Capitulo 10.

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-Feliz cumpleaños.- volteé a verlo. Tenía una sonrisa traviesa en sus labios, sus ojos tenían un brillo especial.

-Ni tan feliz.- le dije despreocupada.- solo no me lo recuerdes en todo el día.

-¡Oh vamos! Cumples dieciocho. Es un cumpleaños importante.

-Sí, es importante pero...- me acomodé mejor en el árbol para estar frente a él.- por lo que estamos pasando, es en lo último que quiero pensar.

-Está bien.

Nos quedamos en silencio. Bucky decidió bajar para asegurarse de que ya se habían ido. Yo me quedé ahí esperándolo. Regresó después de unos minutos diciéndome que todo estaba seguro. Bajé del árbol y fuimos caminando hacia la cuidad.

Me sentía un poco incomoda por el sueño que tuve. Tal vez sería mejor dejármelo para mí misma, sería vergonzoso decírselo. Llegamos a un teléfono público y llamé a mi hermano para desearle un feliz cumpleaños, hablamos durante quince minutos y después colgué.

-¿Estás bien?-me preguntó Bucky. Me sequé una lágrima que salió de mi ojo.

-Sí, muy bien.- le dediqué una sonrisa cálida, o al menos lo intenté.

Fuimos a desayunar. Bucky pagó poniendo como excusa que me daría al menos eso como regalo de cumpleaños. No me dejó protestar y tuve que acceder a su decisión.

Pasamos el día caminando hacía quien sabe donde, como si no pasara nada. me preguntaba que era lo que James pensaba siempre aparte de huir, siempre que lo observaba tenía el ceño fruncido, a veces la mirada perdida, sabía que era importante pero no me atrevía a preguntar. Estaba oscureciendo cuando fuimos a buscar un motel para pasar la noche.

Llegamos a uno simple, bonito,pero muy simple. parecía de esos que pasan en las novelas que veía mi madre, dónde los hombres llevaban a las mujeres a pasar la noche sin dormir. mi madre, mi padre, los extraño tanto... sentí una lagrima caer así que la seque rápido para que James no me notara deprimida, otra vez. Después de un rato de estar esperando y pelear en recepción nos instalamos en una habitación, por suerte quedaba una con dos camas, o más bien James peleo la habitación con dos camas, me acomodé en la que estaba pegada a la ventana, me recosté quitándome los tenis y miré el techo fijamente.

Sentí una patadita en mi pierna que colgaba de la cama -iré por algo de cenar, ¿vienes?- me preguntó Bucky.

-No, yo te espero aquí.- la verdad es que estaba cansada y no quería caminar más. -¿mi llave por alguna emergencia?

-De acuerdo. Tu llave está en la mesa, a un lado de ti, no te vayas a menos que sea una emergencia.- me inspecciono con la mirada deteniéndose en mis ojos. -No tardo.

Cerró la puerta detrás de él, me quedé ahí acostada un rato mas pensando en... que va, estaba en las nubes. Pensar en James me hacía sentir mejor, pero no debería, pasar tanto tiempo con él me ha puesto a pensar en posibilidades, pero debo deshacerme de esos pensamientos. Quiero estar con él pero no es el momento, no cuando unos sicarios tratan de matarnos.

Necesitaba pensar bien en lo que sentía por Bucky, solo era amistad, ¿no? No. Es algo más pero, ¿es correcto? No lo sé. ¿Él sentirá lo mismo por mí? No, de seguro ahora estaba encontrándose con otra en alguna habitación y puso la excusa de que va por comida... Claro que no, James no es así, lo quiero pero, ¿Estoy haciendo mal al hacerlo? ¿Será prohibido? ¿Será fácil? Muchas preguntas pasaban por mi mente, quiero ser feliz con James pero estamos muy lejos de al menos ser nosotros. Decidí dejar de torturarme para ir a darme una ducha y cambiarme de ropa. Revisé la enorme mochila que cargamos desde que salimos de la cabaña. Bingo, la pijama está aquí.

Fui al baño y cerré la puerta, abrí el grifo y me quité toda la ropa sucia, los recuerdos de mi sueño llegaron a mi mente como una bala, ¿en qué estoy pensando? Quiero estar con él, necesito decirle que lo quiero aunque tal vez consiga una humillación. Sentí que una luz se encendía dentro de mí, salté no de felicidad sino de un susto cuando escuché que tocaron la puerta de la habitación.

-Mierda.- maldije y me puse de nuevo la ropa para ir a abrir. Si era James le diría en ese momento mis sentimientos. Cerré el grifo y salí corriendo hacia a la puerta para abrir- James, juro que no te volveré a abrir la puerta...

Narra Bucky.

Hace hora y media había salido de la habitación, ya iba de regreso con unos sándwiches, agua, refrescos, y café. Iba subiendo las escaleras cuando escuche muchas voces, varias personas subían y bajaban, me quedé a la mitad de las escaleras para que todos pasaran, el hombre de la recepción iba bajando un poco asustado.

-Disculpe, ¿Qué sucede?- Le pregunté antes de seguir subiendo. El hombre trago saliva para seguir hablando, sudaba de los nervios, lo que hacía que me desesperara y me alterara.

-¿Qué está pasando?- le pregunté otra vez ya un tanto enojado, pero más asustado que nada. Parecía asustado por lo que pasaba.

-Unos huéspedes a lado de la habitación 45 escucharon gritos... llamaron a recepción informando una pelea, creímos que era una pelea entre pareja, lo dejamos así pero...- el hombre se puso más nervioso, parecía que estaba a punto de desmayarse. Volteaba a todos lados, seguí su mirada y me quede clavado en los paramédicos que llevaban una camilla hacia la ambulancia mientras trataban de darle aire a alguien. Después pasaron otros paramédicos informando la hora de muerte de alguien.

-Pero qué.

-Un huésped iba llegando cuando vio a un hombre llevarse a una chica en sus brazos... inconsciente.

Una chica, ¿un secuestro? Tal vez, el recepcionista bajó a su despacho para encontrarse con unos policías para la interrogación, yo terminé de subir cuando vi que el atentado ocurrió en mi habitación, en donde estaba Lina, mierda. ¿Dónde está? Mierda. ¿Quién se la llevó? Joder. ¿Cómo se me ocurre dejarla sola sabiendo que nos persiguen? Carajo.

Me sentía asustado, enojado conmigo mismo, frustrado, jodidamente mal. Bajé las escaleras casi corriendo, tiré las bolsas de comida en el cesto de basura y comencé a caminar, después trotar y al final correr lo más rápido hacia la nada. No sabía a dónde ir pero necesitaba alejarme del hotel, donde la dejé indefensa y concentrarme, organizar mis ideas, mis pensamientos, aclarar mi mente. No tenía nada a mi alcance para poder encontrarla ni para defenderme. No sé por dónde empezar, todo estaba jodidamente mal. Si le llegara a pasar algo no me lo perdonaría, le prometí que la cuidaría de todo, hasta de una simple mosca. Mierda. ¿Por qué me siento tan mal? Si la llegaran a matar... No. Es como se me acabaran de rebatar una parte de mí, es un tanto insoportable. Lina ya no es una simple misión, ahora es parte de mí y mi vida y tengo que recuperarla, necesito recuperarla.

Cuando me doy cuenta ya estaba en el barrio bajo de la ciudad. Para no llamar mucho la intención comencé a reducir mi paso y fui más lento, pensando en cómo encontrar a Lina.

Nota nueva. (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora