Historias Cruzadas

Traición

Marijos

- ¿De verdad tenemos que hacer esto?
- Por supuesto que sí. - dice Josefa.

Estábamos siguiendo a Lian y Samuelin. Cómo se había hecho costumbre ambos salían demasiado sin dan explicaciones y Josefa estaba decidida a probar su teoría.

- ¿De qué tanto hablan? - le pregunté
- No tengo idea, no los puedo escuchar.
- Oye están yendo a casa de Lian. Ya vámonos, no creo que hagan nada de malo allí.
- Tú no sabes eso, así que cállate y sigamos. - me dice alterada.

Los chicos entran a la casa de Lian y nosotras nos quedamos afuera.

- Debes saber cómo entrar sin que se den cuenta. - dice Josefa.
- No voy a hacer eso, estás loca.
- Ash Majito, por favor.
- Bien, Lian me dio una llave de emergencia. - le digo rendida.

Entramos en silencio y subimos con cuidado hacia la habitación de Lian. Los observamos y hablaban de su día algo tímidos, la escena era extraña.

De repente Samuelin se acercó a Lian y lo que vimos nos dejó completamente heladas. Se besaron.

Josefa me mira aterrada y lo primero que hago es tomar una foto de la escena y la agarro del brazo para salir corriendo de ahí lo más pronto posible.

- No puede ser. - dice Josefa con lágrimas en sus ojos.
- No sé qué decirte. - le digo en shock.

Abracé a Josefa y nos dirigimos a su casa.

Estefy

Estaba reunida con Belén y le conté todo lo que pasó con Gato el otro día.

- ¿Qué hago? - le digo desesperada.
- No lo puedo creer, te besaste con el Gato. - dice sin dejar de burlarse.
- Basta Ana, dime algo.
- Es que no sé qué decirte, es tan raro.
- Lo sé, después del beso solo me dijo "perdón" y se fué. ¿Qué significa?
- Que te ama.
- Ash Ana. - le digo frustrada.
- Ya, es broma. Pero es obvio que ambos se gustan.
- ¿Cómo pudo pasar eso? Yo lo odiaba.
- Todo puede pasar, linda. Por ejemplo yo me bese con Danilux en la habitación de Javierin y luego comimos pizza los tres juntos.
- ¿Qué? - me dice sorprendida.
- Si, fue muy loco.
- Ana, esa es una broma muy mala.
- No es una broma, es la verdad pero ahora me siento mal porque me gustan los dos.
- ¿Qué te pasa Anita? No te reconozco.
- No lo sé, solo estoy cansada de todo y decidí dejarme llevar de lo que siento.