𝓓𝓐𝓓𝓓𝓨 𝓘𝓢𝓢𝓤𝓔𝓢 || Anthony LaRusso

𝟏𝟏

𝐄𝐋 𝐑𝐀𝐘𝐎 𝐃𝐄 𝐋𝐔𝐙 𝐄𝐍𝐓𝐑𝐀𝐁𝐀 𝐂𝐎𝐌𝐎 𝐔𝐍 𝐈𝐍𝐓𝐑𝐔𝐒𝐎 𝐀 𝐓𝐑𝐀𝐕𝐄𝐙 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐕𝐄𝐍𝐓𝐀𝐍𝐀, golpeando con enojo en el rostro del chico que con tanto placer dormía. Sus ojos comenzaron a abrirse con lentitud, y ardieron al contacto con la iluminación del ambiente. Se sintió irritado, tenía un intenso dolor de cabeza y el sol no lo estaba ayudando.

—Ugh... con un carajo— gruño, enterrando su cabeza entre las almohadas.

Los recuerdos de lo que había hecho a lo largo de la semana llegaban como balas a su cabeza, solo causándole una peor migraña. Algo muy en el interior de él se estaba arrepintiendo de no haberse quedado a dormir en casa de Johnny.

Apenas escuchaba con claridad el ruido de afuera, su hermana ya estaba despierta, y su música se escuchaba a todo volumen.

—Maldita sea... ¿No tiene algo mejor que hacer a estas horas?— Anthony se levantó quejumbroso, viendo el horario que el reloj marcaba: 11 a.m.

Lentamente salió de su cama, su cabeza punzaba por culpa de los rayos de sol que atravesaban las cortinas, cuando sus pies tocaron la alfombra recordó que prácticamente se había desmayado la noche anterior, por lo que no se había cambiado ni quitado los zapatos.

Con movimientos cansados fue al baño, los ojos todavía hinchados y círculos oscuros debajo de ellos, cabello por todas partes y sangre seca que resbalo desde su nariz hasta el cuello. 

Una vez dentro del baño no se atrevió a verse en el espejo, comenzó a desvestirse lentamente iniciando con los botones de su camisa. Recuperando la conciencia sobre sí mismo pudo percibir el ligero aroma a cerveza que desprende su ropa.

Resulta que juntarse con los niños ricos del Club fue la decisión más divertida y estúpida que ha tenido en años. Una pequeña reunión en la playa con alcohol y drogas fuera de la vista de los adultos.

"Nota mental: No hacerle caso a Roland Zarkarian si quiero llegar vivo a los 18"

Cuando entra en la ducha y deja caer el agua caliente sobre su cuerpo siente que un pedazo de sí mismo se vuelve a unir mientras se lava la semana que ha tenido. Ya se ha enjabonado el champú de lavanda en el pelo dos veces, y se mueve para hacerlo por tercera vez. Masajea el jabón en sus rizos, pasando los dedos por ellos como una forma de asegurarse de que limpia cada sección. El jabón se acumula en la parte superior de su cabeza, y Anthony se inclina hacia atrás y lo enjuaga de su cabello.

Satisfecho, se mueve para lavarse el cuerpo por segunda vez, tomándose un tiempo extra en sus hombros y brazos. Como si el jabón amaderado fuera capaz de lavar la sensación de las manos en su cuerpo.

En el momento que su piel está enrojecida e irritada, Anthony finalmente se retira de la ducha. Regreso a su habitación con una toalla envuelta en su cintura, se tomó su tiempo para alistarse y estilizar su cabello, mientras se pone una de sus típicas sudaderas no puede evitar verse en el espejo de su closet.