CAPITULO 10

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DIAS DESPUÉS.
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Fue cuestión de tiempo para que la nueva rutina los consumiera, ella al saber que el estaría ocupado en el trabajo centro toda su atención en sus hijas, quienes a causa de la ausencia de su padre habían estado más serias de lo acostumbrado, y ella en un intento porque no lo notarán creo nuevas actividades que compartir con ellas. Por su parte el Taisho centro toda su atención en aquel proyecto y muy a pesar de su inicial negativa a separarse de su familia, termino por acceder con la aprobación de su mujer, quien lo había estado apoyando efusivamente los últimos días para que continuará.

Ya era de noche, y habían pasado quince minutos desde que las niñas se durmieron, por lo que bajo hasta la primera planta y se preparó un té de hierba buena, tomo asiento en una de las sillas del jardín y tomo la bebida ahí, tratando de relajarse y evitando que su mente divagara, sin embargo, no pasó mucho tiempo cuando el cansancio la venció, y antes de darse cuenta se quedó dormida.

Se removió en lo que creyó seguía siendo la silla, pero en cuanto lo hizo pudo sentir la suavidad de las sábanas, y solo basto eso para que abriera los ojos de golpe, encontrándose así con su esposo justo a su lado durmiendo plácidamente. Sonrió levemente para si misma antes de reacomodarse y pegarse un poco más a el, para así reposar la cabeza y brazos en su pecho, siendo recibida cálidamente por el hombre quien extendió su brazo para que ella se acomodara; estando ahí se quedó dormida una vez más, y como no hacerlo... Si la sensación de calidez cada que dormía en sus brazos seguía siendo inexplicable, y el olor que amenaba su piel podía reconfortar su pecho. Fue inevitable no perder la conciencia al poco tiempo estando en aquella posición.
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Era sábado y despertó un poco más tarde de lo normal, cuando lo hizo no encontró a su esposo en la cama pero no le dió mucha importancia pues ya era más costumbre que cualquier otra cosa, se levantó, arregló la cama y se cepillo los dientes, fue hasta la habitación de sus hijas y tampoco las encontró allí, entonces segura de que estaban juntos bajo a la primera planta y de inmediato los encontró, estaban sentados en la mesa del living jugando una especie de juego con fichas que no logro entender.

- Buenos días- Anuncio su presencia con una sonrisa mientras se acercaba a ellos.

- Buenos días mami- Saludan las gemelas al unisono.

- Buenos días cielo- Corresponde el peliplata.

- ¿Como amanecieron amores míos?- Inquiere finalmente llegando a ellos y sentándose en el sofá.

- Papá nos preparo el desayuno- Informa con emoción la castaña menor.

- ¡Que bien! ¿Y que preparo?- Inquiere dándole un golpe disimulado a su esposo en el hombro.

- ¡Sándwich!- Murmura ambas al unisono concentradas en el tablero de juego.

- ¿Y a mí, no me preparaste nada?- Inquiere observandolo inquisidoramente.

- Puedo hacerlo ahora ¿Deseas?- Responde a los segundos.

- Pan tostado, y café- Informa.

- ¿Eso es todo?- Pregunta dudoso.

- No tengo mucha hambre- confiesa inclinandose para levantarse.

- Está bien cielo, lo que desees- Asegura haciendo lo mismo. - En un momento vuelvo niñas- Le informa a sus hijas mientras camina a la cocina.

Mientras que la mujer fue de regreso a la segunda planta y aprovecho la presencia de su esposo para darse un ducha, realmente se tomó su tiempo haciéndolo,  se lavo el cabello y se aplicó aceites esenciales en el cuerpo, para finalmente y luego de casi una hora salir. Se coloco un pantalón holgado y un suéter igual, cepillo su cabello, lo dejo suelto para que se secara con la brisa y finalmente bajo nuevamente en dónde su esposone hijas permanencian iguales.

Enamorarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora