Mirando los estados de WhatsApp, encontré el de mi padre; su pequeño hijo en la playa todo feliz y él paseándolo en una cuatrimoto, de lo más sinvergüenzas.
Me alteró un poco pero no le tomé mayor importancia, ¿yo estaba mal al sentirme triste por el hecho de que lo consiente, lo lleva a disfrutar varios lugares mientras a mí me ignora?
De pequeña tampoco me quiso como a este, lo que sí deseó era abortarme, lastimosamente para el número de semanas ya era ilegal. Igual no se había dado por vencido... pero ese lado de la historia la conoce más mi madre que yo, yo no puedo decir mucho.
Únicamente traté de centrarme en lo bueno; Stephan...
Imaginarme en sus brazos nuevamente, besarnos, que me diga lo linda que soy, una palabra que repitiéndola varias veces se convirtió en mi apodo cariñoso. Yo sería siempre su "niña" y él sería mi rey.
Miraba la foto y sabía que él también recordaba y lo mismo con nuestro vídeo, unos pocos segundos para inmortalizar momentos.
En esos momentos donde me quisiste, me deseaste..., aparte de tu recompensa monetaria. Quién diría, que ahí, donde lo inmoral salía sobrando yo sería feliz, sin fijarme en el lugar siquiera, si no en el hecho de que viniste desde lejos por mí. Sí, solo me fijé en ti.
Cada instante lindo a su lado me sacaba sonrisas y risas involuntarias pero agradables. Al menos, aunque sola y sin amigas y sin casi nada, tenía algo que amaba mucho, él.
Si bien no me animé a preguntar si aún seguía con novia pues temía a la respuesta y al hecho de continuar actuando incorrectamente, de convertirme en la otra, ¿eso qué? ¿Eso no importaba mucho no?
Y además fue ese quien hizo la magnífica invitación.
¿Realmente no importa, no, Sue...?
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The End
RastgeleSue no está muy bien de la cabeza Está algo loca, está en la mierda Harta, escribe un diario para su desahogo, el diario de sus obsesiones y deseos más profundos Y en el fondo, ella espera pronto The End