Indiscretos

Capitulo 16

La mañana empezó como cualquier otra en Rivertown High, pero Axel no pudo evitar sentir que algo estaba a punto de suceder. Era esa sensación en el aire, como si todo estuviera a punto de cambiar. Mientras caminaba por el pasillo con Aiden a su lado, su mente no dejaba de girar en torno al mensaje que había recibido unas horas antes.

El teléfono vibró en su bolsillo y, con un gesto rápido, Axel lo sacó. El mensaje era breve, pero claro:

“¿La sociedad secreta tuvo algo que ver con lo que le pasó a Connor?”

Axel se detuvo por un segundo en medio del pasillo. La pregunta lo golpeó con fuerza. Alguien sabía algo que no debía saber. Las palabras retumbaban en su mente mientras los estudiantes a su alrededor seguían su rutina sin darse cuenta de la gravedad de lo que se estaba desmoronando. Aiden, al notar su expresión, se detuvo junto a él y miró su teléfono.

—¿Qué pasa? — Preguntó con una mezcla de curiosidad y preocupación.

Axel le mostró el mensaje sin decir una palabra. Aiden lo leyó, y sus ojos se entrecerraron. No era el primero que recibía un mensaje extraño, pero este era diferente. Este implicaba algo más grande. Algo que parecía estar directamente relacionado con la desaparición de Connor.

—¿Quién lo manda? — Preguntó Aiden.

Axel frunció el ceño. No había remitente. Solo un número desconocido.

—Eso es lo que me tiene preocupado. — Respondió Axel, guardando el teléfono en su bolsillo. — No sé qué significa, pero alguien sabe más de lo que debería.

Ambos continuaron caminando hacia la cafetería, donde el grupo ya estaba reunido. La tensión en el aire era palpable. Cada uno de ellos se veía más preocupado que la última vez. Sienna, Nora, Julián… Todos estaban a la espera de lo que Axel y Aiden pudieran decirles. Axel sentía que cada vez que daba un paso, el misterio se profundizaba aún más, y la presión aumentaba. ¿Quién era el responsable? ¿La sociedad secreta tenía algo que ver con la desaparición de Connor? O tal vez había algo mucho más grande detrás de todo.

—¿Qué pasa? — Preguntó Nora cuando los vio entrar.

Axel sacó el teléfono nuevamente y les mostró el mensaje. Nadie dijo nada durante unos segundos, todos observando las palabras con atención.

—La sociedad secreta... — Dijo Sienna, como si intentara procesarlo. — ¿Qué sabe esta persona sobre ellos?

Axel negó con la cabeza.

—No lo sé. Pero ya no se trata solo de los rumores que escuchamos. Alguien sabe algo.

Julián miró el mensaje una vez más, rascándose la barbilla mientras pensaba.

—De todos modos, ya no es un simple rumor. Esta es una acusación seria. Necesitamos respuestas.

—¿Y qué significa esto? ¿Por qué ahora? — Preguntó Sienna, claramente angustiada.

Axel se encogió de hombros.

—No lo sé. Pero esto solo confirma que la sociedad secreta no es solo una leyenda. Hay algo más en juego aquí, y tenemos que averiguarlo.

Julián miró alrededor, haciendo una pausa antes de hablar.

—Si la sociedad secreta está involucrada, entonces tenemos que seguir la pista hasta el final. Pero primero necesitamos saber más sobre ellos. Nadie parece tener información real. Solo chismes y más chismes.

Axel asintió con seriedad. Sabía que tenían que actuar con cautela, pero también con rapidez. Cuanto más tiempo pasaran sin saber la verdad, más peligroso se volvería todo.

—Este mensaje es nuestra primera pista. Pero no podemos perder el tiempo. Hoy mismo vamos a empezar a buscar más información. ¿Quién está en?

Todos asintieron, cada uno con la misma determinación en sus rostros. Ninguno de ellos iba a dejar que esto quedara sin respuesta.

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La tarde avanzó, y el grupo se reunió en casa de Julián. El ambiente allí era más tranquilo que en el instituto, pero la tensión seguía flotando en el aire. Axel, Julián, Sienna, Nora y Aiden estaban sentados alrededor de la mesa del comedor, cada uno con una expresión seria. Nadie se atrevió a romper el silencio, sabiendo que lo que estaban a punto de discutir cambiaría todo.

Fue Nora quien rompió el hielo.

—¿Cómo empezamos? — Preguntó con tono firme. — La sociedad secreta es nuestro principal objetivo. Pero ¿por dónde comenzamos?

Julián se inclinó hacia adelante, mirando a todos con atención.

— Tenemos que saber quiénes son y qué hacen exactamente. No podemos ir a ciegas. Necesitamos pruebas, no solo rumores.

Aiden, que se había mantenido en silencio hasta ese momento, habló.

—¿Qué pasa con las fraternidades? Sabemos que varias personas del instituto pertenecen a ellas. ¿Alguna de esas personas sabe algo?

Axel asintió lentamente, pensativo.

— Las fraternidades tienen mucha influencia aquí. Y aunque nadie habla demasiado sobre ellas, hay algunas personas que las mencionan. Tal vez podamos empezar por ahí. Quizás alguna de esas personas sabe más de lo que dice.

Julián estuvo de acuerdo.

—Sí, pero tenemos que ser cuidadosos. Si nos metemos demasiado profundo, podrían notar que estamos investigando.

Axel se quedó pensativo. Sabía que tenían que ser discretos, pero también que no podían perder la oportunidad de averiguar más.

De repente, el teléfono de Sienna vibró sobre la mesa, rompiendo el silencio. Todos se giraron hacia ella.

—Es Gabriel. — Dijo Sienna, mirando la pantalla del teléfono. — Quiere verme esta noche. Dice que tenemos que hablar sobre "nosotros".

Axel frunció el ceño. Gabriel había sido el novio de Sienna durante algún tiempo, pero algo en la forma en que ella dijo esas palabras le hizo sentir que había algo más. ¿Por qué de repente quería hablar sobre "ellos"?

—¿De qué quiere hablar? — Preguntó Axel, algo preocupado.

Sienna miró el mensaje una vez más antes de responder.

—No lo sé. Solo dice que es importante.

Axel pensó por un momento y luego asintió.

—Haz lo que creas que es mejor. Pero no te olvides de lo que estamos haciendo aquí. No dejes que eso te distraiga.

Sienna asintió con una sonrisa leve, agradecida por la comprensión de Axel.

La reunión continuó por un tiempo más. Todos compartieron sus ideas y teorías, pero nada concreto surgió. El mensaje anónimo seguía en sus mentes, pero no había más pistas. Las horas pasaron y, al final, todos se despidieron, cada uno con una sensación de incomodidad al no saber qué hacer a continuación.

Cuando Axel llegó a casa esa noche, su mente seguía llena de preguntas. La desaparición de Connor, el mensaje misterioso, la sociedad secreta… todo se mezclaba en un torbellino de incertidumbre. Nadie sabía la verdad, pero todos tenían la sensación de que estaban más cerca de descubrirla.

Esa noche, sin embargo, un giro inesperado en la trama hizo que todo cambiara de nuevo. Las autoridades locales anunciaron que finalmente habían encontrado a Connor.

El grupo se reunió rápidamente cuando escucharon la noticia, la emoción se desbordó en el aire, pero pronto se apagó al enterarse del estado en que lo encontraron. Connor no estaba bien. Estaba en el hospital, en coma, sin que los médicos pudieran explicar cómo llegó allí.

Las autoridades intentaban esclarecer los hechos, pero parecía que la verdad seguía esquiva. ¿Cómo había llegado Connor a ese estado? ¿Y cuál era la relación de todo esto con la sociedad secreta?

Las piezas del rompecabezas seguían sin encajar, pero una cosa estaba clara: el misterio de Connor Wright aún no había terminado. Y ahora, más que nunca, el grupo sabía que tenían que llegar al fondo de todo.