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...Pasaron cinco minutos y ella aún permanecía de pie en la puerta, paralizada... No sabía que hacer o decir así que se quedaba ahí, perdida, y con su mente nublada, solo se movió minutos después cuando en un acto casi involutario por parte de su mente, bajo a la primera planta y saco una botella de whisky del minibar al lado de cocina, tomo un vaso y se sirvio como si no hubiera un mañana.
Dió el primer sorbo luego dos minutos y en cuanto el líquido quemó su garganta, sus ojos se nublaron una vez más, el llanto incontrolable regreso y a constá del licor y la almohada del sillón, lloro la pena que albergaba en su corazón, ni siquiera supo cuanto tiempo pasó, pero pudo notar que la noche se asentaba, cuando el sonido del timbre la alerto, y aun a rastras por la ebriedad abrio. La expresión de sorpresa en el rostro de su cuñada fue lo único que vio antes de soltar una leve risilla.
- Kag- Suelta con pesadez.
- Santo cielo... Mirate- Músita antes de entrar tan rápido como puede y rodearla con sus brazos. - Ya lo sé todo- Confiesa mientras la abraza.
- Lo encontré... Lo encontré con ella- Arrastra las palabras mientras solloza y se aferra a aquel agarre.
- Llora cariño... Desahógate, yo me quedaré contigo- Asegura tomándola de los hombros para verle el rostro y dedicarle una sonrisa.
Se alejo un poco de ella y cerro la puerta detrás de sí, la tomo de la mano y juntas regresaron al sillón.
- Ya deja de tomar- Pide tomando las botellas y llevándolas a la basura. - Todo va a estar bien Rinni- Murmura cuando regresa.
- No lo creo- Músita. - Ya nada será igual- Completa en medio de un tarareo.
- Está completamente ebria- Murmura para si misma.
- Solo un poquito- Asegura haciendo una seña con su mano.
- Tomaste tres botellas tu sola- Le recuerda.
- Solo quiero olvidar...- Confiesa recostando la cabeza en el espaldar y cerrando los ojos.
- Pero está no es forma, solo te haces más daño...- Le reprocha sentándose junto a ella.
- No creo poder lastimarme más- Contradice girandose para verla.
- Rin... - Músita con preocupación.
- Kag... ¿Alguna vez has sentido que tú pecho está vacío?- Inquiere de repente.
- No digas tonterías- La reprende.
- Es que así me siento, vacía...- Insiste sollozando una vez más. - ¿Que hago ahora?... ¿Que le diré a las niñas?- Inquiere posando su mano en la de la pelinegra.
- Debiste haberlo escuchado Rin- Suelta con nostalgia.
- Kagura yo los ví... ¡Vi como la agarraba! ¡Cómo estaba a punto de besarla!- Le recuerda en medio del llanto.
- Pudo ser una confusión...- Insiste la mujer.
- ¡Entonces estoy harta de las confusiónes!- Suelta al escuchar la insistencia de la pelinegra.
Quien no respondió nada más, se quedó en silencio y apretó su agarre en la mano de la castaña para después una vez más darle un abrazo, que la mujer aprovecho para estallar en llanto y aferrarse a la calidez que los brazos de su cuñada le brindaban en aquel momento, en dónde la soledad parecia querer apoderarse de ella, y su corazón.
- Le pediré a tu madre que lleve a las niñas a casa... Mamá pasará por Kanna y ellas, lo mejor es que no te vean así- Informa minutos después.
- Mis niñas... Sufrirán tanto cuando sepan que su padre se fue de casa- Solloza.
- No pienses eso, todo esto se solucionara Rin, y ellas lo entenderán... Estoy segura- La reprende.
- Ojalá tengas razón- Músita un poco mas calmada.
- Ven, debes darte una ducha- Asegura.
Camino hasta la escalera, y a como dieron sus pies debido al alcohol en su sistema, la castaña la siguió hasta la segunda planta, en dónde su cuñada la ayudo a llena la tina con agua tibia y ella se sumergió por casi media hora, en ese tiempo la pelinegra hizo las llamadas correspondientes, y luego espero un tiempo prudente para ir por ella, dejo una toalla en el perchero y salió para que ella la usará, a los minutos Rin salió un poco mas sobria y camino hasta el armario, se colocó un pantalón de chandal y un suéter holgado, dejo la toalla en el perchero cuando al girarse dispuesta a salir su mente jugo sucio y las imágenes del hombre recogiendo la ropa y saliendo por esa puerta por donde saldría ella, llegaron una vez más. Casi por inercia fijó su vista en las prendas masculinas que aún permanecian en el lugar, una lágrima resbaló por su mejilla, debía superarlo... Pero por ahora lloraria.
Se acerco a una se las camisas y la deslizo por el gancho, está cayó en sus brazos y ella la recibió con lo que por poco se convertía en desespero, la pegó fuerte a su pecho y como lo había estado haciendo toda la tarde, las lágrimas se apoderaron de ella.
- ¿Porque?...- Musitá en medio de un sollozo. - ¿Porque tenía que terminar así?...- Completa desplomandose en el suelo.
Se aferro a aquella prenda como si de alguna forma ella la pudiera ayudar con su dolor, pero eso no funcionaba así, y aunque solo lograba lastimarse más con lo recuerdos ¿Que más podía hacer?... Quizás algunos eran fuertes y enfrentaban ese tipo de situaciones con más madurez, pero ella no era ese tipo de personas, simplemente no podia controlar lo que sentía y en ése eso era lo último en lo que pensaría, ella solo queria encontrar una forma de ya no sentirse asi, no quería sentir que dejando que el se fuera una parte de ella se iba con el, sin embargo, en fondo sabía que era así, que por más que fingiera que era lo mejor, una parte de su alma siempre le pertenecería a Sesshomaru Taisho.
....A los minutos Kagura ingreso a la habitación y solo basto verla ahí tirada para que sus hormonas también hicieran de las suyas, la llevo hasta la cama y se recostó con ella, seguía llorando pero en un intento por calmarla comenzó a dejar caricias en su cabeza y al poco tiempo logro hacerla dormir.
Tenía el corazón dividido, entre su hermano y mejor amiga, y aunque ella no era la que estaba perdiendo a la persona que amaba, le dolía saber que ambos estaban destrozados, porque aunque ella no le dijo nada a la castaña cuando llegó, la persona por la que se enteró de la situación, fue su propio hermano, quizas eso fue lo que mas le llegó al corazón... Que el le pidió que fuera con ella, aunque el también estaba sufriendo; le conto los últimos meses de su matrimonio con tal detalle que no pudo culpar a ninguno, su hermano reconoció que la situación en la que ella lo encontró era lo suficientemente comprometedora como para que no le creyera nada, y el como decidió dejar de insistir e irse, sabiendo que su corazón quería quedarse. Todo eso sonaba tonto e inmaduro, pero luego de pensarlo y ser imparcial reconoció que era lo mejor, si seguían juntos seguirían lastimandose y podrían causarle heridas al otro que jamás sanarian, por el contrario, si se alejaban un tiempo, quizás algún día, el tendría la oportunidad de explicarle las cosas, y si su destino realmente era estar juntos, encontrarian la manera de sanar, y regresar junto al otro cuando las heridas hubieran cerrado, porque seguir viviendo de esa manera solo terminaría por marchitar el cariño entre ambos.
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...CONTINUARA...
Si llegaste hasta aquí, gracias por leer preciosuraa.♥️
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Enamorarte.
FanfictionEstá historia es la continuación del fanfic "Tu dulce presencia" que también pueden encontrar en mi perfil. Es importante leerlo con anterioridad para entender algunas cosas. . . ... SINOPSIS. La gloriosa victoria de la noche en que sus labios se to...