11. Ironía

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Dedicado a: goodlyminz

En la guerra hay muertes, cientos, incluso miles de muertes, pero en el mundo en general y sin importar qué, siempre hay nacimientos

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En la guerra hay muertes, cientos, incluso miles de muertes, pero en el mundo en general y sin importar qué, siempre hay nacimientos. Esta es la ironía y el significado de la vida: nacer y morir. Claro que cuando un bebé nace, lo último en lo que se piensa es en la muerte. Al menos en el palacio de Noctis Imperium, eso no ocurría desde que la Reina Madre dejó de tener hijos.

Aun así, poco más de tres años atrás, en el reino se esparció el rumor de que el primer vástago de la futura Mano del Rey iba a fallecer o nacer muerto, ya que, según lo que se apreciaba superficialmente, el cachorro nacería prematuro, lo cual indicaba un pronóstico desfavorable.

Cada persona que se alojaba en el palacio pasaba por distintas etapas de duelo, incluso antes de saber si el niño había nacido o no, tratando de que la madre no se enterara. Sin embargo, Hanni lo supo, y antes de preocuparse, se sintió avergonzada.

Su bebé no era prematuro; había llevado en su vientre perfectamente nueve meses, casi diez. Lo único prematuro en su vida había sido su matrimonio, celebrado casi de un día para otro.

Incluso ahora, unos cuatro años después, recordaba cómo se había acercado a Min Ji durante aquel verano para mencionarle que llevaba semanas con náuseas y que, además, el celo que debía tener en ese tiempo no aparecía. Ambas eran jóvenes, no tan jóvenes como la Reina Madre cuando tuvo a Hae Rin, pero jóvenes: Min Ji contaba con dieciocho años y Hanni con diecisiete.

El único que supo del embarazo extramatrimonial de la joven pareja fue el Rey, quien autorizó un matrimonio inmediato para aquellas niñas a las que había visto crecer como sus hijas y, de la misma forma, fue el único que no se preocupó por el "prematuro" nacimiento. Es más, se encargó de calmar a todos diciendo, con una paz incomprensible, que el cachorro nacería bien y que sería grande.

Así fue: Alma nació enorme, con los pulmones más fuertes del reino y una determinación bendecida por el Rey, quien la notó en los dos años que estuvo presente en la vida de la pequeña. Lamentablemente, Alma ahora no lo recordaba, y la única monarca que conocía era Hae Rin.

Si Hanni pensaba en todo eso, su corazón lleno de angustia se calmaba, y los dolores de su parto parecían más llevaderos. Sentada en su nido, se recostó en el cuerpo de su esposa mientras la partera revisaba que todo transcurriera bien.

- Pronto empezará a pujar - le avisó justo cuando llegó la joven doncella que habían enviado a los aposentos de las Reinas para anunciar el nacimiento de su segundo vástago.

La joven no tenía más de quince años y se notaba virgen de todo lo que se podía llamar virginidad, quizá por eso tanto Min Ji como Hanni supieron inmediatamente qué sucedía cuando vieron a la joven asomarse pálida y algo asustada.

- Las encontró follando - comentó la mayor en el oído de su esposa, quien gracias a la risa, se sintió un tanto aliviada de su dolor.

- Debimos prevenirlo, esas dos no se sueltan, ¿por qué mandaste a una doncella tan joven? - susurró, tratando de que la partera no se enterara de los asuntos.

Destiny [daerin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora