El Camino del Regreso

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En la senda de la vida, siempre hay luz,
un faro que nos guía con cada paso.
Es el plan que Dios diseñó para nosotros,
un camino de regreso a Su amor inmaculado.

Por el sendero de la fe y la obediencia,
cosechamos las semillas que plantamos.
Cada experiencia nos acerca al cielo,
cada acto de bondad, nos acerca a Él.

La vida nos ofrece pruebas y desafíos,
pero el destino nos llama, claro y seguro.
Con cada acción, acercamos nuestro corazón,
al amor eterno que nos aguarda al final.

Y en el horizonte, vemos la gloria prometida,
el regreso a la casa del Padre Eterno.
Un viaje que se hace más dulce con cada paso,
porque nuestras almas saben que allí está el hogar.

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