Capitulo 24: El Mundo de los Espíritus

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En el umbral del mundo espiritual, Dino se adentró en un espacio lleno de colores vibrantes y una energía especial que lo envolvía por completo. Ante él, se alzaba un majestuoso árbol, emanando una presencia imponente.

"El avatar puede visualizar sus vidas anteriores si medita dentro", dijo un espíritu en forma de conejo con alas de mariposa, acercándose a Dino con gracia y ligereza.

Intrigado, Dino miró al espíritu y preguntó: "¿Cómo sabes eso?"

El conejo espiritual respondió con calma: "Es algo que siempre has sabido. Los avatares anteriores han utilizado este lugar para conectarse con sus vidas pasadas".

Dino asintió, comenzando a comprender que para los espíritus, él era visto como el avatar, no era un individuo sino una extensión de sus vidas anteriores.

"La Avatar Korra dijo que solo puedo ver hasta su vida, rompió nuestra conexión espiritual", murmuró Dino, recordando las palabras de su predecesora.

De repente, una multitud de espíritus de diversas formas y tamaños comenzaron a congregarse a su alrededor, expresando sus quejas y preocupaciones sobre los humanos y cómo estos perturbaban el equilibrio del mundo terrenal. "No nos dejan estar ahí" "Los humanos son sucios" "Me dan miedo" "Están matando a la naturaleza" "Si se acaba su mundo querrán invadir el nuestro" eran algunas de las oraciones que el maestro aire entendió.

"Escucharé sus quejas, pero necesito que lo hagan de manera ordenada", anuncia Dino con determinación, buscando traer algo de organización a la multitud de voces espirituales que lo rodean.

Uno a uno, los espíritus comienzan a hablar, expresando sus preocupaciones y quejas sobre los humanos y su impacto en el mundo. Algunos mencionan la destrucción del hábitat natural, la contaminación del aire y del agua, y el desequilibrio en la flora y fauna del mundo espiritual debido a las acciones humanas.

En medio de las voces, un espíritu en forma de pez se acerca a Dino. "Deberías escuchar también a los espíritus del océano", sugiere con solemnidad.

Las palabras del espíritu pez resuenan en la mente de Dino. "Acompañaré a los espíritus del océano", declara Dino, decidido a explorar y comprender mejor las profundidades del mundo espiritual y las preocupaciones de sus habitantes.

...

Dino, acompañado del espíritu del pez, avanzó con cautela por la cueva subterránea, iluminando su camino con una tenue luz que emanaba de su cuerpo. Al llegar al lago subterráneo, quedó maravillado por la belleza del lugar, pero pronto su asombro se vió eclipsado por una sensación de malestar.

Criaturas marinas emergieron del agua, rodeándolo y comenzando a expresar sus quejas y preocupaciones sobre el impacto de los humanos en los océanos. Sin embargo, una sombra oscura comienza a extenderse por el lugar, transformando a las criaturas pacíficas en seres violentos y agresivos.

Dino, sintiendo el peligro inminente, intentó retroceder, pero las criaturas, ahora corrompidas por la oscuridad, lo atacaban ferozmente. Sin opciones, Dino huyó, su corazón latiendo con miedo y confusión. En un instante, se encontraba transformado en un niño de apenas cinco años, indefenso ante la amenaza que lo rodea.

Justo cuando la oscuridad parecía consumirlo por completo, una mano cálida lo detuvo en seco. Dino al levantar la mirada y se encontró con un hombre de edad  avanzada, con una sabiduría y calma radiantes. Reconociéndolo al instante como el legendario General Iroh, cuyo nombre resonaba en las páginas del diario de Korra.

"No te hará daño, solo está asustado como tú", dice Iroh con voz serena, mientras su presencia irradia una sensación de seguridad y paz.

Dino, aún asombrado por el encuentro, pronuncio e hizo una reverencia: "General Iroh".

El anciano maestro sonrió con ternura "Es bueno ver a un maestro aire convertido en el Avatar. Esto hace siglos pudo considerarse imposible."

...

Jeonghan, con las piernas cruzadas y los ojos cerrados, se sumergía en un profundo estado de meditación cerca del portal espiritual. El murmullo suave del viento y el canto de los pájaros creaban una atmósfera serena a su alrededor. De repente, el sonido de pasos pesados interrumpió su tranquilidad, y al abrir los ojos, se encontró con el presidente Yungbin, rodeado de guardias.

El presidente, con una expresión impaciente, preguntó: "¿Cuánto más tardará Dino en regresar?"

Jeonghan respondió con calma: "Tardará lo que deba de tardar. No podemos apresurar este proceso."

Mientras tanto, Vernon exploraba una parte del bosque, observando los árboles y las criaturas que lo rodeaban. De repente, divisó a un chico cerca de las raíces de un gran árbol, estaba tarareando una canción. Sorprendido, gritó que se detuviera, pero este lo ignoro, haciendo que Vernon tomará la decisión de perseguirlo, pero el chico parecía desvanecerse entre las sombras, dejando solo su canto resonando en el aire.

Atraído por la dulce voz, Vernon continuó persiguiendo al chico, pero pronto se topó con DK, quien lo encontró pues parecía haberse perdido en el bosque. Al preguntarle si está bien, Vernon le contó sobre el chico que vio.

"Pudo haber sido una prueba de los espíritus o del mismo bosque, es mejor que regresemos con Jeonghan." Mencionó DK sin darle tantas vueltas al asunto.

...

Dino se encontraba sentado en una mesa rodeado de espíritus brillantes, bocadillos y muchas cosas que no sabía cómo nombrar, estaban frente a una pequeña casita.
Iroh, le ofreció una taza de té de jazmín con una sonrisa amable. Dino aceptó el té gustoso, sintiendo la calidez reconfortante de la bebida en sus manos.

Con la mirada perdida en el vapor ascendente de la taza, Dino le confesó a Iroh sus preocupaciones sobre los portales espirituales y su papel como Avatar. Le dice que se siente inútil frente a la ira de los espíritus y que parece que ya no tiene un propósito claro en el mundo de los humanos.

Iroh colocó una mano reconfortante sobre el hombro de Dino y le responde con voz serena: "La sabiduría se adquiere con el tiempo, joven Avatar. Es normal sentirse perdido y dudar de uno mismo. Pero recuerda que cada Avatar ha tenido su importancia en diferentes momentos de la historia".

Dino asintió, absorbiendo las palabras de Iroh. "Las quejas de los espíritus son las mismas que las mías", continúo Dino. "Pero no sé cómo abordarlas en el mundo humano".

Iroh le sonrío comprensivamente y le dijo: "Es como una taza de té. Parece simple, pero todo tiene un proceso. Desde cultivar las flores hasta elegir la tetera adecuada, cada paso es importante. No se puede dar un paso sin haber preparado el camino".

Dino reflexionó sobre las palabras de Iroh, sintiendo un destello de esperanza y determinación crecer dentro de él. Tal vez, con paciencia y sabiduría, podría encontrar la manera de resolver las dificultades que enfrenta como Avatar.

Seventeen: Avatar The AirbenderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora