábanas —cielo— vuelvo a susurrar, apoyando mis manos sobre su pecho
—¿Hm?— frunce levemente el ceño y sube sus manos a mis muslos, posiblemente como un movimiento involuntario de su parte. Sé que aún continúa dormido.
—Nick— digo un poco más fuerte, moviendo mis manos sobre su pecho.
Suspira profundamente y comienza a abrir sus ojos despacio, buscándome con la mirada. Se da cuenta que estoy encima suyo y me dedica una dulce sonrisa acompañada de sus preciosos ojos achinados.
ESTÁS LEYENDO
Nicholas Chavez / One shots
Genç KurguBienvenidas/os a este pequeño lugar, donde van a poder dejar volar su imaginación con algunas cortas historias que tienen como protagonista a nuestro chico favorito 💋