- ¡Mía, haz el favor de soltarte el pelo!- gritó imponente mi padre haciendo que la mitad de la sala se girase a mirarme- Que estamos de celebración no en un entrenamiento.
Yo simplemente me limité a quitarme la cuerdita que ataba una larga y bonita trenza pelirroja y a deshacerla con los dedos. Ya estoy más que acostumbrada a que mi padre me reproche todo lo que hago así que no le di importancia. La cosa es que yo soy diferente a todas las elfas de por aquí. A mí me gusta pelear y de hecho soy mucho mejor que cualquier guardia o elfo a cargo de mi padre. Casi siempre digo lo que pienso y me da igual que sea políticamente correcto o no. Odio tener que arreglarme, soy muy sencilla en este aspecto y suelo llevar el pelo con una trenza, cosa que para los elfos está mal visto llevar el pelo recogido. Todo esto junto hace que mi padre y medio Rivendel me odie.
- Mía- dijo mi hermana sacándome de mis pensamientos- que bien que por fin Elladan y Cora se vayan a casar, ¿no crees?
- Bah, a mí mientras se vayan lejos y me dejen en paz, que hagan lo que quieran- dije observando a la pareja.
- Vamos Mía- es nuestro hermano, deberías mostrar algo de alegría por él- dijo con intención de hacerme sentir culpable.
- El mismo hermano que me odia y que hace todo lo posible para que sea regañada por padre. Vamos Arwen, ¿en serio crees que a él y a su estúpida esposa les importa mi opinión?- reímos.
- ¡Mía!- me gritó mi padre para variar- haz el favor de estar en silencio.
- Claro…- contesté poniendo los ojos en blanco bajo su desafiante mirada.
Después de una aburrida e interminable ceremonia, por fin llegaba el momento del baile, el cual yo aprovecharía para desaparecer de allí ya que nadie lo notaría. Me dispuse a huir de esa maldita boda cuando alguien me cogió por el hombre.
- ¡Joder!- chillé mientras me daba la vuelta- ¡Arwen no vuelvas a hacer eso!- río
- Ven, necesito hablar contigo.
Nos distanciamos de ese lugar y una vez ya estábamos a solas empezamos a hablar:
- Bien- dije cruzándome de brazos- ¿Qué pasa?
- Necesito tu ayuda- dijo mirando hacía el suelo- Verás, este noche he quedado con Aragorn en el bosque a las afueras de Rivendel y como el camino puede ser peligroso y tu eres tan buena guerrera- vamos Arwen, deja de hacerme la pelota y ve al grano- me preguntaba… Si podrías acompañarme- dijo con rapidez.
¿En serio? A ver, quiero a mi hermana pero la idea de tener que hacer de niñera de mi hermana mayor para que pueda ver a su amado por la noche no me hace especial ilusión…
- Arwen…
- Por favor- dijo cortándome y cogiéndome del brazo.
- Aix… Está bien, pero cuando estéis juntos no tardéis mucho.
- ¡Eres la mejor Mía!- dijo abrazándome.
Fui hacía mi habitación ya que en un rato había quedado con Arwen en las puertas y necesitaba quitarme este horrible vestido y ponerme algo más cómodo. Me puse mis típicas mayas marrones y una especie de túnica verde que me llega por un poco más arriba de las rodillas. Me puse el cinturón en el cual coloqué dos dagas y mi espada. Por último me puse unas botas algo descuidadas de color marrón oscuro y antes de salir cogí mi arco y flechas. Estaba de camino al lugar de encuentro con Arwen cuando me crucé con la elfa más odiosa y repelente de Rivendel que es por cierto mi cuñada.
- Mira que eres vulgar, elfa estúpida- dijo con aires de superioridad.
- Ahora no tengo tiempo de discutir, tengo cosas que hacer- dije pasando de largo.
- No creo que al gran Elrond le haga gracia que salgas sin su permiso.
- No creo que a mi padre le importe mucho y si lo hace me da igual- contesté- bueno me voy que tengo prisa.
Como odio a Cora. Es la típica elfa guapa, rubia de ojos azules y diría yo que un poco “ligera de cascos” por decirlo de una manera fina.
Llegué antes que Arwen a las puertas en las cuales solamente había un guardia.
- Buenas noche princesa Mía- ¿princesa? Uff que repelús.
- No hace falta que me llames princesa, con Mía está bien.
- Disculpe Mía- se corrigió- ¿puedo preguntar a donde va?
- Voy a acompañar a mi hermana que tiene que hablar unas cosas con una amiga- mentí- y como el camino puedo ser peligroso aquí estoy- reí.
- Hace bien, su hermana es una buena mujer- vaya hombre, gracias por pensar en mi también…
Al momento llegó Arwen así que nos dispusimos a ir hacia el bosque. Íbamos en silencio hasta que decidí romper el hielo.
- Sabes Arwen, te envidio- me miró con sorpresa- eres una elfa ejemplar, todos te adoran. Siempre sabes qué hacer ante cualquier situación y tienes a un hombre que, aunque a padre no le agrede por el simple hecho de ser un montaraz, te quiere y te cuida y que por ti llegaría al fin del mundo.
- Mía…
- En cambio yo- la corté- yo soy la oveja negra del reino. Nadie me tiene en cuenta, siempre soy el último plato para todo el mundo. Sólo te tengo a ti Arwen, y a este paso no creo que dure mucho aquí…- rompí a llorar.
- Mía, la que te envidia soy yo- dijo levantándome la cara para que la mirase- eres con diferencia la mejor elfa de Rivendel. Eres la única que es fiel a sus principios y que no le importa lo que digan o piensen de ti. Y puede asegurarte que encontrarás a alguien especial, con esa melena roja escarlata que solo tú tienes y esos ojos verdes que hechizan solo con mirarlos. Créeme, eres única y especial Mía.
- Te quiero Arwen- la abracé- no me dejes nunca.
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¡Hasta aquí el primer capítulo! Espero que os guste, dejad algún comentario y votad si ha sido el caso^^
Los primeros caps son un poco de situación, luego ya empezará la acción :D
No sé si alguien me leerá pero meh, yo soy feliz :3
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Rojo Escarlata (CANCELADA)
FanficMía es una poderosa elfa y muy buena guerrera. Lo ha pasado un poco mal en su vida pero ahora forma parte de la comunidad del anillo. Durante el camino tendrá que enfrentarse a sus sentimientos por un elfo, Legolas. Mía afrontará diversas aventuras...