Perdida y Consuelo

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-Kat-

Habíamos hecho un funeral para Beth en medio de la nada. Estaba furiosa con Maggie. ¿Por qué no había buscado a su hermana desde el principio? ¿Porqué colocó el nombre de Gleen y no el de Beth en los mapas de Terminus? Quizá si lo hubiera hecho, Beth aún estaría con nosotros.

Me alejé del grupo y me senté junto al auto, necesitaba estar sola. Empecé a recordar momentos con Beth, y una sonrisa se dibujó en mi rostro.

Recuerdo cuando Beth le pidió un tinte de cabello a Maggie

-¿En serio? —le pregunté. Beth rió y asintió.

—Debes ponerte linda para Carl — dijo con una sonrisa pícara.

-Ya basta — respondí — Acepta que hoy en día es mucho

Beth rió de nuevo.

-Ya ven — insistió. Y yo acepté, entre risas, me pinté el cabello de un castaño claro.

Beth me ayudó a aplicar el tinte, y mientras esperábamos a que hiciera efecto, hablamos de todo y de nada. Reímos y bromeamos, y por un momento, olvidamos el mundo que nos rodeaba.

Después de eso, Beth siempre me decía que me veía mejor con ese color de cabello. Y yo sonreía, sabiendo que lo había hecho por ella, por nuestra amistad.

Ahora, sentada junto al auto, lloraba por esa amistad que se había perdido. La echaba de menos, la echaba mucho de menos.

Maldita sea, ¿Por qué tuviste que irte, Beth? ¿Por qué?

No había respuestas, solo el silencio y el dolor que me consumía. Pero sabía que Beth siempre estaría conmigo, en mis recuerdos, en mi corazón.

Carl estaba cuidando a Judith, mientras que Michonne, Tyresse, Noah, Glenn y Rick habían ido hacia un lugar que Noah había mencionado anteriormente, su antiguo vecindario. Beth había querido ir ahí, y ahora su ausencia era aún más dolorosa.

El resto de nosotros nos quedamos en el campamento, esperando noticias del grupo. Yo estuve sentada bajo un árbol todo el día, fumando un cigarrillo tras otro, intentando calmar la ansiedad que me estaba matando. Carl me cuidaba desde lejos, asegurándose de que estuviera bien.

Pero no podía estar bien. La pérdida de Beth aún era demasiado reciente, y la incertidumbre del grupo me tenía en vilo.

Finalmente, el grupo regresó, y con ellos, una trágica noticia. Tyresse había muerto, lo habían mordido. Me sentí como si me hubieran golpeado en el estómago.

El grupo se reunió para enterrar a Tyresse al lado de Beth. Gabriel hizo una pequeña misa, y sus palabras de consuelo apenas alcanzaron a calmar mi dolor.

-Tyresse fue un hombre bueno —dijo Gabriel. —Un hombre que luchó por proteger a los que amaba. Descanse en paz.

Me senté junto a la tumba de Tyresse pensando , por todos los que habíamos perdido, por todo lo que estábamos viviendo.

Carl se sentó junto a mí, abrazándome fuerte.

-No podemos seguir así —dije — No podemos seguir perdiendo a los que amamos

Carl no respondió, solo me abrazó más fuerte. Sabía que no había palabras para calmar mi dolor.

El grupo se quedó en silencio, respetando el momento. La noche cayó sobre nosotros, y la oscuridad parecía simbolizar la pérdida y el dolor que sentíamos.

Pero incluso en la oscuridad, sabía que teníamos que seguir adelante. Por Tyresse, por Beth, por todos los que habíamos perdido. Teníamos que seguir luchando, seguir viviendo.
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-Carl-

Hasta el fin/ Carl Grimes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora