Capítulo 31

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—¡Auch, Jisung! Hazlo más lento.— Lloriqueo sintiendo ardor en mi mejilla.

—Lo intento.— Eleva la voz un poco harto de mis quejas. —Sólo a ti se te ocurre meterte con el alfa más grande de la escuela.— Menea su cabeza con el mismo estado de incredulidad y remoja nuevamente el algodón.

Luego de la pelea y de que yo dejara de parecer una gallina aplastada en el suelo, nos llevaron a todos a la oficina del director.

Discusión por aquí, discusión por allá, un borrador le cae en la cabeza a Soobin. Oh, ¿quién tiró eso?

Finalmente tomaron la decisión más simple para ellos: todos los implicados serán castigados ayudando a pintar el auditorio.

¡Es tan injusto! Un poco de puré de papá en la cabeza no equivale a una mejilla rota. Hasta he oído que es bueno para el cabello. ¿O era semen? Bueno, el semen es bueno para todo. Estoy seguro de que algo blanco era.

—Lo hice por ti, cerdo malagradecido.— Refunfuňo con mi nariz fruncida y me acomodo mejor en la banca del gimnasio.

—Lo sé, pero debiste haber dejado que me golpeara. Yo lo hubiera soportado.— Suspira y continua limpiando mi herida con lo que nos dió la enfermera.

—¿Soportado?— Levanto una ceja. —Jisung practicas boxeo. Debiste darle un golpe a Yeonjun hasta dejarlo ver estrellitas.

Él ríe.

—Sabes que no soy una persona violenta y tampoco muy valiente que digamos, no como tú.— Sonríe mostrando todos sus dientes. —Lo que hiciste fue algo tan estúpidamente increible.

También sonrío tímido, pero luego la cambio a una mueca de dolor.

Mierda, había olvidado de que me veo peor de lo que me siento. Mi rostro parece un filete crudo aplastado con un martillo después de que ese orangután hirió mi mejilla y mi orgullo.

Bueno, no importa, es como siempre digo. Si te golpean hasta dejarte sin dientes sigue sonriéndole a la gente.

—¿No eres una persona violenta? ¿Y el golpe que le diste a Soobin? Creo que le reiniciaste la vida.

De hecho, fue tan fuerte que de seguro hasta su alma se fue volando y reencarnó en siete vidas más.

Según lo que me dijeron, Jisung y Hyunjin se unieron para hacer chatarra aplastada al alfa.

Ay, adoro los finales felices.

—Eso es diferente.— Relame sus labios y levanta mi mentón con sus sedosos dedos.

—¿P-por qué?

—Porque se trataba de ti.— Dice embelesándome con su dulce voz.

—Oh.— Es lo único que puedo formular.

Sus ojos me absorben con su calidez y el marrón de los mismos me hipnotizan. Es un color tan simple, pero que en él se ve tan sincero.

Antes de dejarme salir de mi trance, deposita un beso en mi mejilla. Un beso corto y húmedo que acaricia mi herida y aunque los besos no son curativos, estoy seguro que después de eso me sentí mucho mejor.

¡Por las pantaletas de mi abuela!

Carajo, Jisung es tan increíble.

—¿P-por qué hiciste eso?— De forma involuntaria llevo mi mano a aquella zona y no puedo evitar calentar mi piel por la vergüenza.

Se encoje de hombros restándole importancia sin separarse ni dos centímetros.

Esta escena sería de película sino estuviéramos sentados en un sucio gimnasio y si mi cara no pareciera una propaganda de "No a la violencia".

¡Odio Ser 𝘖𝘮𝘦𝘨𝘢! ★Hyunho★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora