Crisis.

679 145 104
                                    

Xiao Zhan ha estado durmiendo profundamente durante largas debido a los tranquilizantes qué le fueron suministrados. Solo de esa manera el pelinegro ha podido consolidar tranquilamente el sueño sin ser atacado por los amargos pensamientos y recuerdos.

Aún así algunas veces de sus ojos cerrados brotan pesadas lágrimas y es que el dolor que aqueja a su alma es tan fuerte que incluso en su inconsciencia le es imposible evitarlo.

- Deberías de regresar a casa Jia.- Xiao Rong caminó hasta donde se encontraba la joven.- No te has despegado de Zhan desde ayer.

- Estoy bien.- Se acomodó sobre el pequeño sofá.- No quiero dejarlos solos.

- La señora Shen tampoco quiso irse pero la envie a descansar.- Suspiró.- El Doctor dijo que Zhan puede irse a casa hoy pero no se si sea adecuado.- Se quedó viendo al dormido pelinegro.

- Si el problema es que no quieres que regrese a esa casa deja que se quede conmigo. Mi departamento no es muy grande pero siempre habrá un lugar para él.

- No.- Sonrió.- Lo llevaré a mi departamento. Allí nadie podrá molestarlo.- Frotó su propio rostro.- Es solo que me preocupa que no esté mentalmente preparado. No quiero que se vea afectado.

- Entiendo.- Tomó su mano.- Pero algo me dice que estará bien. Zhan es fuerte. Las personas lo subestiman porque es alguien cálido y cariñoso. Solo por eso lo ven como alguien débil pero no.- Sonrió.- Mi jefe es bastante fuerte.

- Eso lo sé. Mejor esperemos a que despierte y nos diga si quiere quedarse un poco más o quiere marcharse.

- Me quiero ir.

La voz ronca y baja del pelinegro atrajo la atención de la pareja. Ambos se levantaron con rapidez y se acercaron con cierta preocupación.

La noche anterior no pudieron hablar correctamente de lo único que se enteraron fue de la drástica decisión que había tomado. Hasta aquel momento estaban a oscuras sobre el verdadero motivo que lo empujó a tomar tal decisión.

Querían saber la razón pero a su vez también querían respetar su privacidad.

- Hermano.- Xiao frotó la mejilla del menor.- ¿Como te encuentras?

- Mejor.- Se incorporó.

- Zhan ¿En verdad quieres irte? Si quieres puedes quedarte unos días y...

- No Ge...- Tomó su mano.- Me quiero ir. En serio, me siento mejor.

- Zhan...- Se quedó viéndolo con algo de dudas.

- ¿No confías en mi?.- Notó el silencio de su hermano.- Ya veo que no.- Sonrió.- ¿Qué temes que me vaya a cortar las venas o me tome un frasco completo de pastillas?

- ¡Xiao Zhan!.- Regañó.

- Hermanito.- Llevó sus manos a las mejillas del mayor y frotó al mismo tiempo que soltaba una risilla.- Amo demasiado mi vida como para destruirla por alguien que no lo merece.

- Yo si te creo Zhan.- Jia le sonrió.

- Por eso eres mi confidente.- Tomó la mano de Jia.- Necesito salir de aquí cuanto antes. Hay cosas que debo resolver lo más pronto posible y estando aquí es imposible.

- De acuerdo.- Xiao Rong suspiró.- Hablaré con el Doctor.- Los leves golpes en la entrada lo hicieron girar.

- ¿Puedo pasar?.- Noto como el semblante del mayor de los Xiao cambió.

- ¿Qué haces aquí?.- Xiao Rong se acercó.- Si vienes a intervenir por...

- No vengo a intervenir por nadie.- Aisake sonrió.- Solo vine a ver a Zhan. Solo eso.

Seguirás Siendo Mío Donde viven las historias. Descúbrelo ahora