LOS HERMANOS SERGEI

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El Agente Leon conduciendo con habilidad y velocidad, intentaba perder al asesino en el tráfico. Pero de repente, un auto rojo se cruzó en su camino, forzándolo a girar bruscamente para evitar una colisión.

El auto de Leon derrapó y perdieron el control, volcando en una zanja junto a la carretera. Emma gritó de terror mientras el auto se estrellaba contra el suelo.

El Agente Leon se recuperó rápidamente, sacando a Emma del auto y evaluando la situación. Pero su corazón se detuvo al ver quién se bajaba del auto rojo.

Era Claudia, sonriendo con satisfacción.

"Bienvenidos", dijo, acercándose a ellos. "He estado esperándolos".

El Agente Leon instintivamente protegió a Emma con su cuerpo, listo para defenderla.

"¿Qué quieres, Claudia?", preguntó, su voz firme.

Claudia se rió. "Quiero lo que siempre he querido. A Rifthan. Y ahora, también quiero a ti, Mia", dijo, mirando fijamente a Emma.

Emma se estremeció de miedo, comprendiendo que Claudia la había encontrado.

El Agente Leon se mantuvo firme, sabiendo que debía proteger a Emma a toda costa.

"No te la llevarás", dijo, desafiante.

Claudia sonrió. "Veremos", dijo, sacando una pistola de su bolso.

El Agente Leon reaccionó rápidamente, desarmándola y empujándola hacia atrás. Pero Claudia no estaba sola. Sus hombres emergieron de la nada, rodeando a Leon y Emma.

La situación se volvió crítica. El Agente Leon sabía que debía actuar rápido para salvar a Emma.

Claudia, con una sonrisa fría y calculadora, apuntó con su pistola hacia el Agente Leon.

"No puedes protegerla para siempre", dijo, antes de disparar.

El sonido del disparo resonó en el aire. El Agente Leon se desplomó, alcanzado por la bala en la cabeza.

Emma gritó de horror y desesperación, arrodillándose junto al cuerpo del Agente Leon.

"¡No! ¡Leon, no!", exclamó, llorando.

Claudia se acercó, su pistola aún humeante.

"Ahora, Mia", dijo, mirándola con desprecio. "Eres mía".

Emma se levantó, su rostro lleno de lágrimas y miedo.

"Nunca", dijo, con voz temblorosa.

Claudia se rió.

"Veremos", dijo, antes de ordenar a sus hombres que se llevaran a Emma.

Los hombres de Claudia se acercaron, rodeando a Emma y arrastrándola hacia el auto rojo.

Emma se debatió, gritando y llorando, mientras Claudia observaba con satisfacción.

La escena se volvió oscura y desesperada. El Agente Leon yacía muerto en el suelo, y Emma estaba a punto de ser secuestrada por Claudia.

Pero justo cuando todo parecía perdido, se escuchó el sonido de sirenas policiales en la distancia.

La joven vecina Emma había llamado a la policía, y la ayuda estaba en camino.

Claudia, mientras se alejaba con Emma, se detuvo y se volvió hacia uno de sus hombres.

"Encuentra a la vecina que llamó a la policía", ordenó, su voz fría y calculadora. "Y asegúrate de que no pueda hablar nunca más".


Rifthan , el nombre de la obsesión. +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora