𝐁┆❝ Si fuera tu novio, nunca te dejaría ir. ❞
Sunghoon ha gustado de su mejor amigo desde el inoportuno momento en que se conocieron, nunca se ha atrevido a confesarse ya que, a Sunoo no le interesan los chicos y mucho menos alguien tan molesto com...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La discusión con Dayeon seguía resonando en la mente de Sunghoon. Su mirada desafiante, sus palabras directas. "Si de verdad te importa Sunoo, aléjate de él." Había estado tan cerca de darse por vencido, de aceptar que Sunoo era inalcanzable, que no había lugar para él en su mundo.
Pero, ¿cómo podría hacerlo?
Sunghoon miró el techo de su habitación, recordando todos los momentos que había compartido con Sunoo. La primera vez que lo vio reírse a carcajadas, los días en que lo molestaba solo para ver su ceño fruncido transformarse en una sonrisa, las noches en las que había deseado decirle lo que realmente sentía.
Amaba a Sunoo. Lo sabía con cada fibra de su ser, y darse por vencido no era una opción.
Tal vez Dayeon tenía razón en una cosa: él no había hecho lo suficiente. Había esperado en las sombras, contentándose con ser solo un amigo. Pero ya no más.
Sunghoon estaba cansado de mantenerse al margen, viendo cómo ella ocupaba el lugar que él deseaba. Había llegado a la conclusión de que, si no hacía algo pronto, ese lugar podría ser suyo para siempre.
En los días anteriores, había notado algo en Sunoo: la chispa en sus ojos cuando hablaba de su relación con Dayeon no era tan brillante como antes. Algo estaba cambiando, y Sunghoon estaba decidido a aprovecharlo.
Se sentó en su cama, tomando una decisión que lo llenó tanto de nervios como de determinación. Tenía que intentarlo, aquella confesión en la feria fue un avance y no podía retroceder. Si Sunoo lo rechazaba, al menos sabría que lo había intentado. Pero mientras tanto... jugaría su carta más fuerte.
Sunghoon sonrió para sí mismo, recordando los días en que coqueteaba sutilmente con Sunoo, escondiendo sus verdaderos sentimientos detrás de bromas y comentarios que parecían inocentes. Quizás era hora de volver a ser el Sunghoon que siempre lo hacía sonreír, el que no tenía miedo de acercarse a él.
En los días siguientes, Sunghoon puso su plan en marcha.
Estaba esperando a Sunoo fuera del aula de práctica de baile, apoyado casualmente contra la pared como si no tuviera un propósito. Pero lo tenía, y lo sabía muy bien.
Cuando Sunoo salió, cansado pero todavía radiante, Sunghoon le sonrió ampliamente, como si no hubiera un lugar en el mundo donde preferiría estar.
—Hey, Sunoo. —Su tono era ligero, pero su mirada estaba fija, analizando cada uno de los movimientos del chico.
El rubio lo miró, algo sorprendido de verlo allí.
—¿Sunghoon? ¿Qué haces aquí?
—Te estaba esperando. —Sunghoon inclinó la cabeza, su sonrisa permaneciendo intacta.
