Senderos de Amor

PRÓLOGO

Como padre, es un privilegio ser testigo del crecimiento y las transformaciones de un hijo, y pocas cosas en la vida me han llenado de tanto orgullo como observar el camino que ha recorrido en la creación de este poemario. Este proyecto no solo es un reflejo de las palabras y emociones que ha querido plasmar en el papel, sino también una muestra del amor, la dedicación y el esfuerzo que ha puesto en cada verso.

A lo largo de este proceso, vi a mi hijo enfrentarse a momentos de cansancio y frustración, pero también lo vi perseverar, con el deseo de crear algo significativo. Vi cómo, con cada poema que escribía, él mismo se transformaba, creciendo no solo como escritor, sino también como persona, hijo y amigo. Se convirtió en un ejemplo de lo que significa ser amoroso, valiente y honrado, cualidades que he intentado enseñarle y que ahora veo reflejadas en él de una manera que me asombra.

Recuerdo con cariño cuando organizó una sorpresa para su maestra, un gesto que coordinó con tanto esmero y generosidad, demostrando que dentro de él vive un espíritu lleno de compasión y liderazgo. En ese momento, comprendí que ya no solo era el niño al que crié, sino alguien que estaba tomando sus propias decisiones para convertirse en un ser humano íntegro, mucho más allá de lo que alguna vez imaginé.

Este poemario es un tributo a la familia y al amor que ella inspira. Al leerlo, espero que otros también encuentren en sus páginas una razón para valorar y proteger lo que tienen. Pero para mí, su padre, es más que un libro; es un testimonio de que los lazos familiares, incluso en los momentos de distancia, siempre pueden reforzarse y crecer a través de pequeños y grandes actos de amor.

La familia es mucho más que un grupo de personas unidas por lazos de sangre; es el espacio donde aprendemos a amar, a compartir, a crecer y a ser nosotros mismos. Es el primer lugar donde encontramos consuelo y fuerza, y donde las raíces del respeto y la comprensión nos enseñan a enfrentar el mundo. En sus distintas formas, la familia es el refugio en el que los corazones hallan paz y donde las historias individuales se entrelazan para tejer un legado común.

Invito al lector a sumergirse en estas páginas con el corazón abierto, a recordar sus propias experiencias, y a celebrar ese vínculo sagrado y universal que nos conecta. Porque al final, la familia es donde empieza la vida y donde el amor nunca termina.

Benjamín, Padre de Sear