Capítulo 11. (parte 1)

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Narra Bucky:

No sé por donde comenzar a buscarla, no tengo idea de que hacer, me siento muy ansioso de encontrarla pero no se nada. Siento que mi mundo se derrumba sin ella a mi lado como si me hubieran quitado algo de mi ser, siento un dolor insoportable como si me arrebataran mi brazo, el que me queda. Tengo tantas cosas en la cabeza que no se como acomodar mis ideas, solo siento como dan vueltas y me desespera, quiero arrancarme la cabeza y dejar de pensar, de sentir, quiero estar con Lina. ¿Qué es lo que me sucede? ¿Por qué pienso que la necesito a mi lado si ni siquiera me tolero a mi mismo? ¿Por qué las personas piensan en amor cuando no se quieren a unos mismos? ¿Por qué rayos pienso esto? Debería estar buscándola en vez de estar aquí parado en... ¿dónde? Estoy perdido, literalmente.

tengo que crear un plan para salvarla a ella y a mi, ¿dónde puedo conseguir equipo de rastreo? ¿o lo más mínimo para localizarla? Tal vez sea tiempo de un poco de ayuda y dejar de ser un maldito solitario después de todo. Comienzo a buscar el pequeño móvil que llevo de emergencia en mis bolsillos hasta que doy con el, lo miré y dudé un momento pero era la única persona que podría ayudarme en estos momentos, aunque sé que si lo hago me meteré en muchos problemas, pero ella lo vale todo para mi y espero poder con el nuevo plan. Marco el número en el móvil y comienza a sonar.

-¿Diga?

-Necesito un poco de ayuda.

-Te dije claramente que nunca más me llamaras Barnes.

-Lo sé lo sé pero, te juro que esto es lo último.

-Ni lo pienses, la última vez casi muero, no dejaré que traten de matarme otra vez por tu culpa.

-Por favor, ella está en peligro.

-¿¡Qué fue lo que hiciste!?

-Escucha, sé que es mi responsabilidad pero algo salió mal en el plan.

-Te la di porque no pude cumplir la misión, ¿y me sales con esto? Eres una mierda Barnes.

Tenía razón, tenía que acabar con su misión por mi última falla pero no seguiré sus ordenes, necesitaba encontrarla y escapar con ella antes de que le ocurriera algo peor.

-Está bien, solo ayúdame a encontrarla y terminaré con esto.

-Bien, pero después de esto JAMÁS ME BUSQUES Y DESAPARECE DEL MUNDO.

Me aturdió el golpe que se escuchó cuando cortó la llamada, ahora por mi culpa temdrán que moverse de nuevo. ¿quién los manda a dar un número fijo a personas como yo? En fin, caminé hacia la ciudad a recolectar nueva ropa. Si la policía comenzara una investigación sobre de lo que pasó en el motel me buscarían a mi primero.

Pasaron varios minutos desde la llamada con La Persona y en lo que pude pensar fue en el plan de rescate-escape. Cuando tenga las instrucciones de donde me darán equipo para encontrarla tendré al rededor de doce hora para encontrar a Lina, salvarla y escapar con ella y aunque me obligaran a terminar con el plan inicial no lo haría, no puedo deshacerme de la chica que me atrae. Llegué a una pequeña tienda de ropa de segunda que en realidad esta muy cuidada, en el mostrador estaba una señora de la tercera edad y me dio un poco de vergüenza y remordimiento al pensar en cual es mi objetivo aquí.

-¿Te puedo ayudar joven?- me dijo la anciana.

-No, estoy bien.- traté de no hacer contacto visual pero su mirada se conectó con la mía.

-Me recuerdas a un joven que conocí en mis tiempos de adolescente, el era alto y guapo como tu.- su mano tocó mi mejilla.

-No lo creo señora,- lo dije lo más cortante y seco que pude, pero se que no sonó como yo quería porque la anciana sonrió.

-Claro que sí, el se unió a la segunda guerra mundial. Yo tenia apenas dieciocho cuando mi mejor amiga, que en paz descanse, y yo lo conocimos, era su última noche en Brooklyn y ese mismo día me invitó a bailar en el evento de Howard Stark, era una locura.

Mi cabeza se llenó de imágenes de mi bailando con unas chicas pero se centraba más en una de cabello oscuro, ¿será cierto?

-Lo siento pero me tengo que ir.- traté de irme pero en ese momento sentí que algo vibró en mi bolsillo. Recibí un mensaje al móvil de un número bloqueado:

Las instrucciones de nuestro encuentro te llegarán en ochenta y ocho minutos exactos.

Me quedé ahí parado pensando, tenía ochenta y ocho minutos para encontrarme con La Persona.

Escuché la campana de la puerta sonar, me quedé en un trance con aquel mensaje, me llegó una ansiedad que me ponía los pelos de punta y no me percaté de quien había entrado pero su presencia la notaba familiar.

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⏰ Última actualización: Nov 10, 2015 ⏰

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