Itadori llevaba días intentando encontrar una solución. La realización de los sentimientos de Nobara, Maki, Miwa y Utahime lo había dejado abrumado, y cada vez que intentaba acercarse a una de ellas, sentía un nudo de incomodidad en el estómago. No quería herir a ninguna, pero tampoco sabía cómo manejar una situación que parecía más complicada con cada día que pasaba.
El sol ya estaba bajo el horizonte cuando, en un momento de desesperación, Itadori decidió pedir consejo. Después de todo, una perspectiva diferente podía ser justo lo que necesitaba. Por eso, se dirigió a la enfermería en busca de Shoko, quien, con su actitud despreocupada, le parecía la persona ideal para hablar de algo tan delicado sin juzgarlo.
Shoko estaba revisando unos informes cuando Itadori llegó. Al verlo entrar, levantó la vista y le dedicó una sonrisa suave.
Shoko: ¿Qué te trae por aquí tan tarde, Itadori? ¿Problemas de salud o algo más... personal? -preguntó, notando la expresión de preocupación en su rostro.
Itadori suspiró, sin saber cómo abordar el tema.
Itadori: Supongo que algo más personal... -admitió, frotándose la nuca.
Shoko dejó de lado sus informes, interesada. Señaló una silla para que Itadori se sentara, y él, visiblemente nervioso, tomó asiento.
Itadori: Verás, Shoko... últimamente, he estado notando que... -empezó, buscando las palabras correctas- algunas personas que son importantes para mí, como Nobara, Maki y... bueno, otras personas también, tienen sentimientos... creo que algo más que amistosos.
Shoko lo miró por un instante, y luego sonrió, divertida.
Shoko: ¿Apenas te diste cuenta? -dijo, con una risa suave-. Siempre has sido un poco despistado en ese aspecto, Itadori.
Él se sonrojó, mirando sus manos.
Itadori: Sí... pero ahora que lo sé, no quiero lastimar a nadie. Ellas son mis amigas, mis compañeras. No quiero que esto termine en algo doloroso, y siento que cualquier decisión que tome puede herir a alguien... y eso es lo último que quiero.
Shoko asintió, comprensiva.
Shoko: Es natural que te preocupes, pero también tienes que recordar que no puedes cargar con el peso de las emociones de los demás. A veces, evitar el dolor solo crea más confusión. Tal vez deberías hablar con ellas directamente y dejar claro lo que sientes y lo que quieres.
Itadori asintió, aunque su expresión seguía siendo de duda.
Itadori: No estoy seguro de cómo hacerlo... -murmuró.
Shoko puso una mano en su hombro, ofreciéndole un apoyo silencioso.
Shoko: Hazlo de la manera en que siempre has enfrentado todo: siendo honesto. Pero también recuerda que ellas son fuertes, Itadori. Ellas pueden lidiar con esto, aunque no sea fácil.
Al día siguiente, Nobara y Maki se encontraron entrenando juntas en el dojo. Aunque ambas habían tenido sus roces y momentos de rivalidad, también compartían un respeto mutuo y sabían que, en el fondo, eran amigas. Pero ahora, algo en el aire parecía diferente.
Nobara fue la primera en romper el silencio, lanzando una mirada significativa a Maki mientras ambas tomaban un descanso.
Nobara: Maki... quiero hablar de algo importante. Sé que tú también... sientes algo especial por Itadori -dijo, su voz firme pero con un tono de vulnerabilidad.
Maki, sorprendida por la franqueza de Nobara, asintió, aunque su expresión se mantuvo seria.
Maki: Sí, creo que ya no tiene sentido seguir fingiendo -admitió, sin apartar la mirada.
Ambas compartieron un momento de silencio, una pausa en la que parecían medir sus propias emociones y el impacto de las palabras que estaban a punto de intercambiar.
Nobara: Él es... importante para mí -dijo Nobara, su voz más suave que de costumbre-. Y, aunque nunca pensé que me encontraría en una situación como esta, siento que tengo que ser honesta, al menos contigo.
Maki asintió, aunque no pudo evitar una sonrisa amarga.
Maki: Lo entiendo, Nobara. Yo también lo siento. Pero Itadori no puede elegir a las dos, y creo que es momento de enfrentar la realidad, aunque eso signifique aceptar que una de nosotras saldrá lastimada.
La franqueza de Maki impresionó a Nobara, quien la miró en silencio, admirando la determinación que emanaba de su compañera. Pero al mismo tiempo, un sentimiento de desesperación comenzó a asomarse. Las emociones que ambas sentían por Itadori eran profundas, pero también sabían que sus lazos como amigas eran igual de importantes. La posibilidad de que estas emociones pudieran arruinar su amistad era algo que ninguna quería aceptar.
Ese mismo día, Itadori las encontró a ambas en el dojo, en el preciso momento en que la conversación entre ellas alcanzaba su punto álgido. Al verlo entrar, Nobara y Maki se miraron mutuamente, y cada una notó en la otra la mezcla de emociones que compartían.
Nobara: Itadori -comenzó Nobara, tomando aire para reunir el valor necesario-. Queremos hablar contigo sobre algo importante.
Él, todavía con el consejo de Shoko en mente, asintió y se preparó para lo que fuera que ellas necesitaran decirle.
Maki: Sabemos que has estado notando... cosas diferentes últimamente. Y creemos que es momento de que seas honesto, no solo con nosotras, sino también contigo mismo -dijo Maki, manteniendo una expresión seria.
Itadori asintió lentamente, eligiendo sus palabras con cuidado.
Itadori: Yo... entiendo lo que están diciendo. Y quiero ser honesto, aunque no sé si tengo todas las respuestas todavía. No quiero herirlas, pero también siento que lo que tenemos ahora... puede cambiar para siempre si no hablo con sinceridad.
Nobara lo miró, sus ojos reflejando una mezcla de ansiedad y esperanza.
Nobara: Entonces, dilo. No importa lo que sea, pero dilo. Queremos saber en dónde estamos paradas.
Itadori tomó una respiración profunda, sintiendo el peso de la decisión que estaba a punto de tomar.
Itadori: Yo... creo que lo que siento por cada una de ustedes es diferente y, a la vez, especial. Me importan de maneras que nunca imaginé. Pero también... creo que, en este momento, no tengo claridad sobre lo que quiero a nivel romántico. Mis sentimientos aún están en proceso de comprenderse.
Las palabras de Itadori dejaron a ambas chicas en un silencio tenso. Nobara frunció el ceño, tratando de procesar sus palabras, mientras Maki miraba al suelo, asimilando lo que acababa de decir.
Nobara: ¿Eso quiere decir que... ninguna de nosotras es la elegida? -preguntó Nobara, su voz temblando levemente.
Itadori negó rápidamente.
Itadori: No es eso. Es que... aún necesito tiempo. No quiero apresurar algo que, si se hace mal, podría herirnos a todos. Las valoro demasiado para tomar una decisión que no sea verdadera.
Maki asintió lentamente, comprendiendo su perspectiva aunque la decepción era inevitable.
Maki: Está bien, Itadori. Supongo que eso es mejor que una respuesta sin convicción -murmuró, mirándolo con una mezcla de tristeza y resignación-. Solo espero que, cuando tomes una decisión, sea porque realmente quieres estar con alguna de nosotras.
Nobara también asintió, aunque había una mezcla de tristeza en sus ojos.
Nobara: Gracias por ser honesto. Solo quiero que sepas que, pase lo que pase, siempre quiero seguir luchando a tu lado.
Ambas chicas se despidieron en silencio, dejando a Itadori en el dojo, sumido en sus pensamientos. Sabía que no había encontrado una solución definitiva, pero había sido honesto. Y aunque el camino hacia sus verdaderos sentimientos seguía siendo incierto, al menos ahora había dado el primer paso hacia la claridad, decidido a encontrar una respuesta sincera para cada una de ellas.
(N/A: Gracias por leer y no se olviden de dejar su estrellita :3)
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El hechicero mas fuerte. (Itadori x harem)
Fanfiction-Capitulos todos los dias- Luego de la derrota de Sukuna y la muerte de Gojo, Yuji Itadori toma el manto como el hechicero mas fuerte y asume el rol de director de la escuela de hechiceros de Tokio.