El Chico de la Ventana | TERMINADA | Robert Downey Jr

Capítulo 20

Creo que Avril, escuchó todo. Su mirada era cómo si supiera lo que estaba pensando, claramente no, Downey! No le di importancia y la atraje hacia a mí de manera juguetona. Ella solo reía.
–¿Vamos al jardín? –Sonrío tiernamente, asentí y tomé su mano para llevarla afuera de la casa. Ella me guió y nos sentamos en unos viejos columpios que se asomaban detrás de un árbol. Vaya sorpresa! –Era de la abuela –Susurró –Las pocas veces que venía, la pasaba junto a ella... Lo mandó a construir para mí. –Sonrió levemente.
–Fue un gran gesto de su parte –Murmuré. Esta conversación no traía nada bueno, su mirada se iba apagando, la dureza que mostraba siempre se iba yendo, dando paso a una chica débil –Y cómo era ella? –La miré a los ojos.
–Era muy tierna la verdad, comprensiva más que todo... Amante del básquetbol y toda actividad física, era muy sana hasta antes de... –Su voz se debilitó aun más, lágrimas asomaban a través de sus ojos celestes. Era como si el cielo de sus ojos, hubiera desaparecido trayendo consigo una oleada de mar y llanto. –Lo siento –Susurró.
–Oh vamos pequeña, ven –La atraje a mis brazos, sobrepasando los alambres de aquellos viejos columpios. Sus sollozos era todo lo que se escuchaba, yo solo sobaba su espalda en señal de que el dolor iba a pasar. Es duro verla así.
–Gracias –Alcanzó a decir y sonrió alzando su vista, una lágrima caía sobre su labio, quedando estancada en este. Con mi dedo pulgar la quité, pude notar que Avril se había tensado por el contacto de mi dedo sobre su labio. Me acerqué lentamente hacia ella, tratando de juntar sus labios con los míos, Avril solo estaba estática, sin moverse, observando cada cosa que hacía.
Para mi jodida suerte el puto columpio no aguantó mi peso y caí de culo al suelo, por lo menos logré sacarle una sonrisa a la pobre muchacha que estaba a un costado mío riendo a carcajadas mientras se limpiaba una lágrima que caía intencionalmente por su mejilla.
–¡Carajo! -Maldecí –No te burles –Dije levantándome medio adolorido por el golpe. Ella seguía riendo –Me gusta cuando sonríes, pequeña -Noté cómo sus mejillas se tornaban rojizas.
–Será mejor que entremos Downey... –Respondió levantándose del columpio –Antes de que yo también caiga –Soltó otra risita.

POV AVRIL
Guardamos las últimas cosas en el carro, Robert fue por unas cosas a su casa.... Todo debería ser perfecto hasta antes del domingo.
¡Deberías hacerle caso a Robert! Pedía una parte de mí, pero y ¿si no funcionaba? Tal vez sólo necesiten un empujón...
–Avril.... ¡AVRIL! –Gritó papá ya subido en el coche. Para mi sorpresa ya estaban todos adentro del auto, incluso Robert.
–¿Qué esperas para subirte? –Preguntó Robert divertido. Rodee los ojos y subí rápido antes de que me gritaran de nuevo.
El transcurso del viaje, fuimos escuchando todo tipo de música, mi mirada estaba centrada a todo lo que pasaba detrás de la ventana del auto, sentí que alguien toco mi hombro, dirigí mi mirada hacia el lado derecho y vi a Robert recostado sobre este, se habia dormido...El constante movimiento del auto hacía que el sueño me consumiera de a poco. ¡Joder Avril!

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Abrí mis ojos y... ¡Joder Robert! Me estaba mirando detenidamente, si hubieran visto mi cara de espanto me entenderían.
–¡Si que duermes! –Dió un largo bostezo –Ya hemos llegado –Vi el reloj y habían pasado dos horas, casi tres apróximadamente. No mamen... ¡Cuánto he dormido!
–Por si no lo sabes tú quedaste dormido antes que yo –Me defendí –Y en mi hombro –Su cara era todo un poema, no sabía si reír o seguir con el "cuento"
–Que bueno que ya están despiertos chicos –Interrumpió mamá –Miren la foto que logré tomarles –Robert y yo nos miramos uno al otro sin entender, ninguno nos habíamos tomado una foto o algo por el estilo. Los dos nos acercamos hasta mamá y sí, ahí estaba la foto recíen salida del horno. Robert y yo durmiendo. Me fijé en la cara de Robert al comprobar que sí había dormido sobre mi hombro, la foto claramente lo decía ¡JA! Los dos teníamos apoyadas unas con otras nuestras cabezas de lado, durmiendo "placidamente" –Ya ven que linda foto he sacado –Dijo Carla, asentí... Tengo que admitir que si me gustó.

Miré hacia la ventana y ví la gran casa de playa, papá ingresó el auto a la gran casa y pudimos por fin bajar del auto.
–¡Wow! –Exclamó Robert, con el mismo asombro que yo tenía –Will sí sabe de gustos.
–Gracias –Murmuró papá sacando las cosas de mamá y mías del auto. –Es linda no?
–Mucho –Estaba encantada.

Todos entramos a la casa y mi asombro fue cada vez más grande, papá sí que tenía bastante dinero como para tener una casa así.
Una chica de servicio, cabello rubio, joven y se puede decir que atractiva se acercó hacia nosotros para ayudarnos con nuestras maletas.
–Ellas es Lauren la he contratado hace unos meses, para que mantenga todo en su lugar.

La chica tímida se acerca a nuestras maletas primero por las de papá y mamá y finalmente por las de Robert y las mías. Los ojos de Robert se iluminan al ver a Lauren, ellas toma sus maletas y las lleva a los distintos cuartos.
–Por aquí por favor –Dice mirando a Robert y nosotros la seguimos.
La casa tiene seis habitaciones y una de servicio, cada habitación estaba bien equipada.
Cuando por fin mamá me dió el permiso o más bien la razón, pude quedarme con la habitación que quedaba en el segundo piso y justo esta tenía una vista perfecta al mar.
Dejé mis cosas en la habitación y decidí darme una ducha, quería refrescarme olvidarme de que dentro de dos días tenía que dar exámen de física y aunque el profesor era agradable esa materia era un poco complicada. Luego de ducharme, busqué una ropa cómoda y ligera, de la maleta saqué un crop top junto con un short y mis vans.
Dejé que mi cabello se secara solo con el viento que ingresaba por la ventana, decidí ordenar la rop y colocarla en el armario separé cada prenda y coloqué las respectivas en varios de los cajones. Después de demorarme aproximadamente quince minutos en terminar decidí bajar a ver cómo se estaban llevando Carla y Will, caminé por el pasillo y escuché unos murmuros que provenían de una de las habitaciones que se encontraban cerca de la mía. La curiosidad me comía, Joder Avril! Ni se te ocurra. Hice caso omiso y engresé a la habitación.
Joder, creo que mi cara es todo un poema.

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