En Remnant, todos los Reinos compartían una característica, y es que sus capitales poseían el nombre del Reino. La capital de Vale, era la ciudad de Vale; la capital de Vacuo, era la ciudad de Vacuo; la capital de Mistral, era la ciudad de Mistral; y la capital de Atlas, era la ciudad de Atlas. Todas esas ciudades eran grandes e imponentes, con una enorme cantidad de población que ayudaba al progreso de la ciudad. O al menos eso era en todos los Reinos menos uno, la helada Atlas.
Y es que mientras la gloriosa ciudad flotaba en el cielo, bajo ella se encontraba la ciudad más habitada de todo el reino, Mantle. Allí, los ciudadanos vivían como podían, divirtiéndose con sus festividades y actividades mientras soportaban la opresión de los habitantes del cielo. En ese momento, se encontraban ocupados celebrando Halloween, dónde los niños se disfrazaban para pedir caramelos y y divertirse. Por supuesto, salir de noche cuando todo el mundo va disfrazado podía ser peligroso, y era por ese motivo que tres valientes cazadores se encontraban en la escena. Vestida de astronauta, Jessica Cruz caminaba por las calles de Mantle mientras sudaba y temblaba.
A su lado, Ren caminaba con su disfraz de caballo y una mirada seria como siempre. Justo detrás de él, actuando como los cuartos traseros del caballo y fuera de la vista de todo el mundo, Nora reía mientras caminaba abrazada a la cintura de Ren.
– Esto... chicos. – preguntó Jessica. ¿Qué se supone que hacemos aquí?
– Pues patrullar, duh. – dijo Nora cómo si fuese obvio. – Además, así tenemos excusa para pedir muchos, muchos caramelos.
– Nora, recuerda lo que ocurrió la última vez que comiste demasiado dulce.
– No fue para tanto.
– Casi te expulsan. – dijo Ren mientras Jessica le miraba completamente asustada.
– ¿Qué es lo que hiciste? – preguntó la cazadora de verde.
– Nada de lo que me arrepienta. – contestó el trasero del caballo.
– Durante un subidón de azúcar, empezó una pelea con el equipo CRDL. Los mandó a todos a la enfermería con varios huesos rotos.
– ¿¡T-Todo eso por un subidón de azúcar!? – gritó Jessica, con el color dejando su rostro.
– Eso fue lo que le dije al director. – comentó Nora con una sonrisa. – Eso les pasa por meterse con Jauney, no amenazas a los oseznos de mamá osa.
Jessica tragó saliva mientras seguía caminando. Ella ya sabía que su nueva compañera de equipo era un poco efusiva, pero no sabía que también podía llegar a ser tan peligrosa.
– Pero venga, no hablemos más de los años locos de la academia, ¡vamos a dónde nos den caramelos!
Guiadas por Ren, el cuál estaba siendo dirigido por Nora, el trío atravesó una calle hasta llegar a la plaza de Mantle. Allí, muchos niños y algunos adultos paseaban con sus disfraces, riéndose y olvidándose de las amenazas del mundo exterior. Nora se separó de Ren, asomando la cabeza por el torso del caballo y llevándose las manos a la cadera.
– Mirad todo esto. – dijo con una sonrisa de oreja a oreja. Miró a Jessica, que veía a la gran masa de gente con sus enormes ojos y una mueca de sorpresa.
– No lo entiendo, con todo lo que está pasando y son... felices. – comentó la heroína.
– No exactamente. – respondió Ren. – Felicidad, emoción... miedo también, todas esas emociones conviven aquí.
– Claro, bobo. – respondió Nora. – Somos seres humanos.
Jessica giró la cabeza ante esas palabras de Nora. Desde que la conocía, siempre había actuado como una cabeza hueca, alguien que se lanza al peligro sin pensar. Pero de vez en cuando dejaba ver otra faceta suya. En ocasiones, podía ver a una chica inteligente y empática, capaz de reconocer las virtudes y fallos de las personas y actuar en consecuencia. Vio a Nora achicar los ojos, tras lo cuál, se dirigió a la propia Jessica.
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Hellblazer: Grimm Exorcist
FanfictionHéroes y monstruos, dioses y demonios, todos son constantes en el multiverso. Pero cuando John Constantine se ve lanzado a la nueva Tierra de Remnant, tendrá que emplear todo su ingenio, mentiras y trucos de magia para sobrevivir o, si es posible, a...