So hot| 09

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So hot | Parte 09

Había transcurrido una semana desde que Jorge había sido arrestado, una semana en la que Isa se encontraba recuperándose del corte en su brazo y una semana en que aún ambas mujeres seguían distantes. Luego de que el ex esposo de Orianna tratara de atentar contra la vida de Isabelle, acompañó primero a que atendieran a la menor y en cuanto salieron de la clínica, no dudo en declarar en contra de Jorge. Obviando algunos datos curiosos, le relató al oficial acerca de los maltratos que había estado recibiendo por muchos años y las agresiones de ese día.

Aunque, no tardó en tener a la familia del hombre encima para que retirara la denuncia, los hematomas que portaba Orianna, la resiente sutura de Isabelle y el haber encontrado a Jorge con el arma en mano, fueron suficientes evidencias para que este haya sido sentenciado a muchos años en la cárcel. De igual manera, en cuanto solicitó el divorcio, con la ayuda del abogado que contrató Isa y los cargos que presentaba su ex esposo, no bastó más que un par de días, para finalmente ser completamente libre.

Orianna en realidad no podía creer lo que había cambiado su vida en tan solo un mes, pero se sentía feliz de que al fin llegara su momento de ser feliz, pero, sobre todo, de ser y sentirse libre.

Y ahora, ahora estaba a punto de cometer alguna clase de locura. Se aseguró una última vez que su gabardina se encontrara bien amarrada, soltando un suspiro nervioso, fijó su mirada en sus uñas pintadas de rojo, sintiendo la mirada de todas esas personas sobre ella.

En cuanto llegaron al penúltimo piso, todos bajaron, cada uno concentrado en algunos documentos o, por el contrario, distraídos en sus celulares. Quedando sola en el ascensor, subió un último piso y cuando las puertas se abrieron, le mostraron un bonito recibidor con aquella pelirroja, sentada detrás de la mesa.

Una molestia se instaló en su pecho al recordar aquel día. Claro que la identificó al instante, si era la misma chica que había tenido el atrevimiento de besar a su Isa. En cuanto su taco hizo eco en el bonito recibidor, obtuvo su atención.

—Buenas tardes.

—Oh, señorita. Buenas tardes— se apresuró a responder avergonzada la secretaria.

Orianna observó las mejillas sonrojadas de la chica frente a ella y casi que se sintió culpable, de manera inexplicable, por haberla tratado de forma grosera, aunque no tuvo mucha interacción. Le regaló una sonrisa.

—¿Podrías avisarle a Isabelle que deseo hablar con ella?

—Por supuesto, deme un momento.

Cuando la pelirroja desapareció por la única puerta que había en la planta, su postura llena de seguridad desapareció y sintió un escalofrío recorrer por todo su cuerpo. De repente, ya no le parecía buena idea haberse presentado, tal vez tenía que haberse quedado en casa a terminar de preparar las maletas. O tal vez, simplemente se ha tardado demasiado, cuando ella sabe perfectamente que este paso debió de haberlo dado hace semanas y no recién.

En una esquina se encontraba una jarra con agua, tomo rápidamente un vaso y lo llenó del líquido, en un intento de calmar sus nervios.

"—¿Y si ya no me quiere ver? — pensó"

Por otro lado, Isabelle se encontraba revisando unos documentos importantes acerca de la nueva sucursal que abriría en otro estado. Se había refugiado, otra vez, en el trabajo, aún seguía molesta. Hasta el momento le hervía la sangre al recordar lo que ese desgraciado le había a su Orianna, pero más le molestaba el hecho de que ella haya esperado a que la lastime para por fin, tomar cartas en el asunto.

—Jefa, la buscan.

Isabelle la observó totalmente irritada.

—Te dije que no atendería a nadie— soltó con molestia y volvió a los papeles,

So forbidden [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora