Apartado Especial

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Especial Corto:
Raro

Especial Corto: Raro

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Tiempo atrás...

El sol de la tarde teñía de dorado las ventanas del gimnasio, proyectando sombras largas sobre el suelo pulido. Los ecos de un balón rebotando y los pasos rápidos de Sunghoon resonaban en el espacio vacío. La mayoría del equipo había terminado la práctica hacía rato, pero Sunghoon permanecía allí, insistiendo en mejorar sus tiros, aunque en realidad su mente no estaba en el juego.

En las gradas, a unos metros de la cancha, Sunoo estaba sentado con las piernas cruzadas. Su cuaderno de bocetos reposaba sobre sus rodillas, y su lápiz se movía rápido mientras garabateaba formas abstractas que más tarde se convertirían en ideas para una coreografía. Una melodía rondaba su cabeza, pero no lograba atraparla por completo, y eso lo tenía ligeramente frustrado.

El ruido del balón interrumpió sus pensamientos cuando este golpeó la base de las gradas. Sunoo levantó la mirada justo a tiempo para ver a Sunghoon correr tras él, una sonrisa despreocupada en su rostro.

—¿Siempre te quedas después de la práctica? —preguntó Sunoo, con una ceja levantada.

Sunghoon encogió los hombros mientras recogía el balón.

—¿Y tú? ¿Siempre vienes a un gimnasio a hacer... lo que sea que estés haciendo? —replicó con un tono divertido, señalando el cuaderno con un gesto de la barbilla.

Sunoo soltó un bufido, pero no pudo evitar que la comisura de sus labios se curvara en una sonrisa.

—Se llama planificar. Algo que probablemente no haces ni en tus sueños.

—¿Planificar? —repitió Sunghoon, fingiendo estar sorprendido—. Eso suena aburrido.

Sunoo negó con la cabeza, volviendo su atención al cuaderno.

—Y jugar básquetbol solo suena increíblemente emocionante —contestó en un tono seco, aunque sus ojos brillaban con diversión.

Sunghoon lo miró durante unos segundos, sosteniendo el balón contra su cadera. Sabía que debería regresar a practicar, pero algo lo detenía. Había algo en Sunoo que lo mantenía anclado allí, como si simplemente observarlo fuera suficiente para hacerlo sentir más ligero.

De repente, Sunghoon dio un paso hacia él.

—Oye, Kim Sunoo.

Sunoo levantó la mirada otra vez, con una mezcla de curiosidad y resignación.

—¿Qué quieres ahora?

—Ven aquí. Quiero enseñarte algo.

Sunoo lo observó con sospecha, pero cerró su cuaderno y se levantó, bajando las gradas con paso lento.

—Si me haces perder el tiempo, te lo haré pagar —advirtió, cruzándose de brazos cuando llegó a su lado.

—Tranquilo, no te arrepentirás —aseguró Sunghoon, con una sonrisa que parecía prometer cualquier cosa menos tranquilidad.

Sin previo aviso, Sunghoon lanzó el balón hacia Sunoo. Este soltó un pequeño grito de sorpresa, logrando atraparlo torpemente justo antes de que golpeara su rostro.

—¿Qué demonios te pasa? —exclamó Sunoo, sosteniendo el balón como si fuera una bomba a punto de explotar.

Sunghoon estalló en carcajadas, inclinándose hacia adelante mientras trataba de recuperar el aliento.

—Relájate, solo quería ver si eras bueno con las manos. —Responde corriendo hacia él con una sonrisa que parecía iluminar toda la cancha.

—No sé si lo notaste, pero yo no juego básquetbol. —Sunoo le devolvió el balón con un movimiento torpe.

Sunghoon lo atrapó con facilidad, pero en lugar de regresar a la cancha, se quedó allí, mirándolo con una mezcla de diversión y algo más profundo.

—Pero sí bailas, ¿no? —comentó, inclinándose ligeramente hacia él—. Creo que vi una de tus presentaciones la otra vez. Eres increíble.

Sunoo se tensó ligeramente, sin saber cómo reaccionar a ese tipo de halago, especialmente viniendo de alguien como Sunghoon, que siempre parecía estar bromeando.

—No fue gran cosa —murmuró, desviando la mirada.

—¿No fue gran cosa? Por favor. Si yo pudiera moverme así, no estaría perdiendo el tiempo aquí. —Sunghoon giró el balón entre sus manos, como si estuviera hablando de algo mundano, pero su tono era genuino.

Sunoo no pudo evitar sonreír un poco, pero rápidamente lo ocultó tras un bufido.

—¿Por qué eres tan raro a veces, Park Sunghoon?

—¿Raro? —Sunghoon fingió estar ofendido, pero su sonrisa no flaqueó—. Lo único raro aquí es que tú no te des cuenta de lo genial que eres.

Sunoo lo miró fijamente, tratando de descifrar si lo decía en serio o si era solo otra de sus bromas.

—Eres imposible, ¿lo sabías? —murmuró Sunoo, cruzándose de brazos nuevamente.

—Si tú lo dices—Sunghoon dio un paso más cerca, su sonrisa transformándose en algo más suave.

Sunoo rodó los ojos, pero no pudo evitar que un leve rubor coloreara sus mejillas.

—¿Por qué siempre me molestas? —preguntó, genuinamente curioso esta vez.

Sunghoon vaciló por un momento, como si estuviera decidiendo cuánto debía revelar. Luego, con una sonrisa que no alcanzó a ocultar del todo su nerviosismo, respondió.

—Porque es muy divertido, y molestarte es la alegría de mi vida.

El comentario hizo que Sunoo parpadeara, sorprendido. No estaba seguro de cómo interpretar esas palabras, y eso lo inquietó más de lo que quería admitir.

—Si, eres raro —dijo al final, tratando de ignorar la extraña sensación en su pecho.

—Y tú demasiado lindo para tu propio bien. —Sunghoon le guiñó un ojo y regresó a la cancha.

La confesión fue tan rápida que Sunoo casi no la escuchó. Cuando alzó la mirada para buscar alguna pista en el rostro de Sunghoon, este ya estaba regresando a la cancha, como si nada hubiera pasado. Dejando al rubio con una mezcla de irritación y algo que no podía identificar del todo.

 Dejando al rubio con una mezcla de irritación y algo que no podía identificar del todo

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Un pequeño recuerdo de mi pareja fav. Los amo a mis niños, y a ustedes también personitas lindas. 💗

𝐵𝑜𝑦𝑓𝑟𝑖𝑒𝑛𝑑 ᯽ 𝘚𝘶𝘯𝘴𝘶𝘯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora