Capítulo 7

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Taylor voló hacia H.O.P.E (hogar oculto para el escuadrón), el lugar donde se veía con los demás vampiros sobrevivientes. 

Abrió la puerta y fue recibida por un ser femenino de 1.40 de estatura y de piel albina con un vestido de la época victoriana color azul marino. Ésta sonrió y le tendió una rosa color roja, Taylor la tomó bastante extrañada.

-¿Y esto, Isabeau?- preguntó Taylor, oliendo la rosa y mirando a la chiquilla que sonreía de oreja a oreja.

-Era una costumbre- dijo ella, arreglándose un bucle de su cabello color amarillo pastel pálido.

-¿Costumbre?- preguntó Taylor, sonriendo de forma comprensiva y acariciando el pequeño capullo color carmesí.

-Sí- respondió ella, haciendo pasar a Taylor y colgándole la mochila y el abrigo en el perchero. La cabaña parecía pequeña y humilde pero por dentro tenía las dimensiones de un palacio y tenía bastantes lujos- ¿Te mencioné que puedo presentir lo que posiblemente vaya a pasar?

-Sí, muchas veces- dijo ella, con un tono burlón y dejando la rosa en un jarrón de fino cristal, mirando a Isabeau que parecía disgustada por el tono en que ella había respondido.

-Pues...-ella se sentó en uno de los sillones color rojo en una de las tantas habitaciones que tenía ese lugar, Taylor la imitó sentándose en la cama de igual color- Presentí que posiblemente irías a morir ésta noche. Y en los tiempos del holocausto, cuando presentía que alguien iba a morir y no moría, le daba una rosa roja en señal de vida salvada.

Taylor se quedó sin palabras, eso quiere decir que posiblemente ese monstruo la pudo haber matado. Isabeau le sirvió una copa de vino y le alcanzó un vestido doblado y unos tacones.

-Para reunirte con el grupo- dijo ella, arreglándose la falda del vestido y sirviéndose otra copa de vino para ella misma- Te ayudaré a vestirte, quítate esa ropa sudada y fea.

-Oye, no debes beber vino siendo tan pequeña- bromeó Taylor, tomando un poco de su copa y preparándose para cambiarse, quitándose los pantalones- Y ésta ropa es bastante cómoda en el mundo humano, más que los vestidos.

-Para los humanos, parezco de 15 años...-ella vaciló, desbrochando el corpiño para encajarselo a Taylor- Pero si supieran mi edad, sería considerada contemporánea de la reina María Antonieta, y me parece que la ropa humana es bastante rara, por suerte no tengo que usarla casi nunca.

-Creo que no aguantarías ir a las escuelas de este mundo- dijo Taylor, entre risas. A Isabeau le fastidió la broma y le dio un apretón con el corpiño que la dejó sin aire por unos segundos.

-No bromees con eso, Bethany- le dijo a Taylor, llamándola por su nombre original.

-No soy Bethany- dijo ella sin sobresaltarse- Ya no soy Bethany.

-Tuviste que cambiarte el nombre, ya lo sé- dijo ella, con fastidio y terminándole de abrochar el corpiño.

-No te lo tomes a mal, ya hablamos de esto, Isabeau- dijo Taylor, con algo de temor, mientras se ponía el vestido

-Si ya sé- dijo con el mismo tono de fastidio- Que tienes que encubrirte en el mundo humano y ahora eres Taylor y no Bethany.

-Por favor, eres la persona con la cual mas cercanía tengo, Isa- dijo Taylor, mientras Isabeau le amarraba las cintas del vestido color negro.

-No acortes mi nombre, "Taylor"-dijo ella, con una sonrisa sarcástica al mencionar su nombre- Eso me parece mucho de los humanos, tu eres una vampiresa y no una humana, recuérdalo.

Ella no dijo nada y agarró su copa bebiendo otro poco, suspiró para sus adentros, le apenaba que la relación que tenía con Isabeau se hubiera debilitado por esto. Isabeau y ella eran amigas desde hace mucho tiempo, desde que tenían recuerdo de su nacimiento hasta ahora. Y desde que se habían mudado al mundo humano para estar a salvo, cada conversación siempre tuviera esa descusión por el desagrado que tenía Isabeau por los humanos y su mundo, aunque Taylor no la culpaba ya que Isabeau había sido la que más ha sufrido por el holocausto de los demonios.

No te sueltes y confía en mí, estás en el infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora