El último susurro.

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La atmósfera en la comisaría estaba cargada de tensión. Las luces frías iluminaban los pasillos y las salas de interrogatorio donde, uno por uno, Jimin, Taehyung, Hoseok, Jin y Jungkook esperaban ser interrogados. Las acusaciones pesaban sobre ellos, y el golpe de saber que habían sido engañados por tres mujeres a las que dejaron entrar en su círculo cercano, era casi tan fuerte como la traición misma. Especialmente para Jungkook.

En la sala de espera contigua, Alessia tomó aire profundamente. Se repetía que debía mantener la compostura, que él era solo parte de la misión, pero una punzada en su pecho le recordaba que lo que había sentido con él no había sido una simple estrategia. Se ajustó la chaqueta y finalmente se dirigió hacia la sala de interrogatorios. Al otro lado del vidrio, vio a Jungkook sentado, esposado, con la mirada perdida y oscura, irradiando una mezcla de rabia y dolor.

Ella entró, y en cuanto cruzaron miradas, un frío intenso la recorrió. Jungkook alzó la vista, pero su expresión estaba completamente desprovista de la calidez que alguna vez le había dedicado. Ahora, solo había decepción y una ira contenida en su mirada.

-¿Alessia, no? O... ¿cómo debería llamarte ahora?- lanzó con sarcasmo, sus ojos fijos en los de ella.

Alessia tragó saliva, manteniendo su expresión imperturbable, aunque las palabras le dolieron más de lo que esperaba. Ella no podía permitirse mostrar ninguna emoción, así que adoptó una actitud estrictamente profesional. Se sentó frente a él, abrió el expediente y sin mirarlo directamente, comenzó:
-Jungkook, estamos aquí para discutir tu participación en la organización. Tengo algunas preguntas y necesito que respondas con sinceridad.-

Jungkook soltó una risa amarga.
-¿Sinceridad? Esa palabra debería quedar fuera de tu vocabulario, ¿no crees? Porque fuiste muy buena mintiendo, ¿verdad? Todo... todo fue una actuación para ti.-

Alessia mantuvo la calma, aunque cada palabra de él perforaba su fachada. Sin levantar la vista de su expediente, dijo: -Nuestro objetivo es esclarecer los delitos, no discutir cuestiones personales.-

-¿Personales? ¡Oh, claro! Porque para ti no fue personal, ¿verdad?- Su voz estaba cargada de amargura, y golpeó la mesa con sus esposas, acercándose un poco hacia ella. -Lo que sea que pasó entre nosotros, ¿eso también fue una parte de tu misión, Alessia? ¿Una manera de atraparme? ¿Un simple juego?-

Ella lo miró, finalmente, enfrentándose a la intensidad de su dolor. -Cumplí con mi trabajo,- dijo en un tono frío, aunque por dentro luchaba por mantener la distancia emocional.

-¿Tu trabajo?- Él sonrió con ironía, sacudiendo la cabeza. -Entonces supongo que soy un idiota, porque llegué a creer que eras diferente. Que sentías algo real. Pero supongo que caí como un tonto.-

Alessia intentó desviar la conversación, volviendo a los hechos. -Hablemos de la transacción que ocurrió la noche anterior. Necesitamos los nombres de los socios involucrados.-

Pero Jungkook no se dejó intimidar. -¿Así es como va a ser, entonces? ¿Vas a seguir con tu papel de agente perfecta? Porque si quieres que hable, tendrás que darme algo de verdad. Solo dime... ¿alguna vez significó algo para ti? ¿O siempre fui solo un blanco, un caso más para resolver?-

Ella se quedó en silencio. No podía permitirse flaquear; las paredes de la sala de interrogación parecían cerrarse sobre ella, intensificando la presión. Sabía que cualquier señal de debilidad podría complicar aún más la situación. Sin embargo, bajo esa profesionalidad que intentaba proyectar, una parte de ella quería romper y decirle todo, confesarle que él había sido más que un objetivo. Pero ese tipo de verdad no cambiaría nada ahora.

Jungkook dejó escapar un suspiro y volvió a recargarse en el respaldo de su silla, mirando el techo. -Ya veo. Es mejor que no digas nada, entonces. Porque, sea lo que sea que te provocaba, claramente no fue suficiente para que te importara.-

Bajo la mirada del peligro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora