Capítulo 15: SALEM ES

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SALEM ES

SALEM ES

Constantine no sentía nada. Felicidad, miedo, emoción... Nada. Únicamente una indiferencia apabullante. Su cuerpo se encontraba muerto, o al menos en proceso de morir. Se fragmentaba en trozos ante la presencia de la ecuación antivida, la cuál ni siquiera estaba completa. Pero eso daba igual, porque solo había un pensamiento ocupando su mente.

SALEM ES

No era capaz de sentir nada y eso, al mismo tiempo le llenaba de paz. Pero no era correcto, no estaba bien. Constantine sabía lo que ocurría, pero era inútil hacer nada. ¿Para qué? Su cuerpo, su mente, pertenecían a una única persona.

SALEM ES

En ese estado de, Constantine empezó a entender. Salem era la clave para el mundo. Todos podían sentirse cómo él. La vida no significaba nada, la esperanza no era nada. Sólo les quedaba ella, eterna y poderosa.

– Salem... es. – murmuró Constantine. La bruja se giró mirándole atentamente.

– ¿Aún puede hablar? Fascinante. – la bruja no entendía del todo el potencial de aquella existencia cósmica, pero si sabía que tenía un efecto similar a los Grimm.

Mientras que los Grimm podían sentir los sentimientos negativos, esa antivida, cómo la había llamado Constantine, irradiaba negatividad. Parecía que algo la favorecía, pero desde luego no eran los dioses.

– ¿Qué soy Constantine?

SALEM ES

– Salem... es... muerte.

– No es incorrecto del todo. ¿Algo más?

– Salem... es... orden.

La bruja estaba fascinada. Parecía que el mago iba a morir pronto, pero hasta entonces, su mente era de ella.

SALEM ES

– Constantine. Mírame. – El rostro en proceso de desintegración de Constantine se giró para mirarla. Sus ojos azules estaban apagados, carentes de la chispa de la vida. La bruja extendió su mano. – Bésala.

El mago se flexionó, llevándose la mano de Salem hasta sus labios. La bruja retiró la mano complacida. Con un poder así, podía controlar todo Remnant. No haría falta guerra para conseguir las reliquias, y más importante. Con todo ese potencial, ella por fin podría descansar.

SALEM ES

– Salem... no... es.

La bruja frunció el ceño. Le había parecido escuchar algo. – ¿Qué soy? Quiero oírlo de nuevo.

– Salem... es... tristeza.

– Salen... es... todo.

SALEM NO ES

– Salem... es... sueño.

– 𝓨 𝓵𝓸𝓼 𝓼𝓾𝓮𝓷𝓸𝓼 𝓼𝓸𝔂 𝔂𝓸.

Una voz antigua, más antigua que en tiempo, sonó en los oídos de Constantine. El mago sintió algo tocándole, por primera vez desde que la ecuación se metió en él, sintió algo. Compasión.

Hellblazer: Grimm ExorcistDonde viven las historias. Descúbrelo ahora