Noche

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Mientras Rubí caminaba por el cuartel de entrenamiento de Paladines pensaba una y mil maneras de convencer a su frío marido de pasar su primera noche juntos, aquello era una increíble oportunidad para ella porque si lograban consumar el matrimonio sería más díficil para el Papa disolver el matrimonio y enviarla de vuelta con los Borgia.

Estaba bien concentrada en sus pensamientos cuando el llamado de alguien la hizo despertar, volteando a ver quien era.

-¡Señora!. ¡Bienvenida! -. Se venía acercándo a ella aquel muchacho que según su pensamiento se veía como un cachorrito. Dios, Andymion parecía el único contento de verla en esos lugares.

-¿Pasó algo? -. Preguntó, apretando en sus manos la canasta de manzanas que llevaba.

-¿Perdón? No, solamente estoy felíz de verla. ¿Vino a ver al señor Izek...? -. Preguntó el castaño, notando la acción anterior de la rubia.
Andymion admiraba mucho a Isuke y lo ponía muy feliz ver que su esposa se interesaba en cosas que él hacia. Es decir, no cualquier dama noble iba a esos lugar solo para ver a su marido, y menos se esperaba eso de ella, la adorada hija del Papa.

-...Si, eso es correcto. ¡Ah!, ¿Desea una fruta? -. La rubia levantó la canasta hacia Andy para que sacara las manzanas que quisiera.

-¡Gracias! Estaba realmente sediento -. Se rascó la nuca avergonzado -. Disculpe, ¿Podría tomar dos? Es que al señor Khalid le encantan las manzanas.

-¡Oh! Por supuesto -. Eso era un gran dato, ¿Podría ganarse su amistad con manzanas?.

-¿Eso es fruta? -. Se escuchó una voz profunda detrás de Andy.
Aquella aparición repentina logró que Rudbeckia saltara en su lugar por el miedo y que el menor mirara con disgusto al más alto.

-¡Ah!... ¿Le gustaría una? -. Preguntó la de ojos azules, a lo que el hombre mayor tomó una de la canasta y comenzó a caminar a otro lugar mientras comía el alimento.

-...Él es mi hermano.

-¡Tiene un hermano muy confiable...!

-Para nada. Pero, ¡Mire para allá!, ¡El señor Izek está entrenando!.

Al voltear los ojos de la rubia se iluminaron en admiración, su marido peleaba y derrotaba con tanta facilidad a sus oponentes que la dejó perpleja, sabía que Isuke era el mejor Paladín pero no creyó que tanto como para vencer a tantos hombres a la vez. Él sin duda era increíble y un partido codiciado por todo el mundo, que suerte tenía ella de tenerlo a su lado.

-¡Vaya...! ¡Es tan genial! -. Exclamó para llamar su atención.

-¡Es como si no le importara quien es su oponente...!.

Al oírlos tanto Izek como Khalid voltearon a verlos poniendo expresiones distintas en sus rostros, el Omerta siemplemente los fulminó con la mirada haciéndolos callar al instante, en cambio el Marín sonrió levemente por los halagos a la increíble fuerza de su amigo, orgulloso estaba de su niño.

El de ojos amarillos se levantó del suelo en el que anteriormente descansaba para ir hacia donde estaban aquellos dos, observó gracioso como murmuraban alagos en voz baja para no molestar al albino. Justo cuando estaba por llegar Ivan se acercó con rapidez a Andymion para golpear la cabeza del mismo, asustando a Rudbeckia en el proceso.

-¡Oye!, ¡Nosotros estamos entenando duro, así que, ¿Por qué estás aquí sin hacer nada?! -. El rubio sostuvo al menor desde el cuello de su camisa -. Los niños de hoy en día... ¡Ah! ¡Bienvenida, señora! Vino temprano hoy.

-Si, el caballero Andymion es mi acompañante...

-Señora, no tiene que tratarlo formalmente, él no tiene un rango alto...

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⏰ Última actualización: Jan 13 ⏰

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¿Por qué yo no? || S!M!Reader × Izek Van OmertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora