- ¿ Cómo estás, Elizabeth ? - pregunto Meliodas sentándose al lado de su esposa.
- Cansada, pero muy feliz - dijo Elizabeth acostada en la cama con lágrimas en los ojos.
Meliodas sonrió.
- También estoy feliz.
En eso entraron unas criadas, una de ellas con un bulto en sus brazos cubierto por mantas.
Meliodas se paro con emoción.
- ¡ Tristán ! - grito el rubio emocionado.
- ¡ Espere ! ¡ La madre tiene que verlo primero ! - dijo la criada apartando al niño.
Y siguió en camino a la dirección de Elizabeth.
- Que injusticia - dijo Meliodas en su característico modo Chibi.
- Felicidades, es un niño muy sano, crecerá grande y fuerte - le entrego el bulto a Elizabeth.
La reina lo recibió con cuidado, mientras Meliodas se sentaba junto a ella.
Quitó un poco las mantas y vio con alegría al recién nacido en sus brazos.
Un niño con piel blanca y cabello blanco.
- Mira, Meliodas, es nuestro hijo, mi hijo - Elizabeth acaricio el rostro del niño con suavidad.
- Si.... Es nuestro Tristán.
- Nuestro hijo.
El niño comenzó a llorar y ambos se miraron confundidos y alarmados.
- ¿ Que le pasa ?
- Tal vez tenga hambre, le daré leche.
Elizabeth se bajó la manga de su vestido y comenzó a amamantar al pequeño Tristán.
El niño se calmo al instante, había obtenido lo que quería.
Dejo de comer, apartándose con un quejido de su madre que enternecio a ambos padres.
El niño coloco su pequeña cabeza en el pecho de su mama quedándose dormido.
- Tiene sueño... - dijo Meliodas suavemente.
- ¿ Quieres cargarlo, Meliodas ?
Meliodas se puso nervioso.
¿ Y si el niño se le caía ?
¿ Y si comenzaba a llorar al momento de cargarlo ?
Aún así acepto al niño quien sin quejas continuo durmiendo en brazos de su padre.
Meliodas vio maravillado a su hijo dormir, era como ver a un angel caído del cielo convivir con pecadores como el.
Elizabeth se limito a sonreír, ya esperaba esa reacción de su marido.
Tristán comenzó a quejarse y a mover sus pequeños brazos y manos.
Tenía frío.
Pues había caído la noche y había comenzado a llover.
- ¿ Le ponemos las ropas, Elizabeth ?
- Si, creo que es lo mejor.
Meliodas le entrego el niño a Elizabeth y saco del dormitorio una polera color blanco, unos pequeños pantalones de algodón de color negro y unos calcetines blancos.
Se acercó a su esposa e hijo, cargando a Tristán en sus brazos mientras Elizabeth le ponía las ropitas.
El niño pronto quedó vestido con sus ropas de bebé, dejando de quejarse y comenzando a dormir nuevamente.
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¿Puedo ser tu princesa? ( Tristán x Isolda )
DiversosEn un mundo medieval lleno de caballeros y leyendas, el principe Tristán Lioness huye de su reino, consumido por la culpa y el dolor. Su amigo, Lancelot, herido por su mano, es el recordatorio constante de su fracaso. Pero el destino tiene otros pla...