Capítulo 9: Lecciones de entrenamiento de dragones

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La escena cambia a la Arena, en medio de otra sesión de entrenamiento. La Arena se llena de una niebla verdosa que oculta al dragón.

Bocón: “Hoy se trata de trabajo en equipo. Una cabeza de dragón mojada no puede encender su fuego. El horrible Zippleback es especialmente complicado. Una cabeza exhala gas, la otra lo enciende . ¡Tu trabajo es saber cuál es cuál!”

Patapez está espalda con espalda con Hipo, ambos adolescentes agarran baldes de agua.

Patapez: “Dientes afilados como navajas que inyectan veneno para la predigestión. Prefieren atacar por emboscada, aplastando a sus víctimas…”

Hipo aparece a su alrededor . “¡¿Podrías parar con eso, por favor?!”

Estoico se ríe.

Patán: Si ese dragón muestra alguna de sus caras, voy a... ¡ahí!

Patán y Brutacio empapan a Astrid y Bruta, pensando que eran las Cremalleras. Las chicas gritan.

Ruffnut: “¡Oigan! ¡Somos nosotros, idiotas!”

Tuffnut: “Tus traseros están creciendo. ¡Pensábamos que eras un dragón!”

Los vikingos que se encuentran entre el público se dan cuenta rápidamente de la locura de los muchachos (sobre todo vikingos con esposas).

—¡Oh, no, muchachos!

“Error de novato”.

Astrid golpea a Patán en la cara y Brutilda le arroja su balde a Brutacio.

En tiempo real, las dos chicas sonríen y chocan los cinco.

–quien luego es arrastrada hacia la pared de humo. Astrid se pone rígida y detiene a Ruffnut, quien intenta ir tras su hermano.  

Astrid: “Espera.”

Tuffnut lo fulmina con la mirada. “¡Oye! Qué grosero”.

Una cola los derriba y Tuffnut sale corriendo de la niebla.

Tuffnut: “¡OH, ESTOY HERIDO! ¡ESTOY MUY HERIDO!”

Patapez: “Las posibilidades de supervivencia se están reduciendo a un solo dígito ahora”.

Una de las cabezas de Zippleback emerge de la niebla, arrastrándose hacia Fishlegs con su cubo.

Los vikingos aplauden y alientan.

“¡Cógelo, Patapez!”

“¡Vamos, muchacho!”

Patapez se arroja agua a la cara, la cara equivocada.

Patapez: “Oh, me equivoqué de cabeza”.

–y el dragón, enojado, escupe un poco de gas verde.

Bocón: “¡Patas de Pez!”

“¡A los mejores nos pasa, Patapez!”, promete alguien. Patapez sonríe tímidamente.

El dragón dirige su atención a Hipo y la otra cabeza aparece a la vista, escupiendo chispas.

Bocón: “¡Ahora, Hipo!”

Hipo lanza el balde de agua a la cabeza que escupe chispas, pero falla.

Estoico suspira. “Oh, muchacho”.

Corre más allá de los ríos, corre más allá de toda la luz...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora