Claudia Petrova

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Claudia se sentó en su despacho, rodeada de sombras y secreto. Llamó a su hombre de confianza, Pavlob Kuznetsov, un ex militar con habilidades en inteligencia y operaciones encubiertas.

" Pavlob , necesito que localices a una mujer", dijo Claudia con voz baja y urgente. "Se llama Eva, pero posiblemente esté utilizando el nombre de Mia. No sé dónde está, pero necesito que la encuentres lo antes posible".

Él asintió, su rostro serio y profesional. "¿Qué información tengo sobre ella?"

"Es la esposa de Rifthan Alejandrovich", dijo Claudia. "Fue dada por muerta, pero ahora sabemos que está viva. No sé qué aspecto tiene ahora, pero debería ser fácil de reconocer. Es una mujer hermosa, con cabello rojo y ojos verdes"... se que se parece a mi hermana Olga .

El asesino  tomó nota de la descripción. "¿Qué se supone que debo hacer cuando la encuentre?"

Claudia sonrió, su mirada glacial. "Solo necesito que me informes de su ubicación. No la toques. Todavía".

Pavlob entendió el mensaje subyacente. "Entendido", dijo. "¿Hay algo más que deba saber?"

Claudia se inclinó hacia adelante. "Sí. Ivan y Cristofer también están buscando a Eva. Asegúrate de que no te vean. No quiero que sospechen de mí".

Pavlob asintió y se levantó de su silla. "Me ocuparé de ello. ¿Cuánto tiempo tengo?"

"Todo el que necesites", dijo Claudia. "Pero recuerda,  esta es una misión secreta. Nadie debe saber que estás trabajando para mí".

El verdugo salió del despacho, listo para comenzar su búsqueda de Eva. Mientras tanto, Claudia se sentó en su silla, sonriendo para sí misma, segura de que pronto tendría a Eva en su poder y podría llevar a cabo su plan siniestro.





Kuznetsov, el asesino contratado por Claudia, continuó su investigación sobre Mia (Eva). Utilizando sus recursos y contactos, logró obtener direcciones de amigos de Mia en Moscú.

Visitó a cada uno de ellos, pero ninguno parecía saber dónde estaba Mia. Pavlob comenzó a sospechar que Mia había cambiado de identidad y había cortado todos los lazos con su pasado.

Decidió ir al departamento de Mia en Moscú, pero al llegar, encontró que estaba vacío y sin señales de vida. Pavlob se enfureció, pensando que había sido engañado.

De repente, su teléfono sonó. Era un número desconocido.

"¿Hola?", respondió Pavlob.

" Kuznetsov, creo que estás buscando a Mia", dijo una voz femenina  .

"¿Quién eres?", preguntó Pavlob.

"Soy alguien que sabe dónde está Mia", respondió la voz. "Está en Estados Unidos, en la ciudad de Nueva York. Está con el Agente del FBI, Leon".

Pavlob se sorprendió. "¿Cómo sabes esto?"

"No importa", dijo la voz. "Lo que importa es que si quieres encontrar a Mia, debes ir a Nueva York. Pero ten cuidado, el Agente Leon es un hombre peligroso".

Pavlob se sintió confundido. ¿Quién era esta persona y por qué le estaba dando esta información? Pero no tenía tiempo para preguntar. La llamada se cortó.

Pavlob se quedó pensando. ¿Debía creer a esta voz anónima? Pero algo en su tono le hizo pensar que era verdad.

Decidió tomar un vuelo a Nueva York esa misma noche. La cacería había comenzado.

Kuznetsov llamó a Claudia desde un teléfono público en Nueva York.

"Claudia, tengo la dirección de Mia", dijo Viktor con voz baja y seria.

"Excelente", respondió Claudia con voz fría. "Ahora quiero que hagas algo más. Quiero que secuestres a sus amigos del pasado y los mates en frente de ella , supe que tienes sus direcciones ".

Pavlob se sorprendió. "¿Estás segura? Eso es... cruel".

Claudia se rió. "Cruel es lo que Mia me hizo a mí. Quiero que sufra. Quiero que vea a sus amigos morir frente a ella. Y luego... luego quiero que la mates de la peor manera posible".

El asesino se sintió incómodo, pero sabía que no podía discutir con Claudia. "Entendido", dijo finalmente.

"Excelente", respondió Claudia. "Quiero que me llames cuando hayas terminado. Quiero escuchar su grito de dolor".

Pavlob se estremeció al escuchar las palabras de Claudia. Sabía que estaba trabajando para una mujer despiadada y sin corazón.

"¿Y qué hay del Agente Leon?", preguntó el asesino .

Claudia se rió de nuevo. "No te preocupes por él. Te daré los recursos necesarios para manejarlo... Aunque sí, también lo quiero muerto a su familia  también  ...  Ahora solo concéntrate en secuestrar a los amigos de Mia y hacer lo que te dije".

Pavlob asintió, aunque sabía que estaba a punto de cometer un crimen horrible. La llamada se cortó, y Pavlob llamó a uno de sus contactos para que secuestren
A  los amigos de Mia , listo para llevar a cabo la orden de Claudia.

Mientras tanto, Mia y el Agente Leon estaban en la nueva casa , ajenos al peligro que se avecinaba. La noche se estaba volviendo oscura y llena de amenazas.

La abuela Alexandra se sentó en su sillón favorito, rodeada de las sombras de la noche. De repente, sintió un escalofrío en la espalda y un mal presentimiento en su corazón.

"Algo no está bien", pensó.

Miró alrededor de la habitación, como si buscara algo que la tranquilizara, pero no encontró nada. Su mente comenzó a vagar, pensando en su familia y en los problemas que los habían estado afectando últimamente.

"Pobre Viktor", pensó. "Y ahora Mia... ¿dónde estará?"

La abuela Alexandra se levantó de su sillón y se dirigió a la ventana. Miró hacia afuera, hacia la oscuridad de la noche, y sintió un sentido de inquietud.

"¿Qué pasa con Claudia?", se preguntó. "¿Por qué está tan callada últimamente?"

La abuela Alexandra sabía que Claudia había estado actuando de manera extraña, pero no había podido descubrir qué estaba pasando.

"Debo hablar con Ivan y Cristofer", pensó. "Debo asegurarme de que estén bien".

La abuela Alexandra se dirigió al teléfono y marcó el número de Ivan. Pero antes de que pudiera hablar, escuchó un ruido extraño en la línea... una charla había finalizado .


Claudia se paseaba por su habitación, su ansiedad creciendo con cada paso. No podía esperar para ver la muerte de Mia (Eva). Quería estar allí, en persona, para ver el sufrimiento en sus ojos.

"Debo ir", se dijo a sí misma. "Debo verlo con mis propios ojos".

Llamó a  su asesino a sueldo. "Quiero ir a Nueva York", le dijo. "Quiero ver la muerte de Mia".

Pavlob  sorprendió. "Claudia, no es seguro. El Agente Leon está allí, y..."

"No me importa", interrumpió Claudia. "Quiero estar allí. Quiero verla morir".

Él sabía que no podía discutir con Claudia. "Entendido", dijo. "Haré los arreglos necesarios".

Claudia sonrió, su corazón latiendo con emoción. Sabía que pronto estaría en brazos de Rifthan, el hombre que amaba.

"Pronto", se dijo a sí misma. "Pronto estaré contigo, Rifthan. Y Mia no será un obstáculo más".

La imaginación de Claudia comenzó a correr, pensando en la escena que se avecinaba. Veía a Mia muriendo, veía a Rifthan abrazándola, veía la felicidad que la esperaba.

"Mañana", se dijo a sí misma. "Mañana viajaré a Nueva York. Mañana veré la muerte de Mia".

La habitación de Claudia se llenó de una luz siniestra, reflejando la oscuridad que habitaba en su corazón. La muerte de Mia era su objetivo, y nada la detendría.

Rifthan , el nombre de la obsesión. +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora