Nicholas Chávez.

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Abrí la puerta con mis manos temblorosas, a través de la puerta se encontraba el, con su camisa negra y sus brazos musculosos.

--Hola princesa.
Dijo apoyando su mano en el marco de mi puerta.
--¿Ya nos vamos?
Me guiñó el ojo.

Asentí con un leve sonrojo en mis mejillas mientras caminaba hacia su auto, el abrió la puerta delantera para mi y la cerró cuando ya estaba dentro.
El se subió y arranco el auto.

--¿Tienes pensado en dónde ir?
Le dije nerviosa.

--No estés nerviosa, ya lo tengo todo planeado.
Dijo acariciando su pelo con ondas y castaño.

Me sonroje y asentí, veía mi celular mientras el confundía y nos lanzabamos miradas de reojo. Finalmente llegamos a un restaurante en la ciudad, Nicholas me abrió la puerta y tomo mi mano para ayudarme a salir.

--Gracias...
Le dije mirándolo a los ojos.

--Es lo menos que puedo hacer. Vamos.
Me sonrió y comenzamos a caminar, cuando entramos al restaurante, una señorita se acercó a nosotros.

--"Bienvenidos, ¿Tienen alguna reserva o quieren reservar ahora?"
Mire a Nicholas confundida.

--Si, tenemos una reserva en la zona VIP.
Dijo el con una sonrisa, mirándome de arriba a abajo.

La señorita asintió y nos llevó a nuestra mesa, la zona VIP tenía más iluminación un poco romántica, con rosas y todo ese rollo.
Nicholas se sentó frente a mi con una sonrisa mientras la señorita nos daba el menú. Yo miraba a Nicholas sonrojada mientras la señorita se alejaba de nuestra mesa.

--Um...¿Q-Que pasó... anoche?
Pregunte nerviosa jugando con mis dedos, sentí la mano de Nicholas tomar mis dedos.

--¿Que es lo que te preocupa?
Preguntó sin quitarme la mirada de encima.

--Me preocupa que... nosotros...
Intenté modular. Me preocupaba que el y yo hayamos tenido sexo, después de todo no estaba sobria, estaba borracha y no sabía si nos habíamos cuidado al menos.

--¿Te preocupa que hayamos tenido sexo?
Dijo con una leve risa.

--¡Baja la voz!
Dije con un susurro lanzandole una mirada de sorpresa.

--Escucha, princesa.
Dijo tomando mi mentón.
--Si hubiéramos tenido sexo, no podrías ni caminar hoy.
Con su dedo pulgar acaricio mi labio.

Sentía como mis mejillas ardían mientras lo miraba atónita, el se alejo con una sonrisa traviesa.

--Entonces...¿Que paso?

--Pues...
Dijo acomodándose en su asiento y cruzando los brazos, sin dejar de mirarme.
--Ayer estabas borracha, me invitaste a bailar luego de un rato mirándonos, luego comenzaste a sentirte mal...casi te dormías supongo.
Suspiró.
--Luego recuerdo que te subí a mi auto, podía conducir porque no bebi casi nada. Apenas podías hablar, pero tenías un papel con la dirección de tu casa. Fue más fácil llevarte a casa.

--¿Q-Que pasó después?
Me estaba comenzando a preocupar, las cosas que decía que hice me causaban vergüenza, incluso si fuera otra persona me daría vergüenza ajena.

--Luego sacaste las llaves de tu casa y te ayude a entrar. Por lo que recuerdo primero te lleve al baño ya que querías vomitar.
Se quedó en silencio unos segundos mirando al suelo y sonrió.
--Te cargue en mis brazos y te recosté en tu cama, te deje una nota con mi número por si necesitabas algo.
Me miró a los ojos nuevamente.
--Y al parecer si lo encontraste.
Dijo sarcástico.

--Dios...Lo siento tanto.
Dije avergonzada colocando mis manos en mi rostro.
--No deberías haberte hecho cargo de una borracha. Debió ser una molestia...

--Para nada. Fue un placer ayudar. ¿Que hubiera pasado si no estuviera yo ahí?
Dijo sintiéndome tiernamente.

Le devolví la sonrisa antes de que la mesera se acercara a nosotros.

--"¿Listos para ordenar?"

--Si.
Contestamos los dos al mismo tiempo.

--Bueno, al menos para mí unos rolls de Sushi fritos y de queso crema.
Dijo Nicholas con un tono cortez.

--Oh, ¿Hay sushi?
Mire a Nicholas sorprendida.
--Entonces, lo mismo que el.

--"¿Para beber?"
Preguntó ella con un tono dulce mientras anotaba los pedidos.
--"Tenemos sodas, jugos y cócteles por si gustan."

--Por mi lado solo una soda.
El sonrió y luego me miró.
--Puedes pedir un coctel si gustas, aquí estoy.
Dijo dándome un guiño de seguridad, con una sonrisa tan dulce que podría derretirme.

--Entonces...una brasileña, por favor.
Dije mirando a la mesera anotar el pedido.

--"Está bien, su pedido estará pronto."
Dijo antes de irse.

--¿Nicholas?
Pregunte con una voz suave.

--¿Si, linda?
Dijo mirándome a los ojos.

--¿Que harás después de cenar?
Dije mientras jugaba con mis dedos.

--Te llevaré a tu casa, luego supongo que me quedaré en algún hotel cercano. ¿Porqu-?
Lo mire antes de interrumpir, sin dejar que terminara su oración.

--¿Hotel?
Dije preocupada.

--Oh, no, no te preocupes linda.
El movió sus manos haciendo entender que me relajara.
--Solo...tengo visitas en casa, y la verdad esque no quiero dormir junto a las visitas.

--Puedes quedarte en mi casa, si quieres.
Se que era una mala idea, pero...quería devolver el favor.

--No te preocupes, no hace falta.
Dijo el sonriendo, pero con un tono firme.

--Por favor, déjame devolverte el favor. Luego de lo que hiciste por mi, debo devolverte el favor.
Dije con una expresión de preocupacion, con una voz dulce.

--Esta bien.
Dijo riéndose con un tono de rendición.

Luego de unos minutos hablando y riéndonos, finalmente la mesera interrumpió y nos trajo nuestros pedidos, junto a mi trago y la soda de Nicholas.
Comenzamos a comer y seguíamos hablando de nuestras vidas y riéndonos juntos. Me daba cuenta que Nicholas parecía rudo, un hombre firme por la forma en la que habla, la forma en la que camina, pero ahora que he hablado con el, es un hombre dulce y parece ser comprensivo, caballeroso, de esos hombres que te abren la puerta de todo, que te tratan como princesa.

Mientras más miraba a Nicholas y lo escuchaba, más me interesaba en el, en conocerlo, en saber quién era, a qué se dedicaba, todo de el. Me llamaba la atención aquel hombre que estaba sentado frente mio, aquel chico que se llamaba Nicholas.

𝑺𝒉𝒂𝒎𝒆𝒍𝒆𝒔𝒔 -- 𝑵𝒊𝒄𝒉𝒐𝒍𝒂𝒔 𝑪𝒉𝒂𝒗𝒆𝒛.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora