Bajo la mirada del peligro.

Engaño y redención.

Alessia entró a la oficina de Miller temprano, cuando aún estaba vacía y sumida en el silencio. Mientras se acomodaba en la silla de cuero que solía ocupar su jefe, cruzó los pies sobre el escritorio y se recostó, cerrando los ojos unos segundos. Su mente empezó a divagar, imaginando si algún día ella estaría en esa misma posición, a cargo de misiones de alto nivel. Sin embargo, la imagen de Jungkook se colaba entre sus pensamientos, volviendo todo un conflicto. Sentía que había llegado a una encrucijada. Sabía que debía ser completamente profesional, pero al mismo tiempo... esa atracción empezaba a dominarla de una forma que no había anticipado.

De repente, la puerta se abrió, y vio a Miller entrar. Alessia se incorporó de inmediato, quitando los pies del escritorio y poniéndose en posición. Él le sonrió, notando su ligero nerviosismo.

-¿Qué pasa, Alessia? -preguntó Miller con una ligera sonrisa-. Si sigues poniendo la misión y el profesionalismo antes que todo, algún día podrías estar ocupando este mismo lugar.

-Gracias, señor -respondió ella, tratando de ocultar cualquier asomo de emoción.

En ese momento, Paula y Sheyla llegaron, y el ambiente en la sala cambió de inmediato a un tono más serio. Las tres se sentaron frente a Miller, listas para informarle de todo lo que habían descubierto en la reunión de la noche anterior.

Paula fue la primera en hablar, y comenzó a detallar cómo, gracias al estado alterado de J-Hope, había aprovechado el momento en que él se quedó dormido para moverse con sigilo. Usando una cámara pequeña que siempre llevaba con ella, tomó varias fotos de papeles importantes que encontró en la mansión. Había nombres, contactos y códigos que parecían claves para entender más sobre sus operaciones. Miller la observó con aprobación, asintiendo cada tanto y anotando detalles de lo que escuchaba.

Luego fue el turno de Sheyla, quien mencionó que había aprovechado su cercanía con Taehyung para obtener información que, de otro modo, habría sido imposible conseguir. Gracias a la conversación que habían tenido, descubrió detalles sobre un posible tráfico de armas en el que estaba involucrado, sin necesidad de presionarlo demasiado. Él mismo se había dejado llevar en la charla, casi disfrutando de impresionar a Sheyla con sus secretos, sin saber quién era en realidad.

-Impresionante trabajo, Sheyla -dijo Miller, y su rostro se iluminó con satisfacción.

Entonces, la mirada de Miller se dirigió a Alessia, esperando su informe. Paula y Sheyla también la miraron, expectantes. Alessia sintió el calor subiéndole al rostro; no había preparado una respuesta para lo que le iban a preguntar. Tomó aire y, tras un instante de vacilación, empezó a hablar.

-A mí... a mí se me complicó un poco -confesó Alessia, viendo cómo las cejas de Miller se levantaban, intrigado-. Jungkook trató de llevar un simple beso más allá.

La expresión de Miller pasó de la sorpresa a una mezcla de curiosidad y preocupación. Paula y Sheyla también la observaban sin decir una palabra, interesadas en lo que su amiga tenía para contar.

-¿Se... besaron? -preguntó Miller, entre incrédulo y expectante.

Alessia asintió lentamente, sintiéndose expuesta. Nunca había imaginado que esa información saldría en una reunión profesional, pero necesitaba ser honesta con su superior.

-Sí, fue algo inesperado. Él... él me tomó por sorpresa -admitió, recordando el momento en el que Jungkook la había llevado a la parte trasera del auto y cómo la había besado, generándole sensaciones que no había anticipado.

Miller se cruzó de brazos, pensativo.

-Alessia, debes tener mucho cuidado. Estas situaciones pueden volverse en nuestra contra fácilmente. No puedes dejar que eso interfiera con tu profesionalismo.