1 de Junio, 2007. 2 de la mañana. A las afueras de la ciudad de Tokyo
Kazuma se encontraba caminando junto a Suguru Geto. Por orden de los superiores de la hechicería, ambos debían trabajar juntos en una serie de misiones cada mes para evaluar sus habilidades y lograr una colaboración más efectiva entre los hechiceros de distintas regiones.
La misión los llevaba a un pequeño pueblo fuera de la ciudad, y el viaje les dio tiempo para charlar y conocerse mejor. Geto, caminando con su habitual calma y serenidad, Ino miraba los alrededores con una expresión pensativa.
Geto: "Kazuma, ¿alguna vez te has cuestionado... el sentido de todo esto? De luchar, de arriesgar la vida por personas que ni siquiera comprenden lo que hacemos."
Kazuma levantó una ceja, algo intrigado. Era raro escuchar a alguien expresar esas ideas, y aunque él mismo tenía sus propios conflictos internos, nunca había escuchado a otro hechicero dudar abiertamente.
Kazuma: "Es curioso que lo menciones, Geto. Creo que todos hemos pensado en ello, en cómo la gente común vive su vida sin preocuparse por lo que hay más allá de su realidad... mientras nosotros arriesgamos la vida por ellos."
Geto sonrió de manera tenue, aunque su mirada reflejaba un trasfondo de dolor.
Geto: "Sí, pero no es solo eso. Me pregunto, ¿vale la pena proteger a quienes nos temen? ¿A quienes desconocen el sacrificio que hacemos? Piensa en cuántos amigos han caído, cuántos seguirán cayendo. ¿Para qué? ¿Para que los no hechiceros puedan vivir sin siquiera reconocer lo que hacemos por ellos?"
Kazuma reflexionó, sus palabras resonaban en lo más profundo de sus pensamientos. A menudo había sentido esa frustración, especialmente después de la batalla con Toji, cuando su confianza se había visto quebrada.
Kazuma: "La idea de sacrificarse por quienes ni siquiera entienden el riesgo... puede ser difícil de aceptar."
Geto asintió, y una sombra cruzó por su rostro.
Geto: "No creo que sea justo. Los hechiceros tenemos algo más allá de los demás, algo que nos hace superiores. ¿Por qué deberíamos arriesgarnos por aquellos que, si nos vieran, solo nos temerían? A veces siento que nuestra existencia debería ser distinta... más libre de la carga de proteger a quienes no comprenden."
Las palabras de Geto parecían pesar en el aire, envolviendo a Kazuma en una sensación de incertidumbre y duda. Había crecido con la idea de proteger a los demás, de dar su vida para salvaguardar a la humanidad; pero escuchar esa perspectiva comenzaba a abrir una nueva grieta en su forma de ver el mundo.
Kazuma: "Entiendo lo que dices... es como si lucháramos una guerra sin que nadie sepa que existimos."
Geto: "Exactamente. Y al final, ¿qué nos queda? Perdemos amigos, arriesgamos nuestra vida, y todo para un mundo que nos da la espalda. Kazuma, yo no quiero ver caer más de los nuestros. Quiero ver un mundo donde los hechiceros puedan vivir libres, sin depender de aquellos que ni siquiera entienden nuestra misión."
A medida que avanzaban en el camino, Kazuma sentía que algo en él se estremecía. La perspectiva de Geto, su manera de ver el mundo, parecía tener sentido, resonaba con las inseguridades y traumas que él mismo había comenzado a acumular. La batalla con Toji, la constante presión de demostrar su valía, y el peso de ser fuerte para aquellos que apenas sabían de su existencia... Todo eso empezaba a reconfigurar sus pensamientos.
Kazuma: "Quizás... tienes razón, Geto. Quizás el problema no somos nosotros, sino el sistema en el que nos han hecho vivir."
Geto puso una mano en el hombro de Kazuma, sonriendo de manera comprensiva.
