Rojo Escarlata (CANCELADA)

12. El beso de la batalla.

Me desperté en una habitación oscura. La única luz que entraba era a través de una pequeña ventana situada cerca de la cama. Una mujer humana ya mayor se dio cuenta de que había despertado y salió rápidamente de la pequeña sala. Supongo que irá a avisar a los demás. ¿Qué me ha pasado? Lo último que recuerdo es haber llevado a Aragorn hasta el rey. Debe ser por el estrés. El hecho de iniciar una batalla suicida y que, posiblemente el amor de mi vida me haya dicho que no podemos estar juntos por razones muy nobles, han podido afectarme un poquito.

- ¡Mía!- gritó Aragorn- menos mal que ya estás bien, estaba muy preocupado- besó mi frente.

Junto a él se encontraban Gimli y... Legolas. Gimlii se me acercó y me dijo:

- No nos des estos sustos, elfa. Es salir de la no-muerte del montaraz y que la elfa se nos desmaye. Vosotros dos- nos señaló a Aragorn y a mí- esto nunca más.

- Gracias por preocuparte enano gruñón- reímos.

Legolas se encontraba apoyado en el marco de la puerta con la mirada perdida y con piernas y brazos cruzados. Su esbelta figura me maravillaba. No puedo creer lo mucho que ha llegado a ser para mí. Nuestra relación tampoco es que haya ido tan lejos. Supongo que teníamos un vínculo, el me entendía y me hacía sentir como nadie y supongo que yo tenía el mismo efecto sobre él.

- Me alegro de que te hayas recuperado.

Esa voz, como me dolía. Esta vez tenía un tono apagado, triste. Supongo que él se sentía como yo.

- Gracias- los dos intentamos sonreír pero ninguno consiguió gran cosa.

- Chicos, necesito hablar con ella- dijo Aragorn- dejadnos solos.

- Se cómo te sientes- lo miré extrañada- he hablado con Legolas y me lo ha contado todo.

- Lo peor es que tiene razón- no pude evitar las lágrimas.

- Eh, pequeña, creo que tu mejor que nadie sabe lo mal que lo hemos pasado y lo difícil que lo hemos tenido Arwen y yo, de hecho aún estamos en ello. Pero yo sé, que cuando todo esto acabe, podré estar con ella.

- Cuando todo esto acabe probablemente esté muerta- dije llorando- Aragorn, tengo miedo.

- No vas a morir, todo saldrá bien, créeme.

- Aragorn no tengo apenas familia, solo os tengo a Arwen, Gandalf- hice una pequeña pausa- y a ti. Y da la casualidad que en cualquier momento os pudo perder a todos.

Me hubiese gustado poder contar con Legolas, pero tal y como estaban las cosas...

- Confía en mí, todo saldrá bien. Ahora cámbiate y ven a cenar. Tenemos hasta mañana por la noche para planear nuestras estrategias.

Una vez de pie me puse mi ajustado y elástico pantalón marrón clarito. Me puse una blusa blanca y por encima mi túnica de lucha verde. La verdad es que era perfecta, me llegaba justo por debajo del culo y me quedaba genial. Me puse las botas de color marrón oscuro y coloqué todas mis armas en su lugar. Por último me recogí mi larga y rojiza melena en una trenza ladeada.

Una vez preparada me dirigí al comedor dónde se encontraban todos. En el ambiente se mascaba la tensión y el miedo. Me dirigí a la mesa en la cual ya estaban todos sentados. Gandalf me había guardado un sitio a su lado, entre él y Gimli y justo delante de Legolas, genial...

- Bunas noches- saludé educadamente.

Pude notar muchas miradas de asombro en aquella mesa, todas por parte de los hombres del rey. Yo era una elfa muy guapa así que supongo que estarían algo asombrados.