Capítulo VIII ¿Un Asesinato?

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Transcurrieron cuatro meses desde que Saga y Mu tuvieron su primer encuentro. Desde esa noche, Saga le pidió a Mu que no le dijera a nadie de lo que hicieron y que mantuviera en secreto su relación ya que los demás no verían de buena manera que el Patriarca esté involucrado sentimental e íntimamente con uno de sus Caballeros de élite. Debían ser discretos ante todos, especialmente con los Caballeros Dorados. Ambos se las ingeniaban para tener sus encuentros pasionales, ya sea en los aposentos del Patriarca después del trabajo o en sus respectivos templos a mitad de la noche. Los únicos momentos en donde no podían estar juntos, era cuando Saga debía ir a Star hill, ya que debía quedarse, por lo menos, una semana.

En una de esas ocasiones en que Saga tuvo que ir a Star Hill, Mu se quedó en su casa aguardando al regreso de su querido amigo, ya sea trabajando en su taller o, en ocasiones, contemplando el Santuario desde un acantilado que se encontraba en medio del camino entre Aries y Tauro. A pesar del tiempo, seguía sin poder creer que ahora estaba teniendo una relación íntima con Saga. Recordó que, esa noche, Saga le confesó cuánto lo había extrañado, que incluso una noche, terminó en la Casa de Aries deseando que llegara el momento de su regreso para decirle lo que sentía y poder esta con él. Mu se sintió entre conmovido y asombrado, ya que él también deseaba volver a estar con Saga, sin embargo, nunca imaginó que sería de esa manera. Y pese a que ambos, oficialmente eran amantes, para evitar ser descubiertos, se seguían dirigiéndose como "amigos". Un acuerdo en el que los dos estuvieron de acuerdo.

Observando desde la ventana de su recamara y recordando su primer encuentro con Saga, la presencia de un Cosmos familiar interrumpió sus pensamientos. Al salir de su recamara y asomarse al primer piso del templo, encontró a Shaka al pie de la escalera.

- ¿Podemos hablar?

Mu enseguida fue a atender a su amigo.

Estando sentados al pie de la escalera, Shaka y Mu platicaban del tiempo que casi no han estado viéndose. Mu le explicó a Shaka que ha estado muy ocupado ayudando a Saga ya que eran demasiados libros y documentos a revisar.

- Siento que le dedicas mucho a ese "trabajo" que Saga te encomendó.

- Son... libros muy interesantes, además de las notas que mi maestro escribió en varios de ellos.

- ¿No sientes que es mucho lo que te encarga Saga? ¿O te obliga a hacer algo más?

Confundido, Mu volteó a ver al virginiano:

- ¿Obligar? ¿De qué hablas, Shaka?

Con un ligero gesto de disgusto, el joven rubio respondió:

- Mu..., pasas mucho tiempo en el recinto del Patriarca. A veces ni siquiera me percato cuando regresas a tu templo. Además de que últimamente te he notado más distraído.

Un poco nervioso, el primer guardián preguntó:

- ¿En serio? N-no me había percatado...

Shaka abrió sus ojos para mirar fijamente a Mu. Sin tapujos, preguntó:

- ¿Saga y tú tienen algo?

- ¿Qué?

- Camus me dijo algo, pero quiero que seas tú quien me lo diga.

Mu estaba un tanto sorprendido por lo que escuchó, más al saber que alguien los pudo haber visto. Antes de poder siquiera dar una respuesta, el ariano escuchó:

- Por tu expresión... todo indica que lo dicho por Camus es cierto. –cerrando sus ojos azules a la vez que se levantaba y tomaba camino a la salida, Shaka agregó- Espero que sepas lo que estás haciendo, Mu. Porque yo no me involucraría ni confiaría en un sujeto como Saga.

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