Traición.

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- Aquí están los bocetos qué me pidió. Son sus últimas creaciones incluyendo la del invierno pasado.- La joven veía fijamente al pelinegro ante ella.

- Esta bien. Dejalos.- Levanto su mirada mostrando una sonrisa. Sus grandes ojos resaltaban a través de sus anteojos.- Los voy a revisar y luego tomaré una decisión.

- Jefe...- Dudó por unos segundos.- Ya son las 3 p.m.

- Lo sé.- Volvió a sonreír.

- No se ha alimentado y debe recordar que no puede pasarse de sus horas para tomar su medicamento. Tiene que alimentarse antes de tomarlos.

- No creo que por un día que no lo haga me va a afectar.- Negó con una sonrisa en sus labios.

- Jefe...- Trató de insistir.

- Suficiente.- Negó.- Estás más pendiente de mi que mi propia madre.

- Yo solo quiero evitar que su salud empeore. Es mi jefe pero lo estimo y me preocupa.

- Y es algo de lo que estoy agradecido. Es bueno sentir que alguien se preocupa por mi.

- Somos muchos quienes lo hacemos.- Sonrió.- Por cierto, recuerde que hoy debe salir más temprano ya que sus hermanos irán a visitarlo a su casa.

- Bien. Entonces avanzaré esto aquí y me llevaré los bocetos a casa para decidir cuales diseños serán utilizados para el desfile de primavera.

- Perfecto.- La joven camino hacia la salida.- Y por favor no se olvide de...

- Tranquila. No lo haré.- Levantó su mano y la agitó suavemente.- Prometo que me tomaré mis medicinas.

La vida laboral de Xiao Zhan era un tanto ajetreada y complicada, aún así era algo que disfrutaba.

No todos podían decir que tenían el trabajo de sus sueños. Muchos tuvieron que acoplarse a lo que la vida les había puesto en el camino pero esto para Zhan no era de esa manera.

Xiao Zhan había logrado realizar aquellos sueños que tanto había dibujado en su mente e imaginación desde pequeño.

Tenía lo que él consideraba el trabajo soñado y perfecto. Esto siendo fruto de su propio esfuerzo y talento.

Su objetivo era brillar desde lo alto gracias al esfuerzo de sus manos y a la brillantes de su imaginación.

Tenía como objetivo ser la inspiración de muchos así como convertirse en el objeto de su atención.

Lo había logrado de forma magistral y en un increíble corto lapso de tiempo.

La sociedad no solo conocía a Xiao Zhan como el hijo de en medio del conglomerado Xiao sino que lo conocían como Xiao Zhan, uno de los mejores diseñadores en el mundo de la moda.

Era admirado, amado e incluso anhelado por muchos, menos por la persona que en verdad deseaba.

Xiao Zhan había obtenido la atención de muchos pero hasta aquel momento no pudo obtener la de aquel que había tomado como esposo.

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- ¿Y?.- El joven pelinegro se sentó frente al escritorio con una gran sonrisa en sus labios.

- ¿Y qué?.- Yibo apartó su mirada de sus documentos.

- ¿Cómo la pasaron? ¿Se divirtieron? ¿Avivaron el romance?.- Movió sus cejas de forma juguetona.

- ¿De quienes hablas?.- Parecía no entender.

- Hablo de ti y de Zhan.- Rodó los ojos.- ¿No celebraban ayer su 3er aniversario de bodas?

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