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—Bridget Manzur, pensé que ya no te volvería a ver, pequeña —dice, dejando escapar una sonrisa ladeada, mientras se mantiene erguido junto al auto blanco que claramente le pertenece.
—Tom Pawlak, nunca imaginé que te vería aquí —respondo, manteniendo mi mirada fija en la suya, desafiándolo con cada palabra.
—Bueno, coincidencias que pasan —replica, observándome con una expresión extraña—. Estás bonita.
Las palabras me golpean como un rayo. Llevo años esperando que Tom me vea como algo más que la pequeña amiga de su hermana, y nunca antes me había elogiado. ¡Hoy lo hace! Ayyy, la emoción burbujea en mi interior. Pero no puedo dejar que se note; debo mantener la calma.
—Gracias, tú también —digo, intentando parecer despreocupada mientras juego nerviosamente con un mechón de cabello entre mis dedos.
Él se acerca un poco más, y el aire entre nosotros se carga de tensión.
—¿Y Jasper? —me pregunta, y no puedo evitar cruzarme de brazos, fulminándolo con la mirada.
—¿A qué viene eso, Tom? —pregunto, dando unos pasos hacia atrás para poder verlo bien.
—Pues que tú y Jasper...
—No, Tom, yo y Jasper nada —interrumpo, dejando escapar más frustración de la que debería.
—Bueno, bueno, ya —intenta calmarme.
—No. Ahora me escuchas tú, ya que tu hermana no lo hace. Yo y Jasper no tenemos ni tendremos nada —digo con firmeza, subrayando cada palabra—. Lo que ustedes vieron, tú y Dafne, ese día solo fue una terrible coincidencia y un accidente.
—Bridget...
—¡Tom! ¿Cómo puedes pensar eso? Sabemos que los cuatro nos conocemos desde pequeños y que él era novio de tu hermana —respondo, el enojo burbujeando en mí. Necesitaba sacar esto; era una carga pesada que llevaba tiempo. No era la persona correcta para desahogarme, pero ya lo había hecho. Tom asiente lentamente y se acerca un poco más, pero yo lo empujo suavemente y niego con la cabeza.
Alza ambas manos en un gesto de rendición, dejando que caigan pesadamente a los lados. Mi rostro se vuelve hacia un lado, evitando su mirada. La frustración burbujea dentro de mí; he pasado por tanto que pensar en ello es lo último que deseo.
Siento su presencia acercándose de nuevo, el aire se vuelve más denso a su alrededor. Se detiene frente a mí y, con un movimiento suave, me toma del mentón, obligándome a enfrentarlo. Al hacerlo, una media sonrisa se dibuja en sus labios y una corriente de nerviosismo me recorre el estómago.
—Te creo —murmura, su voz suave pero firme, resonando en el silencio.
Su confirmación me envuelve en una sensación de calma. Suelto un suspiro profundo y una sonrisa se dibuja en mi rostro mientras asiento.
—Gracias —le digo, y él posa ambas manos en mis hombros. Su mirada se eleva hacia un punto detrás de mí, y alza la cabeza levemente en un gesto de saludo hacia alguien.
Al voltear, me encuentro con un chico que se acerca a nosotros, un cigarrillo entre los dedos.
Cuando llega a nuestro lado, Tom me jala hacia él, rodeando mi cintura con su brazo. A pesar de lo extraño del momento, no replicó. El chico esboza una sonrisa y asiente, dirigiendo su mirada hacia Tom. ¿Emmmm? No entiendo nada de este intercambio de miradas.
—Lukas, te presento a Bridget —dice Tom, mientras el muchacho tira la colilla del cigarro al suelo y la aplasta con su zapato. Me extiende la mano y la estrecho con una sonrisa amable.
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Chocando Mundos
RomanceBridget es la alumna ejemplar del prestigioso instituto Luxor, considerada la hija perfecta por sus padres y admirada por sus compañeros. Sin embargo, su vida simple y perfecta se desmorona cuando un rumor falso amenaza con destruir su imagen y la d...