Solo.

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Wang Yibo se lanzó con gran furia hacía Aisake Jones ignorando el llamado de su familia y la sorpresa de los presentes. Con gran agresividad estampó el cuerpo de su mejor amigo contra la pared.

El dolor que sentía por el abandono que estaba atravesando se mezcló con el enojo que le provocaba lo que para él se consideraba una traición por parte de su mejor amigo haciendo de esto una peligrosa mezcla.

Necesitaba descargar las emociones que lo embargaban en aquel momento y sentía que Aisake Jones era el objetivo perfecto.

Se había contenido aquel día que lo vio besar a su esposo porque a pesar de todo lo seguía considerando su mejor amigo pero con lo que acababa de ocurrir se había convencido de que aquel hombre no merecía tal consideración pues al final este había defraudado por completo su confianza.

- ¡Grandisimo hijo de puta!.- Propinó un puñetazo al rostro de Aisake.- ¡Traidor de mierda!

- ¡Wang Yibo!.- El señor Wang se mostraba sumamente enojado.- ¡Detente de una maldita vez!

- ¡Robaste a mi esposo!.- Propinó otro puñetazo.- ¡Y ahora robas mi empresa! ¡Maldita basura traidora.

Wang Yibo estaba a punto de propinar otro puñetazo en el rostro de su contrario pero aquel golpe nunca llegó a su destino ya que Aisake Jones quien hasta el momento se había mantenido calmado decidio contraatacar.

De un solo puñetazo el cuerpo de Wang Yibo fue enviado a la gran mesa de juntas. Los allí presentes emitieron gritos ahogados y cargados de sorpresa al ver como el gran y enojado joven Samoano tomaba el cuerpo de su mejor amigo cual pequeño muñeco para luego estamparlo sobre aquella mesa.

Nadie emitió sonido alguno, esta vez nadie intervino. El silencio en aquel lugar se hizo presente y solo se podía escuchar el sonido constante de agitadas respiraciones.

Aisake Jones tenía los ojos inyectados de sangre y una expresión sombría e intimidante.

- Agradece que incluso ahora tu para mi significas mucho.- Emitió un gruñido mientras seguía sometiendo al castaño.- Eres mi mejor amigo... Te amo como tal pero eso no significa que me deje agredir por ti y me quede de manos cruzadas.

- ¿Crees que te tengo miedo?.

Sonrió con enojo pero su sonrisa disminuyó cuando su contrario acercó su rostro al suyo mostrando aquella sombría expresión.

- Deberías.- Expresó con tono profundo y palabras lentas para luego alejarse.- Te lo dije. No tomo lo que no es mío.- Arregló si vestimenta.- No me gusta. ¿Tu esposo?.- Arqueo una ceja.- ¿Yo lo tomé?.- Extendió sus brazos.- ¿Acaso lo ves aquí, a mi lado?

- Por tu culpa me dejó.- Yibo se levantó y peinó su pelo hacía atrás.- Por tu culpa no me quiso perdonar. Si no es cierto entonces ¿Por qué tienes tu las acciones de Zhan? ¿Por qué te las regalaría a ti?

- ¿Por mi culpa?.- Soltó una carcajada.- Amigo, desde niño has sido algo idiota pero ahora que eres adulto no solo te volviste idiota sino también cínico.- Dio algunos pasos hacia Yibo.- ¿Quieres que te recuerde de quien es la culpa en realidad?

- Sobre las acciones...- Xiao Rong interrumpió llamando la atención de Yibo.- Era eso o dejarlas en manos de un extraño.- Se encogió de hombros.

- ¿Por qué de un extraño?.- Yibo se giró hacia él.- ¿Por qué no te quedaste tu con ellas? ¿Por qué no dársela a mis padres?

- Primero...- Xiao Rong se levantó.- Te recuerdo que corporativa y legalmente las acciones pertenecen a mi hermano. Zhan pagó una suma millonaria por ellas, son su propiedad y tiene derecho a ellas. Un derecho que obtuvo cuando tus padres decidieron venderlas renunciando a ellas. Así que mi hermano puede hacer con ellas lo que se le dé la gana.

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