Capítulo 3 El Despertar del Super Saiyan
El aire se sentía denso y cargado de electricidad, como si el mundo mismo contuviera la respiración. Naruto, aún recargando sus fuerzas tras la última batalla, observaba cómo el Templo de Vortexia parecía vibrar con una nueva energía. Pero esta vez, el zumbido de la energía en el aire tenía algo distinto, como un eco oscuro y antiguo, anunciando la llegada de algo peligroso.
—¿Sientes eso, Naruto-sama? —dijo Towa, su mirada fija en el horizonte más allá de los muros flotantes del templo—. Se acerca algo... o alguien.
Naruto asintió en silencio. A pesar de su descanso, su cuerpo aún sentía el peso de la última pelea. Sin embargo, sabía que no tenía el lujo de flaquear. Se puso de pie, y su aura comenzó a brillar, respondiendo a la amenaza desconocida. En ese instante, una figura emergió lentamente de las sombras, caminando hacia él con una calma inquietante.
La figura avanzó hasta que la luz del templo reveló su rostro: una sonrisa fría y una mirada que irradiaba una determinación implacable. Tenía el cabello de un rosa oscuro que caía en ondas, brillando bajo la luz como si estuviera ardiendo. Su aura carmesí envolvía su cuerpo como una segunda piel, poderosa y vibrante, como si estuviera impregnada de una energía divina.
—Así que tú eres el famoso Dios de la Destrucción —dijo la figura con voz melodiosa y calmada—. He venido a comprobar si los rumores sobre tu poder son ciertos.
Naruto sintió una chispa de reconocimiento. Este no era un enemigo común. La energía que emanaba la figura se sentía extraña, pero poderosa, como si proviniera de una fuente antigua y distorsionada. Naruto adoptó una postura firme y sus ojos destellaron con un brillo desafiante.
—¿Quién eres? —preguntó Naruto, con la voz resonante, mientras un aura dorada comenzaba a rodearlo.
—Soy Black, el portador del juicio divino —respondió el guerrero de cabello rosado, con una ligera inclinación de cabeza—. Y hoy, Naruto, conocerás la justicia de los dioses.
Sin previo aviso, Black se lanzó hacia él con una velocidad descomunal, el aire estallando a su alrededor. Naruto reaccionó justo a tiempo, interceptando el ataque con un puñetazo que hizo temblar los muros del templo. El choque de sus auras, una dorada y otra carmesí, iluminó el cielo con destellos intensos. Naruto sintió el peso del golpe y contraatacó con una explosión de energía, empujando a Black hacia atrás.
Sin embargo, Black apenas retrocedió y, con una sonrisa oscura, concentró su energía, rodeándose de una serie de pétalos de rosa que flotaban en el aire. En un instante, esos pétalos se transformaron en cuchillas de energía y se lanzaron hacia Naruto como una lluvia mortal.
—Parece que esto va a ser un verdadero desafío... —pensó Naruto, sus ojos brillando con intensidad.
Sintiendo que debía responder con todo su poder, Naruto dejó escapar un rugido, y su aura dorada se volvió más intensa. Sus músculos se tensaron, y su cabello comenzó a elevarse y a cambiar de tono, tornándose en un dorado reluciente. Había alcanzado el estado de Super Saiyan.
—¿Te impresiona esto, Black? —dijo Naruto, su voz ahora profunda y llena de poder—. Veamos qué tan divino eres en realidad.
Los dos guerreros chocaron de nuevo, sus movimientos tan rápidos que apenas podían distinguirse. Cada golpe resonaba como un trueno, y cada destello de energía iluminaba el campo de batalla con una luz casi cegadora. Naruto, ahora en su forma de Super Saiyan, sentía su fuerza multiplicada, cada ataque cargado con una potencia devastadora.
Black esbozó una sonrisa, y su propia aura carmesí brilló aún más, intensificándose a medida que igualaba cada golpe de Naruto. La batalla se tornó en un verdadero enfrentamiento de fuerzas divinas, con cada uno de ellos empujando sus límites más allá de lo imaginable. La energía en el ambiente se sentía como una tormenta inminente, y el destino del templo flotante —y quizá del mundo entero— pendía de un hilo.
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La Ira de un Dios Naruto y el Poder de la Destrucción Oscuro
Hayran KurguEn un universo paralelo, donde las fuerzas del bien y del mal se encuentran en un delicado equilibrio, Naruto ha ascendido a un nuevo nivel de poder. Reconocido como el Dios de la Destrucción, su misión es mantener la paz y la estabilidad entre los...