࿐ཽ༵𝑰𝒏𝒄𝒐𝒓𝒓𝒆𝒄𝒕 𝑸𝒖𝒆𝒔𝒕𝒊𝒐𝒏𝒔〣𝑹𝒆𝒄𝒐𝒓𝒅 𝒐𝒓 𝑹𝒂𝒈𝒏𝒂𝒓𝒐𝒌

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│┈Mentiras reveladas┈│

La escena se desarrolla en un jardín tranquilo y soleado del Monte Olimpo. Artemisa, la diosa de la caza y la protección, se encuentra sentada en un banco, rodeada de flores y árboles frondosos. A su lado, está Rafaela Herrera, una mujer hermosa y joven, que sonríe tranquila ante la paz que se respira en el lugar.

Artemisa la mira con ojos que parecen ver más allá de la superficie, y su sonrisa es un poco forzada. Rafaela, a su lado, se acerca a ella y la abraza, y la deidad le abraza a su vez, pero su corazón no está en el abrazo.

─ Te amo, Rafaela ─dice Artemisa, con una voz que suena como una mentira─ . Eres la luz de mi vida, la razón por la que me levanto cada mañana.

Rafaela sonríe y la besa, y Artemisa se deja besar, pero su mente está en otro lugar.

Está pensando en Calisto, la mujer que amó en su juventud, la mujer que fue castigada por su padre, Zeus, por amar a una de sus hijas.

Artemisa se siente culpable por engañar a Rafaela, pero no puede evitar sentirse atraída por la similitud entre Calisto y la humana.

La forma en que Rafaela sonríe, la forma en que se mueve, es como si estuviera viendo a Calisto en su lugar.

De repente, Artemisa se levanta y se aleja de Rafaela, sin explicación ni disculpa. Rafaela la mira con confusión y sorpresa, y Artemisa se vuelve a mirarla, con ojos que parecen ver más allá de la superficie.

─ Lo siento, Rafaela ─le dice Artemisa, con una voz que suena como una mentira. ─ Necesito estar sola por un rato.

Rafaela asiente y se aleja, y Artemisa se queda sola en el jardín, pensando en Calisto y en la verdad que ha estado escondiendo durante tanto tiempo.

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Rafaela se encuentra de pie en el jardín de su hogar, mirando a Artemisa con una mezcla de confusión y dolor.

Ha descubierto la verdad sobre su relación con la gemela de Apolo, y no sabe cómo procesarla.

─ Soy la idiota más grande de la historia. ─Se reprende─ . ¿Por qué me has estado engañando, Artemisa?.

pregunta Rafaela, con una voz que tiembla de rabia y vergüenza.

Artemisa se levanta, con una expresión que parece una mezcla de culpa y defensa. ─ No es lo que pareciera, Rafaela ─trata de explicarse─ . Te amo, pero no de la manera que crees.

Rafaela se acerca a ella, con los ojos llenos de lágrimas, no esas comunes lágrimas de tristeza si no las muy pocas veces vistas, lágrimas de rabia absoluta.

─ ¿Cuál es la verdad, Artemisa? ─pregunta─. ¿Por qué me has estado utilizando como un substituto de alguien más?.

Artemisa se detiene, con una expresión que parece una mezcla de dolor y remordimiento.

─ Calisto ─dice finalmente. ─ Fue la mujer que amé en mi juventud. Me parecía que tú eras ella, Rafaela. La forma en que te mueves, la forma en que sonríes... era como si estuviera viendo a Calisto en ti.

Rafaela se queda sin aliento, con la boca abierta de sorpresa y dolor─ . ¿Eso significa que no me amas a mí?. ─pregunta, con una voz que suena rota.

Artemisa se acerca a ella, con los ojos llenos de lágrimas─ . No es que no te ame, Rafaela ─dice─. Es que no puedo amarte de la manera que quieres. No puedo dejar de ver a Calisto en ti.

Rafaela se aparta de ella, con una expresión que parece una mezcla de rabia y dolor.

─ No puedo quedarme contigo, ─suelta limpiando con fuerza las lágrimas de su rostro─. No puedo estar en una relación con alguien que no me ama de verdad.

Artemisa se queda sola en el jardín, con la vista de Rafaela desapareciendo en la distancia. Se siente culpable y triste, ya que ha perdido a la persona que amaba. Pero también se siente aliviada.

Alejándose, se aleja del jardín que alguna vez le era reconfortante, se aleja de su pasado con Artemisa y con una mano en su abdomen promete a su bebé ser fuerte por ambos.

Aunque jamás le diga sobre quien es su padre.

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Ando ovulando y si yo no soy feliz nadie lo es