Minho sintió una presión en el pecho mientras corría hacia el almacén, su corazón latiendo con fuerza. La imagen de Camille siendo atacada por Javier lo perseguía, llenándolo de un impulso casi animal de protegerla, cuando llegó, la escena que se presentó ante sus ojos lo hizo arder de rabia.Javier estaba sobre Camille, quien estaba tirada en el suelo, visiblemente aturdida. Con una mirada lasciva, el hombre la sujetaba del brazo, sus manos en su ropa, Minho se detuvo por un segundo, el odio burbujeando dentro de él, y luego, sin pensarlo dos veces, se lanzo hacia adelante.
—¡Sueltala!— rugió, atrapando a Javier por la camisa y propinándole un puñetazo en el rostro que resonó en el aire. Javier retrocedió, sorprendido, pero su sorpresa rápidamente se convirtió en furia. Intento recuperar el control, pero Minho estaba en un frenesí, dándole otro golpe directo al estómago. Javier, tambaleándose, hizo un movimiento para contraatacar, pero Minho estaba decidido.
Con una serie de movimientos rápidos y precisos, Minho empujó a Javier contra la pared, la rabia y la protección impulsándolo. —Crees que puedes hacerle esto y salirte con la tuya?— Minho gruño, temblando de ira mientras le propinaba otro golpe, está vez en la mandíbula.
El sonido de los golpes llenaban el aire, y cada uno resonaba como un eco de la determinación de Minho. Finalmente, con un último esfuerzo, lo arrojo al suelo. Javier quedo inconsciente, un manojo de furia desvanecida en el suelo, y Minho se volvió hacia Camille, sintiendo que todo el aire le salia del cuerpo.
Minho sintió cómo la adrenalina aún corría por sus venas mientras se acercaba a Camille, su corazón latiendo con fuerza. La imagen de Javier, tendido en el suelo, lo dejó satisfecho, pero el verdadero horror era el estado de Camille. Ella estaba sentada en el suelo, su rostro pálido y tembloroso, con lágrimas en los ojos. El golpe en su rostro, un moretón oscuro, parecía un eco del trauma que había vivido.
Se quedó de pie frente a ella, su corazón latiendo con fuerza mientras se acercaba. El lugar era un caos, pero en ese momento, todo se desvaneció, nada de lo que había pensado antes importaba. Solo existía ella y la vulnerabilidad que emanaba tras el intento de Javier. Con un rápido movimiento, se quitó la chaqueta y la envolvió con suavidad alrededor de los hombros de Camille, como si intentara protegerla de cualquier sombra que aún pudiera quedarle.
Con un profundo suspiro, Minho se arrodilló frente a ella, sus defensas bajando al verla tan vulnerable. El impulso de protegerla lo abrumó, y sintió una mezcla de rabia y tristeza.
—Lo siento, Camille, lo siento tanto —murmuró, su voz un susurro lleno de dolor al ver el moretón oscuro que marcaba su piel, un recordatorio tangible de la brutalidad que había sufrido. Sus dedos se movieron con cuidado, acariciando su rostro con ternura, como si tuviera miedo de romper algo frágil.
Camille alzó la vista hacia él, sus ojos llenos de miedo y confusión, pero también de una profunda gratitud. Minho sintió una oleada de rabia al recordar a Javier y lo que había intentado hacerle. Sin poder evitarlo, apretó los dientes, su frustración a punto de explotar.
—Siento mucho que hayas tenido que pasar por esto —dijo, su voz temblando. —No debería haber sucedido. No estoy aquí para justificarme, pero te prometo que no dejaré que te vuelva a pasar.
—Y no te preocupes, ya no va a volver a hacerte daño —prometió, su voz firme aunque su corazón estaba hecho trizas. Se inclinó un poco más cerca, los ojos de ambos conectándose en un nivel que iba más allá de las palabras. Era un momento lleno de complicidad, de promesas silenciosas.
—Minho… —Camille susurró, su voz temblando.
—Shh, solo déjame estar aquí contigo —interrumpió, su mano aún acariciando su mejilla. Minho no pudo evitar inclinarse un poco más, su frente rozando la de ella, buscando consuelo en el calor de su proximidad.
Camille cerró los ojos, absorbiendo el momento. La sensación de su cuerpo contra el suyo, la calidez de su chaqueta, la seguridad que emanaba de él, todo eso la envolvía como un manto protector.
—¿Estás bien? —preguntó Minho, su voz suave pero cargada de preocupación.
—No estoy segura… —respondió Camille, una lágrima solitaria deslizándose por su mejilla.
Sin pensarlo, Minho se acercó un poco más, capturando esa lágrima . Era un gesto simple, pero lleno de significado, una promesa de que estaba allí, que siempre estaría allí. La mirada de Camille se volvió más intensa, atrapada entre el miedo y la esperanza.
Camille cerró los ojos por un momento, disfrutando del toque suave de su mano. Era un momento frágil, lleno de emoción. La vulnerabilidad de Camille contrastaba con la fortaleza de Minho, y en ese instante, el mundo exterior desapareció.
—Gracias... —susurró ella, su voz apenas un eco. —No sé qué hubiera hecho sin ti.
Minho sintió una ola de calidez al escuchar esas palabras. Había tenido que ser fuerte en el momento de la pelea, pero ahora, viendo su fragilidad, se dio cuenta de cuán importante era su bienestar.
—No tienes que agradecerme. —Él sonrió débilmente, aunque la rabia aún burbujeaba dentro de él. —Voy a cuidarte. Siempre.
Ella lo miró a mi los ojos, y Minho se perdió en su mirada, un océano de emociones.
—Te prometo que no dejaré que nadie te haga daño otra vez —declaró, la convicción en su voz resonando con fuerza. Su mano se deslizó detrás de su cabeza, acercándola aún más a él.
En ese instante, el mundo exterior se desvaneció. No había ruido, no había miedo, solo la conexión palpable entre ellos, esa chispa que se había encendido en medio de la oscuridad. Minho, lleno de ternura, no podía evitar desear protegerla, no solo de los peligros externos, sino de los propios monstruos que habitaban en su mente.
—Estaré aquí, Camille. Siempre estaré aquí —prometió, y ella, sintiendo la sinceridad de sus palabras, se permitió relajarse en su abrazo, aunque las cicatrices de lo ocurrido aún estuvieran frescas.
La cercanía de Minho, su voz suave y su calidez, le dieron a Camille un rayo de esperanza en medio de la tormenta. Quizás, solo quizás, todo iba a estar bien.
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Maze Runner a prueba de fuego |MINHO| Siempre fuiste tú ❤️
FanficEl laberinto fue solo el comienzo tendrán que enfrentar otros obstáculos y en el camino se darán cuenta que no pueden confiar en cualquier, porque quien menos espera te traiciona. Los asares de las vida son un poco extraño ya que puede reunirlos en...