Huo Jinyu tosió levemente, lo suficiente para llamar la atención de Jiang Qingzhou, quien lo miró de reojo. Observó cómo Huo sumergía su mano en el agua, dejando que los pétalos de rosa que había recogido se dispersaran suavemente.
Las ondas se esparcieron por la superficie del agua, y una delicada niebla ascendía, impregnando toda la habitación con la fragancia embriagadora de las rosas, mezclada con el fresco aroma de diversas hierbas medicinales. ❲Me gustan las bellezas enfermizas, me imagine a Huo Jinyu y me volvía enamorar. Ah, tan sexi 🥴❳
Los dos aromas se entrelazaban armoniosamente, creando una combinación equilibrada.
Cuando sus miradas se cruzaron, Huo Jinyu desvió la vista con cierta incomodidad, pero en el siguiente segundo, sus ojos volvieron a posarse en Jiang Qingzhou, como si no pudiera evitarlo.
“E-ese… tú tú tenías razón… agregar pétalos de rosa hace que, eh… se vea más bonito,” tartamudeó Huo Jinyu, explicando de manera nerviosa, sin entender bien por qué estaba tan inquieto.
Su nerviosismo era tal que se le trababa la lengua.
Jiang Qingzhou, quien nunca antes había visto a Huo Jinyu tartamudear así, lo miró con curiosidad, examinándolo de arriba abajo una y otra vez, como si se tratara de un fenómeno nuevo y fascinante.
De repente, su mirada se detuvo en la mano de Huo Jinyu, que aún sostenía su muñeca. Lo observó fijamente por un instante, como si algo le pasara por la mente.
Después de unos segundos, abrió la boca y le dijo a Huo Jinyu: “Me da la impresión de que te estás recuperando mucho más rápido que yo.”
Más de lo que había anticipado.
Aunque la mano de Huo Jinyu que sostenía su muñeca no ejercía mucha presión, apenas un toque suave que Jiang Qingzhou podría apartar sin problema, aún así había algo innegable en ello.
Huo Jinyu había mantenido el contacto todo este tiempo.
Huo Jinyu soltó un “Ah” y, siguiendo la mirada de Jiang Qingzhou, notó que todavía lo estaba sujetando. Tan pronto como se dio cuenta, tembló y estuvo a punto de soltarlo, pero justo en ese momento, Jiang Qingzhou le tomó la muñeca en respuesta y lo miró, indicándole algo con la mirada.
“Intenta jalarme con toda tu fuerza, a ver cómo te va.”
“Eh, está bien.” Obediente, Huo Jinyu intentó “jalarlo.”
Sintiendo la fuerza con la que Huo Jinyu lo intentaba, que se parecía a la de un niño de un año, Jiang Qingzhou se inclinó levemente hacia adelante y lo miró lleno de ánimo, asintiendo: “Fue muy leve, inténtalo de nuevo. Confía en ti mismo, Huo Jinyu. Cree que puedes hacerlo.”
Jiang Qingzhou levantó su otra mano y la apretó en un puño, dándole ánimos para que siguiera intentándolo.
“Aún puedes usar más fuerza, recuerda que el día que despertaste... ¿no rompiste una taza? Después incluso te caíste de la cama.”
Huo Jinyu: “…” Preferiría no recordar esos momentos embarazosos.
“Más… con más fuerza…”
Una y otra vez, Jiang Qingzhou lo animaba a aplicar más fuerza, sin notar que él mismo se estaba inclinando cada vez más, con gran parte de su cuerpo suspendido sobre el agua.
“...Un poco más de fuerza… sólo un poco más, uh—”
El tono que usaba para animarlo se interrumpió de golpe; sucedió de repente, y Jiang Qingzhou no esperaba perder el equilibrio.
ESTÁS LEYENDO
El villano solo ama al conejito que crío
SonstigesEn cada novela antigua de contraataque popular, siempre hay un villano masculino vicioso al que no le gusta el protagonista masculino de base. A menudo son guapos, de buena familia y siguen siendo una segunda generación rica, pero solo quieren tener...