Daylight - Ingrid Engen y Mapi León.

Capítulo XVIII: Vendándome las manos.

María:

La mañana siguiente fue frenética. Tuve que levantarme más temprano de lo normal, ya que estaríamos todo el día en el Palau. Me jodía un poco porque quería estar un rato más en casa "mentalizándome", pero la organización lo había decidido así y no había de otra.

Debíamos estar ahí a las doce y media como máximo, ya que nos volverían a pesar. Algo que me parecía exagerado, aunque Fran se ofreció a llevarme y dejé de verle el problema.

Aunque, pensándolo bien, podía pasar más tiempo con Lena y conocerle mejor. Pero tranquilos, era de manera amistosa. Ella me había caído bien, ignorando los actos cortantes y fríos al inicio de nuestra conversación. Quizá no era su día y por ello su actitud era así. No lo sé, a veces me pasan ese tipo de cosas y no me gusta que la gente cree una idea de mí que no es.

Cogí mi móvil y, mientras esperaba el ascensor para bajar al portal, llamé a Alexia para contarle todo lo que había pasado ayer con Ingrid.

Contestó al quinto timbre.

- ¡Bon dia! (Buenos días)-.Saludó, con una alegría contagiable.

- Bon dia, Ale. (Buenos días, Ale).

- Com estàs? (¿Cómo estás?)-. Preguntó.

- Bé, estic emocionada i ansiosa (Bien, estoy emocionada y ansiosa)

- Estic igual. Moro de ganes per veure't ja en acció (Estoy igual. Muero de ganas por verte ya en acción).

- Gracias, Alexia- cambié el idioma porque me explicaba un poco mejor en castellano-. Oye, adivina qué.

- ¿Qué?

- Ayer le escribí a Ingrid preguntándole si venía, y me respondió con un "Intenta adivinar". Le dije que lo tomaría como "Sí", y ella me contestó "Hablamos mañana", junto a una carita de éstas que te guiña un ojo-. Conté, emocionada.

- ¿De verdad? En la vida hubiese considerado esa idea. ¿Pero estás en serio?-. Respondió, bufona. Siempre era así.

- ¿Tienes algo que ver, verdad?-. Pregunté, sonriendo. Tenía a la mejor amiga del mundo.

- No sé, no sé-. Dijo, burlona.

- ¿Entonces sí viene?

- Intenta adivinar-. Me reí ante su burla.

- Eres la mejor, Ale. Te quiero. ¿Qué puedo hacer para devolverte esto guapetona, preciosa, inteligente, la mejor futbolista de Barcelona...?-. Rio ante eso.

- Puedes guardarte los halagos y bajar las escaleras volando, que Fran y yo ya estamos en tu portal.

- ¿¡Has venido con él!?-. Pregunté, emocionada mientras me metía al ascensor y tocaba el piso 0.

- No, tonta. Es mi madre que se llama Fran-. Respondió burlona. La pregunta fue muy estúpida a decir verdad.

- No te soporto tío. No entiendo cómo te quiere Olga-. Bromeé. Estalló en una carcajada.

- Però et vols afanyar? (¿Pero te quieres dar prisa?)

Le colgué y negué con la cabeza. Alexia era demasiado buena amiga. Le quería con todo mi corazón, y por eso ella estaría en mi esquina. ¡Ah, que por cierto! Ella no lo sabía... Y creo que vosotros tampoco. Lo diría antes de que empezara el primer combate. Sustos que dan gusto, supongo.

Llegué a mi portal y vi el coche de Fran. Me acerqué a este y bajó la ventanilla. Vi el asiento de copiloto vacío y no dudé ni un segundo en subirme a él.