Redamancia O.S de Pablo Aimar ☆☆☆

16. Cumpleañero

"Feliz en tu día amor"

Noviembre 2024

Olivia y Pablo se encontraban en la habitación de la casa que compartían hace casi tres años. Él había salido de bañarse y vestía nada más que sus bóxers mientras se secaba el pelo con una toalla. La rubia lo miraba desde el espejo, mordiéndose el labio para no ser delatada en su escaneo minucioso. Ella todavía estaba luchando con la planchita cuando Pablo se sentó en la cama y toda su atención la robó el cuerpo de su novia que contorneaba sus caderas frente a él casi como si bailara una melodía silenciosa.

Al principio de la relación ambos tenían pocas ocasiones de coincidir dadas sus ajetreadas agendas. Una abogada que también daba clases, hacía yoga y jugaba handball con sus amigas poco tenía que hacer con un ex futbolista, padre de cuatro, culo inquieto, demasiado estructurado pero sumamente dulce.

No estaban destinados a encontrarse y, sin embargo, lograron sortear las cartas del destino bajo el cielo cordobés. Pablo todavía recordaba el día en que la conoció, donde ella lo atrapó después de la excusa de un recorrido turístico que lo hizo sentir como un adolescente torpe.

En un par de semanas se cumplirían cuatro años desde que se vieron por primera vez. Doce meses de idas y vueltas donde ninguno se atrevía a avanzar pero tampoco querían dejarse ir. Con tantos obstáculos, hubo momentos donde a Pablo le pareció imposible poder concretar algo con ella. Así que ahora, estando juntos y conviviendo al fin, él buscaba cualquier excusa para perderse en su piel sin importarle nada más.

Se levantó de la cama, dejando caer la toalla en el piso como esperando que ella lo retara por hacer eso pero nada pasó. Se le acercó por detrás, agarrándola de la cintura y acercando su nariz al hueco de su cuello para disfrutarla íntimamente. Ella apagó la planchita y lo acarició mientras él disfrutaba al verla usar el collar que le había regalado cuando le pidió que fuera su novia.

-Qué linda que estás...

-¿Te gusta? Yo creo que me marca mucho.

-Mmmm y, un poco corto ¿viste? Se te ve todo.

-¡Tampoco exagerés! ¿Decís que me cambie?

-Como a vos te parezca. Yo te lo puedo sacar si querés.

-¡Basta Pablo! En serio te digo. ¿Qué te parece el negro? Ese es más suelto pero tiene mucho escote.

-Me gusta más el rojo pero no importa lo que te pongas, te va a durar poco puesto cuando vuelvas.

-Jajaja, ¿no te alcanzó con lo del mediodía?

-No... Sigo teniendo ganas, siempre tengo ganas con vos. Aparte... hoy es mi cumpleaños, no sé, pensé que podía elegir mi regalo.

-Vos podés pedir lo que quieras, hoy y siempre pero... le prometimos a tus amigos que ibas a compartir con ellos.

-¡Pero eso fue idea del hinchapelotas de Lionel, estoy seguro! No importa, podemos quedarnos acá... ¡Cancelo y listo!

-¡No seas así! Y no te olvidés que yo también tengo que salir... pero te prometo que voy a estar acá cuando vuelvas.

-¡No pero, yo quiero estar con vos ahora! Por favor... hermosa, dale.

-¡No hagás esa cara! No me vas a convencer, ni estando así de bueno. Ya diste tu palabra y yo también, no podemos escaparnos, no somos pendejos.

-Pero...

-Pero nada, después hacemos lo que vos quieras pero ahora no.

-Ta bien, ta bien pero no te quejés después.