Capítulo 28: Maestro Tierra y el Avatar

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La tensión se palpaba en el aire cuando Seungkwan y Dino se posicionaron frente a frente en la improvisada arena de piedra. El maestro tierra hizo el primer movimiento, lanzando una serie de rocas que Dino esquivó con agilidad. Los pasos del Avatar eran rápidos y fluidos, como si cada uno fuera una danza bien practicada. "¡Vamos, Dino! ¡No me iré de aquí hasta que me devuelvas un golpe!" gritó Seungkwan, con un toque de frustración.

Los demás observaban absortos desde la distancia. Vernon cruzó los brazos y comentó "Dino se mueve mejor que antes. Ahora está combinando su aire control con agua control". Los demás asintieron, menos Jun, Hoshi y Woozi, quienes miraban la pelea con expresiones más serias.

Dino ahora usaba ambos elementos, la libertad del viento con la adaptabilidad del agua, sus movimientos se combinaban de forma delicada, casi como una danza.

"Seungkwan es mucho mejor de lo que parece," murmuró Woozi, sin apartar la vista de la acción.

Hoshi asintió de acuerdo y señaló "Observa cómo ataca. Lo hace de manera impecable, sin dejar casi rastro en la superficie. Se protege y ataca sin alboroto."

El pequeño maestro tierra manipulaba las rocas a voluntad con movimientos fuertes y una gran postura, la tierra se movía a su antojo pero una vez deformada no dañaba su alrededor se quedaba ahí, denotando la incansable práctica de éste.

Joshua, que estaba de pie junto a DK, interrumpió "Es descendiente de Toph Beifong." Todos voltearon, mirando al principe sorprendidos. Toph Beifong, la legendaria maestra tierra que alguna vez enseñó al Avatar Aang y a la Avatar Korra, fundadora de la policía de metal control de Ciudad República, fue casi un mito viviente.

En el centro de la arena, Dino y Seungkwan comenzaron a discutir en medio de sus intercambios de movimientos. "¿Cuál es el objetivo de esta pelea?" exigió Dino, su frustración era evidente.

Seungkwan sonrió con calma y se quitó los zapatos, dejando sus pies descalzos sobre la superficie rocosa que había construido. "Tal vez así lo entiendas," replicó, sintiendo el terreno con una precisión y conexión que solo un verdadero maestro tierra podía tener.

La pelea se intensificó rápidamente. Dino lanzó ráfagas de aire y chorros de agua, tratando de forzar al mayor a retroceder. Con movimientos mejorados usaba sus manos para seguir las posiciones del agua control, arrastrándola como un látigo, tratando de aproximarse.

Pero Seungkwan, con los pies bien anclados al suelo, comenzó a manipular la piedra con una destreza abrumadora. Creó un montículo desde el cual empezó a cortar discos de roca y a lanzarlos hacia Dino. Desesperado, el Avatar levantó un muro de hielo, esperando que fuera suficiente para bloquear el ataque.

"Eso fue una jugada tonta," resopló Woozi. Hoshi estuvo de acuerdo y añadió "Sí, merece un castigo por eso." Minghao, intrigado, estaba a punto de preguntar por qué, pero se detuvo cuando vio lo que sucedía a continuación.

Dino había perdido de vista a Seungkwan tras el muro de hielo. El maestro tierra, aprovechando la oportunidad, levantó una torre de piedra que emergió bajo Dino y lo golpeó en el rostro, dejándolo inconsciente.

Seungkwan permaneció parado viendo como el muro de hielo se deshacía, con una sonrisa de satisfacción en su rostro.

Jeonghan suspiró y explicó: "Los buenos maestros tienen una conexión tan profunda con su elemento que pueden sentir a través de él. Seungkwan, al estar descalzo, sabía la posición de Dino, y como él había cubierto su campo de visión, lo atacó sin que pudiera preverlo."

Dino yacía en el suelo, y el respeto hacia Seungkwan se hizo aún más evidente entre sus amigos. La lección había sido clara: todavía había mucho que aprender.

...

Dino despertó con un dolor sordo en la cabeza, sus ojos parpadeando mientras trataba de recordar dónde estaba. Reconoció el suave resplandor de la lámpara encendida a un costado de su cama y las voces de Jeonghan y Hoshi, quienes conversaban sin notar que el menor ya había recuperado la conciencia.

"Te lo digo, Seungkwan realmente no se contuvo esta vez," comentó Hoshi con una risa ligera.

Dino hizo un esfuerzo para sentarse un poco y carraspeó, interrumpiendo la conversación de sus amigos. "¿De verdad tienes que burlarte de mí, maestro Hoshi?" replicó con un tono de falsa indignación, aunque en su mirada había un atisbo de humor.

Hoshi le dirigió una sonrisa traviesa. "Vamos, Dino, admítelo. Esta vez sí que te dejaron en el suelo." Pero su sonrisa se desvaneció un poco al ver la expresión seria en el rostro de Dino.

"Me estoy cansando de ser siempre el que pierde," murmuró el Avatar, bajando la mirada a sus manos, aún temblorosas por la pelea reciente.

Jeonghan lo miró con una expresión de comprensión, su voz suave cuando habló. "Dino, hay más aprendizaje en el perder que en el ganar," le dijo.

"Tú siempre ganas en todo" murmuró el menor mientras que el de cabellos largos le sonreía acariciando su cabeza.

La puerta de la habitación se abrió, y Seungkwan y Woozi entraron. Ambos conversaban animadamente, Woozi esbozando una ligera sonrisa, a lo que el avatar reaccionó con un puchero. Rara vez veía al mayor sonreír y casi nunca le dirigía ese gesto a él.

"Dino, no lo estabas haciendo mal," dijo Woozi mientras se acercaba, su tono más suave de lo habitual. "Solo cometiste un error." Dino sintió que su corazón se relajaba, aliviado de no recibir un regaño severo. Sin embargo, antes de que pudiera responder, Woozi continuó, con un toque de seriedad en la voz. "Pero un error puede costarte la vida."

Dino apretó los puños y, con más firmeza de la que nunca había mostrado, interrumpió a al maestro agua. "No entiendo por qué necesito pelear de esta forma," dijo, con una mezcla de frustración y confusión. "Hasta ahora, no ha habido una sola situación en la que realmente haya tenido que usar la fuerza. Los problemas que he enfrentado son más diplomáticos que físicos."

El aire de la habitación se tensó. Todos los presentes se quedaron en silencio, sorprendidos por la osadía de Dino. El menor casi nunca respondía, mucho menos con tanta convicción hacía sus maestros. Hoshi abrió la boca, dispuesto a decir algo para calmar los ánimos, pero fue interrumpido por Seungkwan.

"¡Tienes que aprender a pelear!" exclamó Seungkwan, su voz fuerte y llena de energía. "Puede aparecer un loco como yo, uno que quiera humillarte y demostrarle al mundo que el Avatar ya no es necesario." Con un movimiento rápido, el maestro tierra levantó una pequeña piedra y se la lanzó a Dino, golpeándolo en la frente.

La piedra no causó daño real, pero fue suficiente para romper la tensión en la habitación. Dino se frotó la frente, mirándolo con incredulidad y un toque de irritación. "¡¿Por qué siempre tienes que golpearme con piedras?!"

Seungkwan se cruzó de brazos y alzó una ceja, con una sonrisa traviesa en el rostro. "Es mi forma de enseñar, Avatar. Además, ¡es efectivo!"

Dino se quejó, lanzándole un cojín que estaba al alcance, y pronto los dos comenzaron una pequeña discusión infantil, con Seungkwan esquivando el cojín y lanzando comentarios sarcásticos mientras Dino protestaba con exagerada indignación.

El ambiente en la habitación se volvió más ligero. Jeonghan suspiró, aliviado de que la situación hubiera cambiado de un tono serio a uno más relajado. Woozi, aunque todavía serio, dejó escapar un leve suspiro de resignación mientras observaba a los dos más jóvenes.

Los tres mayores en la habitación intercambiaron miradas, pensando en lo que acababa de decir el menor. Pronto la puerta fue abierta por un Jun sereno.

"Wonwoo me dijo que ya llegamos, vamos a aterrizar." Todos asintieron a sus palabras.

"Es hora de instalarnos en nuestra nueva casa". Declaró Jeonghan.

Seventeen: Avatar The AirbenderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora