🌺
El sonido de un golpe resonó en la habitación, sacándome de mi acogedor sueño. Mis ojos, todavía pesados y adormecidos, se esforzaban por enfocarse en un entorno que se veía borroso y confuso. Una luz intensa se filtraba a través de las cortinas, obligándome a gruñir y cerrar los ojos con fuerza. Con un suave suspiro, me acomodé en la cama, deseando volver a perderme en el mundo de los sueños por un rato más.
Pero un ruido familiar rompió el silencio. Mierda, voy tarde a la escuela. La realidad me golpeó como una ola; mi madre debe estar en la cocina preparando el desayuno, como siempre lo hace cada mañana. Me desarropo con pereza y me siento en el borde de la cama, sintiendo el acolchado del edredón aún cálido bajo mis dedos. Más dormida que despierta, intento recordar qué hora es mientras mis pies tocan el suelo frío. El contacto helado me sacude por completo y me empuja a enfrentar la verdad: esta no es mi habitación.
Mis ojos se abren con más claridad ahora, revelando un entorno que me resulta completamente extraño. Las paredes están adornadas con fotos que no reconozco. Frente a la cama, un televisor, mientras las cortinas rojas enmarcan grandes ventanales que dejan entrar la luz del día. Y de repente, el recuerdo me golpea como un rayo: Dios, ¿qué he hecho? Anoche, el chico... el beso... Jasper. Vera. Ay, Dios mío.
Aprieto mis ojos con fuerza y paso mis manos por mi cabello enredado, sintiendo cómo la confusión se mezcla con un torbellino de emociones. Con un giro repentino, miro hacia el lado opuesto y allí está él: un chico boca abajo, arropado en sábanas desordenadas. ¿Quién es? La pregunta resuena en mi mente mientras mi corazón late con más fuerza.
Dios, Bridget, te lo mereces. Lo has buscado y ahora aquí estás. Es hora de enfrentar las cosas como la chica casi adulta que eres. Respiro hondo y trato de calmarme.
Veo cómo el chico se revuelve bajo las sábanas, su figura moviéndose con pereza mientras mi respiración se acelera al recordar el intenso momento de anoche. Cada segundo que pasa, la memoria del beso vuelve a mí como una corriente eléctrica, y no puedo evitar sentir un cosquilleo de nerviosismo en mi estómago.
—¡Porquería de alarma! —exclama, su voz llena de frustración, resonando en la habitación.
Aún no he visto su cara, y eso es algo que me asusta. La ansiedad se mezcla con una curiosidad inquietante; aunque sé que no debería preocuparme por lo físico en este momento.
Visualizo mi pequeño bolso en una esquina de la habitación . A puntillas, me acerco, sintiendo el frío del suelo en mis pies descalzos. Saco mi teléfono y, con un leve toque, apago la alarma.
Me vuelvo hacia el bulto en la cama, una forma familiar cubierta por las sábanas desordenadas. Con cuidado, me acerco a él; la almohada está hundida sobre su cabeza. Sin pensarlo dos veces, levanto la almohada de un tirón y me quedo paralizada al descubrir a Ryan Kruk. Sus ojos verdeazulados se abren de golpe, como si despertara de un profundo sueño. Me observa detenidamente, y en ese instante el tiempo parece detenerse.
Suelto la almohada con un movimiento involuntario mientras ambos nos miramos fijamente, atrapados en una burbuja silenciosa. La incredulidad me envuelve; Dios, ¿de nuevo viviendo casi la misma situación? Retrocedo unos pasos, sintiendo cómo mi corazón late con fuerza en mi pecho.
Ryan se sienta lentamente en la cama, sin apartar su mirada de mí. Hay algo en su expresión que mezcla sorpresa y curiosidad.
Corro hacia donde están mis zapatos, tirados a un lado de la cama, y me los coloco lo más rápido que puedo. El silencio entre nosotros es abrumador; ni él ni yo pronunciamos una sola palabra. Lo observo mientras se levanta de la cama lentamente, con la mirada baja. Una frustración intensa me invade al darme cuenta de que ni siquiera se toma la molestia de ofrecerme un "lo siento". Sé que todo esto ha sido parte de su plan; es un cobarde.
ESTÁS LEYENDO
Chocando Mundos
RomanceBridget es la alumna ejemplar del prestigioso instituto Luxor, considerada la hija perfecta por sus padres y admirada por sus compañeros. Sin embargo, su vida simple y perfecta se desmorona cuando un rumor falso amenaza con destruir su imagen y la d...